Por razones que aún desconocemos (pero suponemos), Sebastián, administrador acostumbrado de este rincón virtual (como él suele llamar a este blog), está, dice, en "una suerte de autoexilio". Aún así, con motivo de la liberación de nuestra compañera Magdalena García Durán, escribió un artículo que ha comenzado a circular en la lista de correos electrónicos de adherentes de la Otra Campaña en el Distrito Federal y que ha sido también publicado por La Jornada Morelos. Ahora, La otra chilanga se apresura a publicarlo también y aprovechamos para informar a sus lectoras y lectores (a quienes pedimos disculpen esta pausa no prevista) que estamos de regreso; pero, como no contamos con conexión a internet propia, estaremos publicando con menos oportunidad a como lo hacía nuestro compañero Sebastián. Así también, convocamos a las y los demás colaboradores (colabor@ctores y colabor@ctrices, les llama él) de este blog a ayudarnos a cubrir la que esperamos sea una muy corta ausencia de Sebastián. Esperamos el pronto regreso (y más noticias sobre su paradero y estado actual; mientras tanto, aquí nos tienen.
Atentamente: nosotras, nosotros.
¡Tiemblen perros!
Sebastián Liera
En medio de una suerte de autoexilio que me ha llevado a tomar distancia de las personas y actividades que me son profundamente significativas, no puedo (ni quiero) dejar pasar lo que para este cada vez menos oficioso tecleador viene a representar una de las pruebas más determinantes de que aún se vale (entre el pragmatismo perredista, el oportunismo panista, el “regreso” priísta, la desfachatez ante el crimen en Acteal y las patanerías en cumbres iberoamericanas) tener esperanza: la liberación de Magdalena García Durán.
Después de 18 meses (y cinco días), doña Magda, indígena mazahua integrante del Congreso Nacional Indígena y adherente de la Otra Campaña, ha sido liberada del secuestro con lujo de violencia que padeció desde el 4 de mayo de 2006 en San Salvador Atenco, junto con otras y otros cientos de adherentes de la Otra, como ella, que desde la madrugada habían llegado al poblado mexiquense en apoyo de sus compañeras y compañeros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT); quienes a su vez se habían enfrentado el día anterior a policías municipales de Texcoco, agentes estatales y pefepos, en solidaridad con floricultores que esperaban vender ésa mañana del día de la Santa Cruz su mercancía.
Era presidente de México todavía el lenguaraz Vicente Fox Quesada, quien decidió despedirse de la Silla del Águila cobrándose una que otra factura pendiente. Aquella mañana fue la de la derrota que el FPDT le infligiera a principios de su administración en defensa de sus tierras ejidales, amenazadas por la ampliación del aeropuerto de la ciudad de México. Junto al panista de las botas de charol, del “¿y yo por qué?”, del desquite como modus operandi electoral, del “comes y te vas”… de tantas cosas, los jefes del Ejecutivo municipal texcocano (perredista) y estatal mexiquense (priísta) también dispusieron de sus respectivas fuerzas represivas para cometer lo que muy pronto quedó demostrado como un crimen de Estado.
El secuestro, que no detención, de doña Magda es emblemático no sólo porque Amnistía Internacional (AI) la considerara “presa de conciencia” (la única, dijera el organismo de derechos humanos); sino por ser mujer, por ser pobre, por ser indígena y por ser de izquierdas. En estas cuatro identidades queda representado lo más significativo de la Otra Campaña y la razón de la sinrazón de la gerencia gubernamental en México que hiciera de Atenco su laboratorio represivo, que luego el poder de arriba repetiría en Oaxaca.
Aunque AI no lo declare así, en el penal de Molino de las Flores, así como en el del Altiplano (antes La Palma), quedan casi tres decenas más de presas y presos de conciencia, presas y presos políticos. A tres de ellos: Nacho del Valle, Héctor Galindo y Felipe Álvarez, el Estado les condenó a 67 años de prisión, lo que en términos reales significa cadena perpetua; sentencia que no pesa, por ejemplo, sobre ningún narcotraficante o funcionario corrupto, cuyos crímenes están a la vista lo mismo en “levantones” y homicidios a lo largo y ancho del país, que en las tragedias “naturales” en Campeche, Tabasco o Chiapas.
De los otros 23, doña Magda dice sin duda alguna: “mis compañeros son todos inocentes”. Ellas y ellos han padecido, como doña Magda y más de 100 hombres y mujeres que están libres bajo fianza pero en proceso, más de un centenar de amañadas audiencias que sólo buscan retrasar lo más posible su liberación total. Sus nombres son: César del Valle, Pedro Reyes, Román y Jorge Alberto Ordóñez, Alejandro Pilón, Inés Cuéllar, Narciso Arellano, Julio César Espinoza, Edith Gutiérrez, Patricia y Raúl Romero, Rufino Jiménez, Arturo Sánchez, Mariana y Guillermo Selvas, David Medina, Martín Garrido, Vicente García, Cecilio y Jorge Armando Ramírez, Óscar Hernández, Juan Carlos Estrada y Edgardo Morales.
Algunas y algunos de ellos cuentan ya con amparos que debieran garantizar su inmediata puesta en libertad, dado que las autoridades del estado de México ni la Procuraduría General de la República han podido comprobarles la comisión de delito alguno; pero es bien sabido que nuestras compañeras y compañeros no están secuestrados, que no presos, insisto, porque hubieran perpetrado alguna violación a las leyes vigentes, sino porque su calidad de hombres y mujeres dignos es tal que su ejemplo no puede ser permitido por los sirvientes y capataces del capital en México.
Esos mismos sirvientes son quienes pretenden en Acteal, tanto hoy como hace 10 años, cuidarle las espaldas a un régimen que sólo ha deslavado sus ropas otrora tricolores quedando blanquiazules o amarillentas, pero igualmente manchadas de sangre. Esos mismos sirvientes son quienes hoy defienden los modos antidemocráticos para elegir rector en la UNAM y así mantener el embate que amenaza desde 1985 con desmantelar la máxima casa de estudios de Latinoamérica en nombre de un neoliberalismo ramplón.
Esos mismos sirvientes aplauden hoy, como ayer, el que sus capataces y perros guardianes muerdan a los suyos al tiempo que mueven la cola al extraño enemigo que desde siempre ha osado profanar con sus plantas, sus fábricas, sus transnacionales y sus otros etcéteras nuestro suelo.
¡Tiemblen perros! ¡Escóndanse capataces! ¡Ocúltense sirvientes! Doña Magda está libre y, como ella, nuestras compañeras y compañeros también lo estarán. Su digno caminar volverá a pisar las calles nuevamente en un respiro común: el de las mujeres libres, el de las y los pobres honestos, el de los pueblos indios rebeldes; el de quienes abajo y a la izquierda han dicho ¡Ya Basta!
3 comentarios:
Con gran alegria leo la noticia de la libertad de Doña Magda ...
Y con nostalgia asimilo la ausencia de Sebastian que ya era parte de mi vida diaria al que le tengo un gran cariño y respeto ...
Estoy preocupada por su paradero , pero tambien feliz y tranquila por que se que NO SE DEJA VENCER POR NADA NI NADIE Y SIEMPRE ESTARA EN PIE DE LUCHA ...
Sebastian , te mando muy buena vibra hasta donde estes , un beso y super abrazo ...
Chilanga: gracias por dejarnos leer lo que publicaste de parte de sebastian y al menos de mi parte todo el apoyo
Besos
Valkyria, suponemos que Sebastián está bien; lo que no sabemos es dónde: ni siquiera su compañera tiene noticias suyas y sabemos, por parte de ella, que no se ha reportado con sus familiares ni con sus compañeros en la compañía de teatro donde trabajaba. Gracias por tu apoyo.
Pues si, crece igualmente mi preocupación por Sebastián.
Sé que sabe lo que hace y como lo hace, espero que esté muy bien.
Mi pensamiento está contigo Sebastían... ahí en complicidad apoyándote para que todo esté bien.
Gracias a ustedes Chilang@s por mantenernos informados.
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