Ya tenemos emblogjador y quien le eche una manita de gato a La Otra Chilanga.

Cuando el 8 de septiembre de 2006 La otra chilanga emergía como proyecto en la virtualidad real lo hizo como respuesta al entonces reciente acto de censura que Yahoo México ejerció cancelando la cuenta de la Coordinadora Regional Zentro-DF de la Otra Campaña; pero, aunque el equipo encargado (dos personas) ya tenían cierta experiencia en esto de las redes virtuales, llevar las riendas de una güeblog significaba entrar a un nuevo mundo del que no muy bien hemos entendido las reglas.

Desde entonces, pasando por una muy afortunada participación en los Premios 20Blogs donde conocimos la blogósfera más de cerca, nos hemos dado a la tarea de intentar hacer coincidir muchos elementos en nuestro trabajo editorial retomando algunas características del mundo blog como mantener actualizado el sitio, producir apuntes propios o tejer redes virtuales con autoras y autores de otras güeblogs. Sin embargo, otras como publicar entradas cortas, mucho muy personales y hacer de la visita vuestra un momento de placer tanto por lo que se lee como por lo que se mira y escucha no ha sido que digamos nuestro fuerte; inclusive no hace mucho una lectora nos dio el premio al post más largo que había leído en su vida.

Por esto, a unos días de que nuestra subcomandanta Dení Prieto cumpla 34 años de habérsenos adelantado al Mictlán es que La otra chilanga agradece la llegada de un su nuevo cómplice de tropelías virtuales, quien quiere solamente presentarse bajo el nombre de Kobal, encargado desde ahora de los chunches técnico-administrativos de la güeblog.

A modo de presentación que, dice, “me cagan”, Kobal es también adherente de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona emitida por el EZLN en 2005 y desde hace unos años lleva pegándole a esto de las cibervirtualidades de manera autodidacta. Dice que su fuerte no está en las güeblogs, pero seguramente le intelige a estos territorios personales mucho más que cualquiera de quienes estamos en el colectivo y a cargo del proyecto.

Su tarea será, sobre todo, darle una nueva vista a la güeblog (cosa en la que ya está trabajando) para reducir lo que dice él es una grosería de barra lateral, aunque (por petición nuestra) sin modificarla sustancialmente pues nos enorgullecemos del eclecticismo de nuestra blogroll; también será algo así como nuestro emblogjador, pues será quien a nombre de La otra chilanga visitará los rincones virtuales conocidos y por conocer (así que ya saben a quien reclamarle por tal o cual comentarios en sus güeblogs) y, si logramos convencerlo, escribirá de vez en cuando su opinión de los sitios electrónicos que visite.

Como ven, seguimos sin entender las reglas blogueriles y lo que debería ser por definición un espacio personal se aleja todavía más de serlo; cosa de juntarse con las y los zapatistas: a veces nos da por no seguir las reglas que otr@s imponen.