Pues bien, ya lo han leído, visto o escuchado, el nuevo gerente del parque nacional de diversiones México, S.A. que en sustitución de Foxilandia bien puede llamarse, como dice Julio Hernández López, Calderworld, ha declarado para gusto de moneros y uno que otro mal intencionado articulista (como quien esto escribe) que “estamos en orden y en paz” el mismo día que la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA), según nota de Omar Sánchez de Tagle en Milenio, hace público un estudio que viene a decirnos lo que ya todos sabemos: el narcotráfico ha infiltrado al gobierno “corrompiendo y penetrando a funcionarios del Estado mexicano”.
“El presidente –dijo Felipe Franco Pinochet ante pregunta expresa de la reportera Claudia Herrera Beltrán de
Dicho hasta la ignominia y, desde que comenzó este sexenio de facto, buena parte de la opinión pública (“que no sabe que opina lo que opina la opinión privada”, Quino dixit) comparte esta posición del actual inquilino en Los Pinos. Pero no siempre ha sido así, hace 30 años justo, un 16 de enero,
El hecho fue por demás criticado, dado lo inusitado de la intervención de las FFAA en tareas que no son de su competencia; pero para los llamados últimos gobiernos dinosauricos del PRI y los primeros tecnócratas, además de ser un puente que todavía hoy se sigue andando con la venia generalizada de las fuerzas políticas legalmente representadas en el poder Legislativo, la experiencia nos ofrece un par de datos curiosos dignos de traer a la memoria.
A pesar de sus antecedentes (o gracias a ellos), Hernández Toledo no fue el único militar involucrado en acciones castrenses de corte político que comandó
Unos años después del también conocido Cupac (Curso de Patrullas Contrainsurgentes) o de “boinas verdes mexicanos”, Cervantes Aguirre, señalado también por su presunta responsabilidad en el asesinato de por lo menos 22 campesinos guerrerenses mediante los llamados vuelos de la muerte, donde los labriegos fueron lanzados al mar por órdenes de los generales Francisco Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro (actualmente presos por sus vínculos con el narcotráfico), sería Secretario de Defensa Nacional bajo el mando de Ernesto Zedillo; y, Juan López Ortiz estaría al frente de las maniobras militares contra el EZLN, que en enero de 1994 sitiaron el mercado de Ocosingo, donde algunos insurgentes zapatistas fueron ejecutados con tiros de gracia (en la nuca) contrario a lo que dicta
El segundo dato curioso acerca de
Según archivos desclasificados de
Sin embargo, ni siquiera el plan que costara la vida al general chileno Carlos Prats y a Orlando Letelier, ex ministro de Salvador Allende, y que según los llamados Archivos del Terror descubiertos en Paraguay por el abogado y activista de derechos humanos Martín Almada, dejó un saldo de por lo menos 50 mil muertos, 30 mil desaparecidos y 400 mil presos; ni siquiera ésta, la operación fascista más criminal en la historia reciente de nuestro continente, comenzó siendo lo que ahora conocemos gracias el incansable trabajo de periodistas como Stella Calloni. Su fachada primera, con la que se fue ganando la confianza de la sociedad civil y con la que fue más o menos legitimándose (si es que eso alguna vez fue posible) hasta convertirse en lo que realmente significó, fue la del combate al narcotráfico; una de las seis categorías de misión que tiene en su haber la doctrina militar estadounidense de
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