8 de octubre de 2006

LOS SEIS PUNTOS :: ce.

1.- De la ratificación, ampliación o modificación de las características de la Otra Campaña, propuestas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

"Vamos a seguir luchando por los pueblos indios de México, pero ya no sólo por ellos ni sólo con ellos, sino que por todos los explotados y desposeídos de México, con todos ellos y en todo el país. Y cuando decimos que todos los explotados de México también estamos hablando de los hermanos y hermanas que se han tenido que ir a Estados Unidos a buscar trabajo para poder sobrevivir. Vamos a ir a escuchar y hablar directamente [...] con la gente sencilla y humilde del pueblo mexicano y, según lo que vamos escuchando y aprendiendo, vamos a ir construyendo, junto con esa gente que es como nosotros, humilde y sencilla, un programa nacional de lucha, pero un programa que sea claramente de izquierda o sea anticapitalista o sea antineoliberal, o sea por la justicia, la democracia y la libertad para el pueblo mexicano. Vamos a tratar de construir o reconstruir otra forma de hacer política, una que otra vuelta tenga el espíritu de servir a los demás, sin intereses materiales, con sacrificio, con dedicación, con honestidad, que cumpla la palabra, que la única paga sea la satisfacción del deber cumplido, o sea como antes hacían los militantes de izquierda que no paraban ni con golpes, cárcel o muerte, mucho menos con billetes de dólar. También vamos a ir viendo de levantar; una lucha para demandar que hacemos una nueva Constitución o sea nuevas leyes que tomen en cuenta las demandas del pueblo mexicano como son: techo, tierra, trabajo, alimento, salud, educación, información, cultura, independencia, democracia, justicia, libertad y paz. Una nueva Constitución que reconozca los derechos y libertades del pueblo, y defienda al débil frente al poderoso."

Anónimo dijo...

"Consideramos que la Otra Campaña debe ser:
a) Anticapitalista y antiimperialista, ya que el sistema que genera la desigualdad social y económica es el capitalismo salvaje, cuyo carácter omnipotente, osa adueñarse de todo ser vivo e inorgánico para cosificarlo en mercancía que le de ganancias: el agua, la tierra, los microorganismos y plantas a través de las patentes, el hombre como trabajador desechable, la educación, la salud, etc. Por ello, debemos luchar en contra de la explotación y la opresión de una minoría que absorbe el poder, es decir, los de arriba, sobre una gran mayoría de pobre y marginados. Por lo tanto, la lucha es de izquierda.
b) Anticolonialista, antifascista y antiautoritarista. Esta Otra Campaña tiene que mantener la memoria histórica de las masacres cometidas por odio, discriminación y exacerbada intolerancia hacia aquéllos que tienen ideas, creencias, costumbres o identidades distintas; para impedir nuevas oleadas de grupos o tendencias fascistas. Así mismo, luchamos por la liberación de los pueblos colonizados.
c) Internacionalista, ya que la explotación no tiene fronteras. Aunque el neoliberalismo, por un lado, abre límites geopolíticos para sus productos, fábricas y capitales; por otro, cierra fronteras, incluso violentamente, para que los pueblos no se reconozcan y hermanen como explotados. Por ello, la Otra Campaña debe trascender límites dibujados desde arriba y solidarizarnos con otros pueblos en resistencia para combatir juntos el capitalismo.
d) Buscar el socialismo, como una alternativa de un sistema más justo y libre.
e) Revolucionaria, es decir, busque la transformación social de fondo mediante la imposición de un poder democrático y justo que emane de los de abajo, trascendiendo reformismos que impliquen cambios para seguir igual.
f) Humanista, que impulse el Nuevo u Otro Hombre del que hablaba el Che, como principios y valores firmes como la tolerancia, respeto, disciplina y con capacidad autocrítica que busque el bienestar común.
g) Busque y practique la justicia, democracia, libertad y que sea incluyente, desechando sectarismos.
h) Respeto a todas las formas de lucha y organización que los pueblos, comunidades y organizaciones decidan adoptar, salvo cuando actúen de espalda a la asamblea.
i) Tenga como tarea la defensa de los presos políticos, la lucha por la presentación de los desaparecidos y contra la represión.
j) Defienda la soberanía nacional.
k) Desde el punto de vista de nuestra clase social, el capitalismo implica, precisamente, dos clases: una que explota y otra que es explotada y oprimida. Dentro de esta geometría, nosotros nos encontrarnos con los de abajo y, como tal, nos hermanamos para luchar por un sistema donde no haya más clases sociales.
l) Educadora bajo una perspectiva transformadora, liberadora y popular.
m) Rechace caudillismos y mesianismos, es decir, desarrollar como sociedad la capacidad autónoma de tomar en nuestras propias manos nuestra liberación, sin que dependa de la dirección de un personaje incuestionable.
n) Busque el desarrollo sustentable."
Espacio de Coordinación Zapatista. Sobre los seis puntos.

Anónimo dijo...

Sobre las características de la otra campaña

Planteamiento del problema:
A) Lo importante es visualizar las implicaciones que tiene declararse anticapitalista en el sentido de una propuesta para la transformación radical y a fondo de la realidad. No es lo mismo proponer la reforma del sistema dejando intocadas sus bases fundamentales que declararse dispuesto a afectar las bases materiales de la dominación clasista con la agudización del enfrentamiento social que esto implica y las repercusiones sobre la seguridad de los integrantes de La Otra Campaña, amén de las exigencias que una lucha de este tipo significa. Además, declararse anticapitalista hoy en día en nuestro país no es una consideración de orden meramente ideológica, derivada de nuestras lecturas y una posición propia de sectores ilustrados radicalizados. Es, más bien, una urgencia histórica vital de nuestro pueblo que no tiene ya posibilidad de sobrevivencia dentro de los márgenes del régimen capitalista. Ser anticapitalista es estar a la altura de las exigencias históricas del momento, es estar a la altura del llamado que viene desde el México de abajo.
B) El Capitalismo como modo de producción y determinador de múltiples relaciones sociales no es una suma de problemas sino la articulación de los mismos a partir de un elemento dominante que es el Capital, el cual origina un buen número de ellos, exacerba otros tantos e imprime características particulares a otros más. Adquirir una conciencia anticapitialista implica reconocer las problemáticas que padecemos cada quien en su sector o experiencia cotidiana como parte de un régimen que impone ciertas relaciones que posibilitan la existencia de cada uno de ellos, ya sea porque le interesa crearlos o simplemente porque no hace nada por resolverlos; el capital no se propone resolver ninguno de nuestros problemas y no lo hará a menos que le signifique una ganancia. Así pues, el capitalismo se siente y se vive de diferente manera para los distintos sectores y conglomerados sociales de las clases trabajadoras que padecen la explotación, el despojo, la exclusión, la represión o la discriminación; el capitalismo es violencia contra la niñez, es discriminación étnica, es despojo, es aumento de la jornada de trabajo, es el cierre de escuelas, es la desesperanza aquí y allá, pero más allá de cada una de estas cosas es todo esto junto, ordenado por un modo de producción basado en la ambición insaciable de una minoría privilegiada a partir de la propiedad y el poder que de ella emana.
C) Todos debemos preguntarnos sobre nuestra manera particular de ser anticapitalista, aceptando que existen diversas formas cotidianas de subvertir y estar más allá del sistema, todas ellas respetables pero igualmente insuficientes por sí mismas. Además debemos reflexionar sobre el hecho de que la simple suma de las diversas luchas particulares no da como resultado la lucha anticapitalista. Ser anticapitalista es un salto cualitativo en el desarrollo de la conciencia política de un pueblo, movimiento u organización. Este salto tiene que ver con dos procesos: por un lado lograr identificar al enemigo común, al origen o causa profunda de nuestros males sociales; por otro lado, lograr situarse por encima de nuestras reivindicaciones particulares para abrazar causas que van más allá de nuestra condición gremial, sectorial, etc. Esto último no significa abandonar nuestra identidad y nuestras luchas concretas sino remontarse más allá de nuestro reducido horizonte de visión inmediata.
D) En este sentido, la lucha anticapitalista agrupa a un sinnúmero de luchas integrándolas en una propuesta de carácter superior por su amplitud. Hay que hacer una caracterización de las luchas que pueden ser referidas con la característica general de anticapitalista y ser honest@s a la hora de plantear características que no pueden ser englobadas bajo esta palabra. No se trata de hacer una lista interminable y desordenada de características particulares que no pueden generalizarse sino a la fuerza. Esto es lo que ha pasado en La Otra Campaña hasta el momento donde todos queremos ver reflejadas tal cual, sin cambiarle una coma, nuestras propuestas grupales, sectoriales, gremiales y hasta personales. Hay que ser generosos para poder ubicar lo que es común a grupos cada vez más amplios y lo que puede ser nombrado, referido o evocado con una sola palabra.
E)Pensamos por tanto que en este punto no es necesario llenar de apellidos y adjetivos al capitalismo y por tanto a lo anticapitalista, sería mejor que llenemos de contenido al término anticapitalista a partir de nuestras experiencias y reflexiones sobre los problemas que por una razón o por otra identificamos con particular importancia, así, el anticapitalismo de La Otra Campaña podrá significar algo más que una oposición a algo existente que no queremos para convertirse en la propuesta del mundo que sí queremos.

PROPUESTA:
1.- Ratificamos las características de La Otra Campaña propuestos en la Sexta declaración de la Selva Lacandona, además, los consideramos, en lo general suficientes y precisos.
2.- Por lo anterior pensamos inconveniente incorporar en este punto las propuestas referentes a explicitar luchas y demandas particulares que puedan ser generalizadas.
3.- Siendo sensibles a algunas de las preocupaciones vertidas en este punto proponemos el siguiente párrafo:
“La Otra Campaña se define anticapitalista; esto implica luchar contra un régimen que basándose en la explotación y el despojo, genera pobreza, exclusión, destruye el Medio Ambiente, promueve relaciones hostiles, autoritarias y discriminatorias, además de sobreponer sus intereses de manera violenta contra todo y contra todos”.

Anónimo dijo...

Sobre este punto se propuso lo siguiente:

• Respetar las diferentes formas organizativas de cada organización.

Hemos visto que dentro de la Otra campaña hay organizaciones que tienen una estructura jerárquica entre ellos el EZLN es por eso que nuestra propuesta se basa en el respeto reciproco, tomando en cuenta que las formas de estructuras lineales no se impongan en ningún momento a los colectivos organizados de forma horizontal, así como estos, tampoco no podrán imponer su forma a las demás organizaciones.


• Se propone que una de las características sea la de luchar por la defensa de los derechos laborales

• Que impulse el comercio informal, apoyando la micro empresa.

• Que se pronuncie por la defensa del patrimonio cultural y ecológico.

• Que sea: Antijerárquica, antipatriarcal, no sectaria, antihegemónica, autogestiva, de conocimientos compartidos, que impulsé el arte popular, que existan foros de consulta y propuesta, plural, antihomofóbica y antisexista.

Anónimo dijo...

1. Los derechos humanos fundamentales, por ejemplo la Declaracion Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, empezado por medios del siglo pasado, para tod@s sin excepción, y que entre nosotr@s hagamos lo necesario para cumplirlos para tod@s sin excepción. También reconociendo adicionalmente el territorio y usos y costumbres de cada persona. Somos una organizacion mundial anti-capitalista que quiere decir ‘anti-criminal’ a la vez. Tenemos objetivos definidos claramente, por ejemplo los mencionados en el discurso del Delegado Zero en el Zócalo el 1ero de Mayo, que esperemos ayudar en extender el resto del mundo después.

Anónimo dijo...

En la Otra Campaña estamos todas las personas que actuamos con nuestros principios de apoyar y trabajar con las personas que menos tienen, que han sido discriminadas, explotadas, reprimidas y a quienes se les ha usurpado sus tierras, medios de producción, viviendas y derechos, o sea con todas las de abajo y a la izquierda.

Somos todas las personas que no le servimos a los intereses del capital nacional y extranjero, que no le servimos a la clase política y a quienes tienen aspiraciones de clase, tampoco le servimos a los funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno y a quienes aspiran a formar parte de dichos grupos de poder.

Tenemos que empezar a discutir si al derrocamiento del régimen, buscamos la toma del poder y pensamos al poder (al Estado) como un instrumento para promover la libre asociación de las unidades de producción y consumo. Sí es así, ¿reproduciríamos el ejercicio actual del poder? y entonces, ¿dónde quedaría la autonomía de los pueblos y comunidades...?

Si pensamos utilizar al Estado y su estructura gubernamental como instrumentos para erradicar la explotación capitalista en nuestro país o instalar un gobierno popular; dejaríamos intactas , o reproduciríamos las distintas formas de dominio que nos han oprimido a través de la historia.

Tenemos que pensar en colectivo cuál va a ser el papel de los “documentos básicos de la otra campaña”, o del programa nacional de lucha que vayamos construyendo; si dicho material sería el marco teórico de lo que se pueda pensar como el “partido” o la “fuerza política” de la otra campaña.

Si es así, quizá promovamos inconscientemente una división del trabajo basada en el desarrollo de las actividades políticas consideradas trabajo intelectual y otras no políticas a juicio de los “cuadros políticos” de la otra campaña , consideradas trabajo material como es participar en proyectos de enseñanza aprendizaje, atención primaria a la salud, promoción de proyectos productivos, entre otros.

Bajo este criterio, la participación en actividades comunitarias que generan la autonomía en materia de salud, educación o seguridad pública serán consideradas acciones no políticas y la asistencia a talleres de formación política o marchas, se considerarán acciones de contenido político.

Nos parece que dichos “documentos básicos” no deben ser utilizados para dar línea, reclutar y formar cuadros. Se trata de unificar criterios no de uniformar, de aprender, de escuchar y promover posiciones concretas frente a problemas prácticos, inmediatos y estratégicos que se presenten.

Si el rollo no es la toma del poder, ¿para qué plantear el derrocamiento del régimen? Por qué no mejor plantear la construcción de PODER POPULAR y el enlace de dichos “poderes populares” para despojar a la clase política de su trono en nuestros espacios autónomos. Y si el rollo no es la toma del poder sino simplemente desorganizar a las fuerzas del Estado, tendríamos que profundizar el quehacer comunitario que genere y consolide condiciones para la creación de espacios de autonomía en los diferentes ámbitos de la acción colectiva, por ejemplo en materia de salud sexual y reproductiva como lo hacen las promotoras de salud zapatistas en Chiapas, en lo que tiene que ver con la educación, en materia de policías comunitarias....

La toma del poder para transformarlo, puede tener sentido... la construcción de autonomías y poder popular, podrían ser el eje conductor de la siguiente etapa de la otra campaña. Sin embargo, nos parece que con independencia de que se planté la toma del poder o sólo la construcción de espacios autónomos alternativos al poder del Estado, debería plantearse la propuesta de que así como el EZLN renunció a tener injerencia y mando sobre las Juntas de Buen Gobierno de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas; alguien en la otra campaña tendría que renunciar a “cargos” temporales o permanentes; así como renunciar a formar parte de la Dirección Nacional Colectiva o sus espejos estatales, regionales, locales o sectoriales.

O sea que habría que plantear seriamente el hecho de que un bloque importante de la otra campaña, con autoridad moral, tendría como papel histórico el no pretender formar parte de una instancia de poder popular. Mantenerse al margen de estas construcciones sociales y poder erigirse como un actor crítico frente a las construcciones de los nuevos poderes autónomos comunitarios.

Sobre el recorrido de Marcos y comandantas-es de la Comisión Sexta: Nos parece que no se trata de que Marcos y el EZLN “escuchen a la raza” para que la Comisión sexta “trabaje” los problemas y elabore una línea para posteriormente “bajarla” al grueso de adherentes, como han pretendido hacer creer algunos intelectuales orgánicos del sistema. Se trata de escuchar y de aportar como adherentes (incluido el EZLN) elementos al programa nacional de lucha en igualdad de condiciones, sin olvidar que el convocante tiene fuerza moral y su palabra tiene peso específico como para no ser tomado en cuenta.

Otra cosa es el Marquismo, que a la usanza de algunos biblistas dogmáticos repiten al pie de la letra las “palabras de Marcos” y las manipulan a su antojo.El culto a la personalidad implica riesgos importantes en la otra campaña, el que un grupo de gente se proclame “intérprete” de las palabras de Marcos y descalifique en automático las críticas constructivas que puedan hacerse a sus reflexiones. A la larga, dicho culto a la personalidad “atrae” como miel a la lambisconería que mas delante puede mostrar su verdadero rostro contrarrevolucionario.



“Contra el SIDA, el silencio y la discriminación:
Organización, movilización
Y resistencia ciudadana.”

Anónimo dijo...

Ratificación, modificación o ampliación de sus características fundamentales.

a) Ratificación
De acuerdo a las características que ya se esbozan en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona nosotros destacamos las siguientes:
-Anticapitalista y antineoliberal (no basta con decir antineoliberal, se puede ser capitalista y antineoliberal, lo hemos visto por ejemplo, con López Obrador)
-De izquierda
-Que privilegie el oído, para escuchar
-Que busque articular todas las formas de lucha anticapitalista
-Que busque construir nuevas formas de hacer política desde abajo y por abajo:
+Abajo en la geometría política, es decir no entre líderes, sino entre bases.
+Abajo en la pirámide social, lo que quiere decir que el liderazgo tienen que asumirlo los pobres en la otra, tenemos que ir al ritmo que la gente más sencilla vaya dictando en La Otra, seguir el programa que emane básicamente de ellos y asumir las características que ellos le impriman. Esto implica una opción preferencial por los pobres (por los que no tienen ninguna esperanza de sobrevivir en el sistema capitalista), que no son los únicos en La Otra pero sí deben ser quienes lleven la batuta.
-Civil y pacífica. Aquí el colectivo se dio cuenta de que necesita más elementos para entender y discutir las implicaciones de estas dos características. En primer lugar se ve que no debe confundirse el término pacífico con “pacifista” (asumiendo que el pacifismo no es aplicable en toda situación, y que debemos estudiar otras experiencias para saber bajo qué condiciones la no violencia ha funcionado como forma de lucha efectiva); y que el término “pacífico” denota lo contrapuesto a la vía armada como forma de lucha (que también respetamos), pero no exime de la necesidad de confrontación en algunos casos, a través de medidas de presión pacíficas como bloqueo de carreteras, toma de instalaciones, etc. Así pues no implica una forma de lucha ingenua o sin riesgos, y requiere de una preparación específica porque para ser efectiva necesita ser organizada y masiva. En segundo lugar lo que no tenemos claro es si La Otra debe organizarse para la autodefensa, es decir no sabemos si la autodefensa es compatible o incompatible con el carácter pacífico de La Otra. En tercer lugar pensamos que necesitamos entender mejor cómo se han articulado en otras experiencias la lucha armada con los frentes políticos o de masas, para que pueda quedarnos más clara la forma de participación de los grupos armados –como el mismo EZLN- en una iniciativa civil y pacífica. Por último, en cuarto lugar, está la diversidad de modos de lucha pacífica y la pregunta abierta de si todos debemos actuar de la misma forma, o respetar todas las formas aunque algunas conlleven consecuencias negativas para compañeros que no eligieron esas formas de luchar (por ejemplo, la acción directa). Lo único claro es que todos debemos actuar con responsabilidad y tomando en cuenta al conjunto de compañer@s de la Otra en el momento de realizar una acción.

b) Modificación
No proponemos la eliminación ni la modificación de ninguna de las características esbozadas en la Sexta.

c) Ampliación
Consensuamos que en esta ampliación de características, no debe establecerse ninguna que implique la descalificación de otro que forma parte de la Otra Campaña debido a su filiación ideológica, por eso no estamos de acuerdo cuando se opina que debe ser socialista, anarquista, comunista o zapatista.
Discutimos la ampliación de tres características más que no reflejen únicamente cuestiones importantes para algunas luchas específicas, sino que quizá deban incluirse como definiciones importantes de La Otra al suponer que el sistema de muerte que enfrentamos no se agota en su característica capitalista, o por lo menos se realimenta con otras formas de dominación que debemos combatir al mismo tiempo y que es necesario hacer explícitas porque preceden al régimen capitalista y pueden sobrevivirlo.
Estas características son las siguientes, con sus respectivas consideraciones:
-Antipatriarcal (como combate a toda dominación del fuerte sobre el débil, incluyendo la violencia de género y reconociendo la necesidad de la disidencia sexogenérica). Aquí consideramos necesario que las personas, colectivos y organizaciones anticapitalistas que viven y tienen experiencias de lucha contra este tipo de dominación puedan darnos más luz sobre si es una característica de la Otra Campaña incluida en la característica de «anticapitalista», o si debe explicitarse por separado.
-Antijerárquica (luchar por que nadie decida por otr@ en algo que lo afecte, debido a tener una característica esencial ―como cierto género, edad, posición económica, posición política, etc.― que le “dote especialmente” para el mando. Es decir, que todos podamos incidir y participar simétricamente en las decisiones que nos afectan, independientemente de nuestra edad, género, raza, religión, posición política, posición económica, posición social, etc.) Pensamos que esta posible característica de La Otra no debe confundirse con un posible principio organizativo de horizontalidad, ya que esto se trataría en el Punto 2..
-Contrahegemónica o Antihegemónica (se entiende hegemonía como el mecanismo por el cual una clase o grupo social logra por diversos medios que otras clases o grupos compartan su visión del mundo). Sabemos que algunos adherentes se pronuncian por que La Otra se defina como contrahegemónica y que construya otra hegemonía, es decir combatir la situación actual en que los valores de la clase que se beneficia de la reproducción del sistema capitalista logran subordinar al resto de la población bajo sus principios culturales e ideológicos; algunos otros piensan que La Otra debe ser antihegemónica, es decir luchar contra cualquier tipo de hegemonía o imposición ideológico-cultural (incluso contra la imposición de nuestros valores como movimiento de liberación sobre los valores de otros). Nosotros pensamos que no tenemos suficientes elementos para pronunciarnos por uno u otro, y tampoco tenemos claro si el aspecto de la lucha contra la hegemonía capitalista es parte intrínseca de la lucha anticapitalista que ya está enlistada.

Anónimo dijo...

Estamos de acuerdo con las siguientes características fundamentales que aparecen en la propuesta de preguntas que difundió la Comisión Sexta: anticapitalista, de izquierda, civil y pacífica, con otra forma de hacer política, que escuche y tome en cuenta la palabra de los de abajo, que construya un programa nacional de lucha anticapitalista y de izquierda, que sea nacional, con trabajadores y trabajadoras de la ciudad y el campo, indígenas, jóvenes, mujeres, ancianos y ancianas, niñas y niños, homosexuales, lesbianas y transexuales (sobre esto tenemos un comentario que haremos en el punto cuatro), con todas y todos los de abajo, pero siempre que estén de acuerdo con los principios de la otra.
Sin embargo, algunas compañeras no comparten la idea de luchar por un nuevo constituyente y lo van a argumentar en los documentos de su colectivo. Respecto al carácter civil y pacífico de la Otra Campaña, algunas compañeras consideran que nos falta profundizar la discusión sobre formas de resistencia y de lucha pacífica.
Proponemos también retomar el espíritu de respeto a la autonomía de las organizaciones y los modos de lucha de cada quién que leímos en la convocatoria del EZLN para participar en la plenaria de La Garrucha.
También proponemos que la lucha, además de anticapitalista y de abajo y a la izquierda, sea contra el patriarcado. Cuando pensamos en patriarcado nos vienen a la mente todos los siguientes planteamientos, dudas, sentimientos, vivencias. Estamos contra el patriarcado porque estamos contra el poder que oprime en todas sus formas. Hablar de patriarcado es hablar de sistemas de dominación, explotación y violencia que afectan a los más vulnerables, no sólo a las mujeres. El patriarcado institucionaliza la marginación, la discriminació n, el racismo, la explotación, la violación de derechos humanos y la prepotencia de quien se siente “fuerte” frente a quien considera que es “débil”. No es una cuestión de géneros ni de clases sociales. Hay mujeres que están contra la violencia intrafamiliar de parte de sus maridos pero ellas golpean a sus hijos y reproducen los roles que impone el sistema.
Aparentemente, en los sistemas patriarcales se persigue la solución a los problemas económicos, pero siempre se generan nuevas clases explotadas; como los migrantes. El patriarcado crea otras formas de marginación y desintegració n y desarraigo social y familiar, cultural. Genera terror y crea grupos aislados donde lo más importante es el individualismo o, en todo caso, la protección a lo familiar y a lo que le conviene, pero destruye el tejido social y colectivo. Una característica primordial de los sistemas patriarcales es el monopolio de la violencia porque existe un método para someter y controlar rebeliones, mientras se exalta la violencia que le es conveniente porque fomenta la reproducción de los modelos de consumismo insaciable.
El capitalismo usa y utiliza al patriarcado porque lo necesita. Es la base que lo sostiene y le da razón de ser. Por eso, para nosotras, el capitalismo no puede ser el gran enemigo a vencer. Sabemos que sentir que los seres humanos son propiedad privada sí es un problema, pero hay una cosificación de los “débiles” no sólo en el capitalismo sino en todos los sistemas políticos y sociales. Y eso es patriarcado.
Nosotras defendemos el cambio desde lo privado. El capitalismo y el patriarcado están en lo privado y te llevan a considerar que es normal la violencia. Al momento de nacer, un ser humano es clasificado con estigmas. Antes de la lucha de clases, muchos años antes, en la vida de cada ser humano, está la lucha entre los sexos, entre las razas y todo lo que esté vinculado con lo superficial y con las apariencias. Y eso te marca para toda tu vida. Además, la violencia que se ejerce contra la mujer no depende de la clase. El capitalismo mercantiliza y marca diferencias profundas entre los seres humanos, pero se apoya en costumbres milenarias. Nosotras pensamos que si combates el patriarcado, tumbas al capitalismo. Pero si combates sólo el capitalismo dejas en pie miles de formas de opresión, sometimiento, dominación y violencia y no terminas con el patriarcado. Las características del patriarcado son las que permiten la sobrevivencia del capitalismo.
Como mujeres no podemos caer en la tentación de creer que nuestro gran enemigo a vencer es el capitalismo, porque nuestra opresión viene de siglos, pasa por todos los sistemas políticos y económicos y continúa hasta nuestros días, seamos capitalistas, socialistas o comunistas. Cada sistema político que va pasando sólo le da nuevos tonos y colores a la lucha por el control y el poder a partir del uso de la fuerza. Entendemos que falta discusión sobre el término matriarcado porque también genera confusión.
Algunos compañeros de la Otra Campaña han señalado que debemos ir poco a poco, que primero acabemos con el capitalismo y luego ya veremos, para que no queden fuera de la Otra quienes no comparten esta lucha que consideran sectorial o exclusiva de las mujeres. Y eso, de algunas mujeres. Varias veces se nos ha sugerido detener ahora la lucha contra el patriarcado y concentrarnos en la lucha contra el capitalismo. Pero consideramos que no vamos a poder acabar con el capitalismo si no acabamos con el patriarcado. Y además, compañeros y compañeras, nos están pidiendo que cerremos los ojos ante las millones de mujeres asesinadas, flageladas, encarceladas, mutiladas y violadas a lo largo de la historia de la humanidad por haber nacido mujeres. Y también nos están pidiendo olvidar los miles de asesinatos que hay a diario en todo el planeta. Entendemos que esta propuesta de declararnos abiertamente en contra de las formas patriarcales resulta amenazante tanto para hombres como para mujeres, incluidas nosotras porque esto implica asumir responsabilidades para transformar esta realidad. Pero nos gustaría encontrar las palabras correctas para explicar que el antipatriarcado no es un berrinche de un grupo de mujeres que firmaron la Sexta. Es una cuestión de sobrevivencia y una obligación ética y moral de todo aquel que se dice luchador por la libertad y la vida digna.
Otra cosa que queremos decir es que el hecho de que una persona crea que no ha sido abusada y violentada por las formas patriarcales no le da derecho a negar que la problemática existe. Y en la Otra Campaña, compañeras y compañeros, ha habido comentarios muy peyorativos hacia nuestra propuesta que además nos estigmatiza, que nos ofende al considerarnos furiosas o vengativas, obsesionadas con defender una postura que llaman “sectorial” y que dicen que “nos conviene” sin estar dispuest@s a tener la sensibilidad suficiente para ver que la violencia entre “fuertes” y “débiles” es un problema que nos atañe a todos y todas.
Entendemos que el hecho de declararse antipatriarcal puede quedar sólo en palabras, como sucede también con la lucha anticapitalista y todo lo que se ha propuesto. En nuestros actos cotidianos seguimos reproduciendo los mismos modelos. Por eso consideramos que la lucha se debe dar desde lo personal.
Sabemos que la lucha antipatriarcal es algo que debe construirse día a día. Sabemos que aunque la OC se declarara antipatriarcal, eso no implicaría que lo fuera. Pero estamos en nuestro derecho de proponer esto porque la misoginia y el sexismo son una realidad en la Otra. Hay compañeras que han hecho denuncias de violación sexual por parte de compañeros que firmaron la Sexta y no podemos quedarnos calladas ante eso, pero tampoco pueden quedarse calladas y callados todos los firmantes. Nos parece una incongruencia protestar por las violaciones sexuales de la policía pero callarnos cuando algo así sucede al interior de la otra campaña. Nosotras no vamos a quedarnos calladas y les preguntamos ¿qué van a hacer todos los demás integrantes ante este tipo de acusaciones?
Tenemos derecho a concentrarnos en las cosas importantes cuando se dan discusiones con temas que nos interesan. Pero eso todavía no se puede hacer en la OC. Todavía tenemos que estarnos preocupando porque algunos compañeros no nos molesten y que algunas compañeras no quieran obstaculizar nuestra forma de lucha.
Es necesario construir, no sólo combatir. El reto más difícil que enfrentamos es el cambio. Para todas las personas cambiar es amenazante. Por eso la lucha contra el antipatriarcado es amenazante no sólo para muchos hombres sino para muchas mujeres. También lo es para nosotras pero tenemos que asumir la responsabilidad. No te tienes que esperar a modificar la conducta violenta de un hombre. Cuando tú cambias, todo se mueve en torno de ti y por eso vale la pena transformarnos nosotras mismas. Cuando se siente amenazado, un ser humano suele tener tres reacciones que son pelear, huir o congelarse. Por eso les resulta tan conveniente a los que dictan las políticas económicas fomentar la sensación de vivir amenazados. En la Otra Campaña, donde estamos tratando de construir algo distinto, no queremos vivir amenazadas pero tampoco queremos que nadie se sienta amenazado por esta propuesta que hacemos. Lo que queremos, compañeros y compañeras es que la entiendan y la vayan haciendo suya. Incorporar la parte emocional en la Otra campaña es fundamental. Lo privado es público. En serio. Y hay cosas que no tienes por qué permitirlas aunque te acusen de emocional. Es nuestro derecho y nuestra obligación denunciar a los compañeros y las compañeras que nos molesten porque la violencia no tiene por qué ser algo normal con lo que tengamos que vivir.
También estamos en contra de los sistemas patriarcales porque nos parece que son una incongruencia para quienes luchamos por la autoorganizació n y la autogestión. En los sistemas patriarcales las sociedades se comportan como hijas obedientes de un padre y están esperando que ese padre (gobierno, instituciones, etc.) les diga lo que tienen que hacer. Pero en la Otra estamos a favor de la autonomía en las decisiones y todos los actos. Por eso es una incongruencia no cuestionar a sistemas que tienen como norma tomar todas las decisiones de un pueblo de manera vertical.
Les presentamos toda esta argumentación porque en el Sector no hay consenso para hablar de patriarcado a menos que lo desglosemos bien y lo expliquemos siempre.
También hay una propuesta de no estar en contra sino a favor de algo, así que estamos pensando en generar una propuesta en positivo.
Entonces, compañeros y compañeras, a partir de todo esto que hemos dicho ¿dónde queda esa acusación que nos han hecho diciendo que manifestarse contra los sistemas patriarcales no es más que una lucha de algunas mujeres para vengarse del dominador y ser nosotras las dominantes? ¿Por qué creen que queremos dominar, que queremos poder? De esta confusión se desprenden muchas de las ofensas y burlas que hemos percibido desde que el Sector Mujeres y la Sexta DF-Edomex comenzó a trabajar. Hasta el nombre nos cuestionan, compañeras y compañeros, cuando nosotras respetamos el nombre de todos los grupos y ni nos burlamos ni les sugerimos que modifiquen nada. Y porque los respetamos exigimos respeto. También los invitamos a que busquen por su cuenta los temas que les interesen, porque algunas personas nos han exigido explicar lo que es el patriarcado y muchas personas no se han esforzado por hacer su propia búsqueda, si es que les interesa.
Por último, compañeras y compañeros, sabemos que esta propuesta mete mucho ruido porque toca las fibras más sensibles de cada un@ de nosotr@s. Pero por eso nos parece importante. Porque sabemos que no es fácil, que es un gran reto, que nos lleva a modificar conductas violentas a todas y a todos y que implica llevar a cabo cambios muy profundos que dan miedo. No se acostumbra en las organizaciones políticas hablar de sentimientos y emociones. Se piensa que al externar los sentimientos una persona queda expuesta y se vuelve vulnerable, pero nosotras de por sí ya somos “grupo vulnerable” y no estamos de acuerdo en que hablar de sentimientos nos debilite. Creemos que es algo que nos abre la posibilidad de transmitir y compartir sabiduría y conocimientos que no podemos conocer en el formato rígido de una asamblea como las que hemos hecho.
Entendemos que el análisis debe hacerse entre todas y todos, pero de una vez les decimos que nosotras vamos a seguir luchando por un mundo sin opresión, sin abusos de poder y sin violencia en cualquiera de sus manifestaciones. A las compañeras y los compañeros que no compartan esta propuesta de construir juntos y sentar las bases de algo distinto los invitamos a reflexionar y les decimos que de todas maneras nosotras vamos a seguir luchando a pesar de la oposición que encontremos al interior de la Otra. No hacerlo sería traicionarnos a nosotras mismas e ignorar la lucha de otras mujeres, como las zapatistas, que han soportado condiciones terribles y han dado hasta la vida por reivindicar los derechos de las mujeres. Además, sería una incongruencia porque estamos bordando la Ley Revolucionaria de Mujeres Zapatistas.
Basadas en todo eso, compañeros, pedimos que, quienes vayan a rechazar esta propuesta, nos den sus argumentos y nos digan qué daño podría hacerle a la Otra Campaña asumirse en contra del patriarcado.

Anónimo dijo...

Las definimos como los principios que inspiran a los adherentes de la otra campaña. son propuestas provisionales porque consideramos que después de la consulta misma, se dará paso a un mayor y más definido compromiso, en ese momento, ya como
militantes de ese proyecto.
a) Anticapitalista: Partimos de la idea de que nuestra lucha no es únicamente por las necesidades o las demandas inmediatas de la población sino, fundamentalmente, contra un sistema que oprime y explota a toda la sociedad.
b) De izquierda. La anterior definición nos coloca como una fuerza que, luchando por la libertad, resalta la importancia de la igualdad de los diferentes y de la fraternidad, como ejes indisolubles de relación entre los desposeídos del país.
c) En tomo a la cuestión electoral y parlamentaria en México, no participarnos en ellas, partiendo del hecho que este es un terreno que ha demostrado ser de los de arriba, y que solo sirve para distraer y mediatizar las luchas por la Justicia, la Democracia la libertad. (Corno dejo en claro la lucha por el reconocimiento legal de los acuerdos de San Andrés)
d) En este sentido, no luchamos por el Poder, sino por la autoorganización y la autonomía de los diferentes sectores sociales, buscando módificar nuestras relaciones sociales en términos más humanos.
e) Esta lucha la llevamos a cabo desde abajo y con los de abajo, es decir, con los sectores más explotados y oprimidos de nuestro país y del mundo.
O Desde luego que somos incluyentes y no impositivos, lo cual significa que todos los mundos caben en uno sólo, sin hegemonizar ni homogenizar, pero dejando claro que miramos a la izquierda y hacía abajo.
g) Piacticamos una forma nueva de hacer política, basada fundamentalmente en la ética corno eje, entendiendo que nuestra actuación se guía por principios y no por afanes instrumentales o utilitarios.
h) Es una organización civil y pacífica, lo cuál significa que su accionar radica en la acción directa sin utilizar métodos violentos, aunque reivindica la autodefensa, ¿orno un derecho soberano del pueblo.

Anónimo dijo...

Ratificamos las características fundamentales de La Otra Campaña contenidas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona como fundamentales, considerando que el ser anticapitalista abarca todos los antis (antipatriarcal, antihegemónica, antijerarquica, etc.) planteados desde la Garrucha hasta la fecha, siendo estas, características particulares con las que se asume una identidad (individual y/o colectiva) a varios de los que están en la otra campaña.

Lo anterior, de acuerdo al análisis y debate realizado entre adherentes, a la luz de catorce meses de haberse iniciado la discusión sobre los seis puntos propuestos en torno a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, en la Primera Plenaria de La Otra Campaña celebrada en el Caracol de la Garrucha, Municipio Autónomo Rebelde Zapatista Francisco Gómez, Chiapas, en septiembre de 2005.

Anónimo dijo...

Ratifico la convocatoria de gente de izquierda y abajo. El método de escuchar, escucharnos..
Entre sus asertos es testificar/descubrir el rostro de Otro México. Mostrar que la unidad de la lucha está dada por el: despojo, explotación, desprecio y represión capitalista neoliberal al servicio de los intereses imperiales.
Enumero características fundamentales que se ha ido dibujando: horizontal, a pesar de estar centrada en la palabra y presencia del sub comandante Marcos, inevitable y deseable, puesto que él representa la convocatoria del EZ, quien llamó a la Sexta.
-Construcción de redes alternativas de comunicación, han permitido: informar y organizar, tal como fue el caso concreto del llamado a movilizarse por Atenco.
-Textos, editoriales, artículos, fotografías, poemas, videos, grabaciones van cohesionando un discurso, que afortunadamente, no es único, sino plural.
-Escuchar y tomar nota de: carencias, despojos, arbitrariedades, enfermedades, falta de trabajo y de futuro de millones de mexicanos, va generando una lista de prioridades que debe dar cuerpo al Plan de lucha.
Dudas:
El punto de discusión, planteado desde la aparición del EZ, es la cuestión del poder. ¿Queremos tomar el poder del Estado?, o ir creando espacios de poder popular que disloquen al Estado. Cuestión que atraviesa a la izquierda en la fase del capitalismo neoliberal. Si es verdad que el Estado-nación construido a lo largo del siglo X1X, ha sido desmantelado, quedando exclusivamente como un instrumento administrativo de negocios privatizados con tendencias de subordinación al imperio, entonces ¿para qué peleamos el poder económico, político e ideológico del Estado, que de suyo esta fuera de sus esferas, ya no le pertenece?. De ser así, el poder ha quedado diseminado en el todo social, y es allí dónde debemos disputarlo, dislocar; ir tomando fragmentos, espacios mediante la construcción del poder popular. No tengo una respuesta segura. Pero tal vez sirva de ejemplo la APPO, abreviando: surge un movimiento popular horizontal en torno a ciertas demandas clave, que se van modificando en el proceso de lucha en activo: aumento salarial del magisterio, salida del gobernador Ulises Ruiz, por los presos políticos, no a la represión, etc., sustentando cada demanda el movimiento en acción, a veces a la vanguardia, otras a la retaguardia, contestatario, o de propuestas respondiendo a la situación concreta de lucha. De mayo a octubre se consolida el poder popular, dislocando el poder estatal, surgiendo otras formas de ejercicio de poder popular diversas: barricadas, plantón, manifestaciones, medios de comunicación comunitarios, huelgas de hambre que impactan la vida nacional e internacional. La APPO representa una alternativa de vida real concreta, otro poder, con características propias de Oaxaca, eminentemente indígena y con un atraso económico de siglos, el eslabón más débil, lo llamaría Lenin. A partir del 27 de octubre con la ocupación militar, PFP, se aparece el poder del Estado en situ, al cual representan las fuerzas represivas estatales, y paramilitares creadas por Ulises Ruiz. Estamos frente a lo que algún día los marxistas antiguos (del siglo pasado) llamamos los Aparatos Represivos del Estado. Continuando con el lenguaje decimonónico, el poder burgués del Estado esta frente a nuestros ojos, golpea, encarcela, desaparece, mata, desarticula redes, atemoriza, siembra el terror. La guerra sucia con todo el sabor mexicano acumulado, disputa el poder popular, que, hasta ese momento llevaba la delantera política, moral, organizativa. ¿Estamos frente al poder del Estado?, ¿puede la organización popular horizontal, autónoma, acosar con sus masas organizadas al Estado?, ¿o tiende a desaparecer a fuerza de represión brutal? ¿Tiene capacidad del Estado de desbaratar fuerzas populares, enviando presos a cárceles fuera del estado, obligando a las familias a salir de su ciudad? ¿Puede el Estado torturara, violentar sus propias leyes para imponer estado de excepción, y actuar fascistamente? ¿Cuál es la naturaleza de este Estado? ¿No es la misma que Marx denunció en el siglo X1X, como poder represivo organizado de una clase, o fracciones de esa misma clase, para reproducir al infinito las relaciones de explotación, sujeción, opresión, que garanticen la reproducción de sus intereses? Y si es así, es necesario, organizar el poder popular con el objetivos no sólo de dislocar el poder de clase, sino apuntando desde el principio al corazón capitalista.
Dimsloquemos, es mi propuesta, bajo un plan organizativo que nos permita confrontar el poder del Estado burgués, en su fase neoliberal, con miras a construir, desde ya el socialismo el socialismo mexicano, a la mexicana, de la izquierda mexicana. . .

Disloquemos sin partido autoritario, machista, sectario, unilateral, pero con claridad política de construir

Pienso en los párrafos de la Sexta en que se evoca a los viejos militantes de los 60 y 70 disciplinados, tercos, teóricos y prácticos, que creyeron/ creímos en la solidaridad de los militantes, que confiábamos, más que en las personas, en las ideas y el ideario del partido u organización a la que perteneciéramos. Hoy, la fragmentación producida por el neoliberalismo, la caída del socialismo realmente existente, la evaporación de horizontes comunes, la uní polaridad del mundo imperial etc., ha producido otro tipo de luchador que antepone a la militancia, la autonomía. No estoy en contra de la autonomía, siempre y cuando no se entienda como individualismo y sectarismo, lo que desgraciadamente se da en las filas de la Otra, y de otros intentos de izquierdas dislocadoras. No aventemos al bebe junto con el agua. Retomemos las lecciones del pasado, y busquemos discutir la naturaleza del Estado mexicano, desde mi punto de vista, enemigo principal del mundo libre, justo y democrático que queremos construir.
Estos son los rasgos que, me parece, deben estar claros y como reto, la dialéctica entre la autonomía (desde la personal), en combinación con la militancia en torno a compromisos adquiridos, guiados por una organización democrática, con principios, estructuras y plan de lucha. Se entiende que en dinamismo acorde con las luchas y sus características especificas.
Además:
Civil y pacífica. Pero y también combinando todas las formas de lucha necesarias para la construcción del Otro México de abajo y a la izquierda. Creo en la combinación de todas las formas de lucha, incluyendo la lucha pacifica, directa, y también insurgente. Civil si, pero también militante.
Nacional sí. Porque lo que ha descubierto la Otra Campaña es que México esta unificado por las cuatro ruedas del capitalismo: despojo, explotación, despreció y represión. Si nuestra propuesta es acabar con el capitalismo, debemos pensarlo como un sistema que impera en lo nacional y también en lo internacional. Nuestro movimiento debe ser nacional e internacional, en contra del capitalismo globalizado.
Anticapitalista sí. Y antiimperialista, puesto que el capitalismo se concreta en la globalización, dominada por los imperios, entre ellos el más feroz, nuestro vecino es el gringo.
De izquierda sí. Porque
La izquierda busca la ruptura con el poder económico, basado en la propiedad privada de los medios de producción, sustento de relaciones sociales de explotación, opresión, desigualdad, desprecio y marginación. La izquierda se propone no solamente, un cambio en las condiciones materiales de vida, sino también apuesta a la construcción de hombres y mujeres nuevas, que trastoquen el orden moral individualista y decadente, para instaurar una sociedad solidaria en donde cada uno tenga según sus cualidades, según sus necesidades.
Con otra forma de hacer política sí. Y que no sea centralista, autoritaria, caudillista, machista, excluyente. Un poder organizado según diversos usos y costumbres populares, que tengan como consigna: “mandar obedeciendo”, respete la autonomía, lo que no significa fragmentación, sino el reconocimiento de lo particular/individual/personal en lo común y colectivo. En la historia de nuestro país tenemos ejemplos de poder popular organizado: CNH en 68, Los Caracoles del EZLN, la policía comunitaria de Guerrero, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, y muchos ejemplos de la historia nacional, como el Plan de Ayala.
Privilegiando el oído. Porque es necesario el ejercicio de escuchar a los demás, aprender de los demás, comprender las diferencias y buscar las coincidencias con respeto y tolerancia.
Reconociendo los límites de la acción propia y la necesidad de unirse a otras luchas. Porque somos un país con múltiples culturas, etnias, clases sociales, que para trastocar de raíz al capitalismo globalizado tenemos que unir fuerzas. Lenin decía: Articular, vincular y fusionar en la lucha popular. Pienso que una de las debilidades de La Otra ha sido nuestra incapacidad de hacer alianzas, para mi esto quedó claro el 1 de mayo, en que la clase obrera marchó con seudo charros o con el PRD, pero no con nosotros. No hubo pues capacidad de alianza. También me parece estamos un paso atrás de la APPO, en cuanto a su capacidad organizativa y de alianzas.
Hacia un programa nacional de lucha y una nueva constitución. Porque el plan de lucha permitirá que nos agrupemos en torno a un punto, o simultáneamente a más, para hacer actividades que muestren nuestra fuerza y capacidad organizativa. Las movilizaciones por Atenco, me parecen, fueron contundentes y nos dieron presencia en los momentos en que se daba la brutalidad contra Atenco, lo que posibilitó poder entrar al pueblo afrentado, al día siguiente. Este tipo de acciones simultáneas con vigor y claridad de demandas, me parecen necesarias.
En cuanto a la nueva Constitución, me parece, que sólo un movimiento popular amplio y beligerante (en todos los sentidos) podrá implantar una nueva Constitución. No se trata solamente de elaborarla, llenarla de buenos deseos, sino tener capacidad organizativa legitimada por el poder popular para sostenerla, darle vigencia y llevarla a la práctica. Estoy por el cambio radical de la Constitución del 17, que se encuentra violada en sus artículos, que algún día representaron los intereses del pueblo, en ese entonces en armas ( Emiliano Zapata con el Ejército Libertador del Sur, Lo Dorados de Villa, el Partido Liberal Mexicano de Flores Magón).
Además: Ampliar alianzas con organizaciones e individuos de abajo y a la izquierda, con pueblos del mundo en lucha, con experiencias de “izquierda” latinoamericana, sin perder nuestro perfil, establecer luchas conjuntas por puntos clave: no a la privatización de los recursos humanos y naturales etc. No al sionismo, no a las invasiones neocoloniales, etc. Porque
La sociedad capitalista globalizada ha acentuado el individualismo, la competencia desleal, la fragmentación de un horizonte común. La Otra, me parece, debe ser una ruptura con el sujeto enajenado, solo, abandonado que hoy es considerado lo común y corriente. Por eso la reeducación en viejos valores de izquierda como la solidaridad entre compañeros y pueblos de nuestro país y del mundo. Alentar el internacionalismo.

Anónimo dijo...

De abajo: del pueblo oprimido, explotado, despojado, reprimido, excluido, olvidado, discriminado por el sistema capitalista.
De izquierda: de las corrientes de pensamiento que de autodefinen en teoría y práctica, revolucionarias, libertarias, marxistas, anarquistas, zapatistas, cuyo denominador común sea el compromiso de luchar en contra del sistema de explotación capitalista, por la construcción de una sociedad con libertad, democracia y justicia.
Anticapitalista: que lucha en contra del sistema, contra la explotación, el despojo, la discriminación, la represión, por otra sociedad distinta. L@s marxistas dicen que socialista; l@s anarquistas dicen que ácrata, autogestiva; l@s zapatistas no predeterminan un modelo de sociedad específico, pero plantean como objetivos la libertad, la democracia y la justicia. Quienes se adhieren a la Otra Campaña tienen como denominador común el ser anticapitalistas. La sociedad futura, el puerto a llegar es tema de discusión, no de pleito. Podemos luchar juntos contra el capitalismo: anarquistas, zapatistas, marxistas, sin dejar de ser lo que cada quien es hoy. La Otra Campaña sirve para que nos conozcamos, para que trabajemos juntos, para discutir nuestras diferencias y aprender unos de otros.
Civil y pacífica: que utilizando todas las formas de lucha, nos movilizamos, resistimos al poder por vías civiles y pacíficas, sin renunciar a nuestro derecho legítimo a defendernos si somos agredid@s, pero esto de manera organizada y habiéndolo consensuado, de otra manera seríamos presa fácil de la represión. Ya sabemos que una promesa que el Calderón sí está cumpliendo es la de la “mano dura”, que es cárcel y muerte para l@s luchador@s sociales. No estamos por el martirologio ni somos suicidas. Nuestra lucha es por la vida y por eso elegimos luchar pacíficamente, mientras se pueda, después ya veremos…
Nacional: que ya no sea que cada quién lucha por su lado, que acompañemos nuestras luchas, las apoyemos, las hermanemos. Que si le pegan a un@ tod@s respondemos. Que así, apoyándonos, vamos formando redes o frentes o coordinaciones de pueblos en lucha, de grupos afines o diferentes, hasta lograr que nuestros puentes, nuestras redes de comunicación (desde electrónicas hasta orales) hagan posible nuestra comunicación en todo el país y más allá, con nuestr@s herman@s del otro lado y con l@s internacionales.
Independiente del gobierno, de los partidos políticos, de las iglesias: los partidos políticos con registro, las iglesias (salvo la teología de la liberación) y el gobierno son aparatos de control de la sociedad, están al servicio de la clase dominante, de la burguesía explotadora. Quienes luchamos en contra del capitalismo no podemos ni debemos tener ninguna relación con sus aparatos de control. Es necesaria una total independencia política, ideológica y económica respecto a ellos. Por principio ético y por congruencia. Debemos sostener nuestras luchas, nuestra rebeldía y resistencia a la represión, al despojo, a la explotación y a la discriminación con nuestros propios recursos, con nuestro propio calendario, combatiendo en el terreno que nosotros elijamos para luchar. No debe ser que alguien diga que es adherente de la Sexta y parte de la Otra y es, al mismo tiempo funcionari@ de gobierno, o legislador@, o líder charr@, o militante de un partido político con registro (aunque diga que es de izquierda). No debemos realizar nuestras actividades en los espacios del poder ni depender de sus recursos o de si nos dan “permiso”.
Puede ser que aún haya algun@s que todavía creen que algún partido político con registro es de “izquierda” y que no hay problema en militar en él y ser al mismo tiempo adherente de la Sexta y participar en la Otra. A estas personas hay que pedirles respetuosamente que se definan y definan el espacio que les corresponde. Si de verdad quieren estar en la Otra deben romper sus relaciones con el partido político y con el gobierno en todos los niveles, salir de los espacios que administra y controla el poder, dejar de utilizar sus recursos y deslindarse públicamente.

Anónimo dijo...

Libertad, diversidad, creatividad.
En agosto de 2005, cuando centenares de personas empezamos a coincidir en las reuniones preparatorias a las que nos convocó el EZLN en comunidades zapatistas de Chiapas, era difícil imaginar que tendríamos un año de tanto dolor. Y cuando digo “año” no me refiero a doce meses rigurosos sino al tiempo que ha pasado desde que leímos y firmamos la Sexta hasta que terminó el recorrido del Delegado Zero y arrancó esta consulta. Para mí, ese tiempo indefinido de heridas tan profundas bien puede considerarse un ciclo o un año porque nos ha permitido conocernos y encontrarnos, como siempre pasa en los momentos de conflicto. Desde el fallecimiento de nuestra compañera comandanta Ramona y otros compañeros hasta la reciente represión en Oaxaca, pasando por todos los agravios y crímenes que conocemos porque los hemos vivido en colectivo, quienes suscribimos la Sexta hemos tenido poco tiempo para sentarnos y discutir a fondo lo que nos importa y nos congrega. Sin embargo, pienso que ahora estamos mucho más preparad@s para dar esta discusión porque, después de todo, es en los momentos de dolor donde mejor se conoce a las personas. Además, precisamente porque las heridas son profundas es que estamos en condiciones de determinar si las cicatrices serán colectivas y nos forjarán una piel más resistente.
Sobre las características de la Otra Campaña tengo algo que decir. Reviso la relatoría de la plenaria en La Garrucha y me encuentro con una gran cantidad de propuestas de lucha “anti” y “contra” algo, pero también con propuestas de definición de la Otra Campaña en términos más propositivos: que la Otra Campaña se defina “de izquierda”, “en defensa de la soberanía, la patria y por la democracia sindical”, así como “por la autonomía y la independencia política” o por la vida y la defensa de la naturaleza, entre otras. Mi propuesta para la discusión del primer punto es que, además de ratificar lo que plantea la Sexta, seamos congruentes y dejemos que cada quien trabaje en sus temas de mayor interés, sin obstaculizar ninguna aportación que tenga como objetivo central hacer más coherente nuestra lucha o mejorar las relaciones entre adherentes.
También sugiero responder con ánimo de construcción a todos los procesos destructivos que hemos vivido. Ya sé que suena difícil, pero estoy segura de que podemos. Para ello creo que es necesario hacer planteamientos básicos sobre lo que nos da identidad de lucha, sobre aquellos propósitos o despropósitos que nos impulsan a seguir y nos llevan para adelante. Podemos, por ejemplo, usar algunos términos que, a manera de ventanas, sirvan como herramienta para transparentar nuestra manera de ver el mundo, que engloben muchas de las inquietudes vertidas a lo largo de este año y que nos comprometan. Para empezar, pienso en términos como libertad, diversidad y creatividad, pero es obvio que pueden surgir muchos otros de una reflexión conjunta.
Si hablo de libertad es porque creo que la base que sostiene nuestra postura firme contra las imposiciones del sistema que nos oprime está construida a partir de un pensamiento libre. Y también porque he visto en estos meses que estamos dispuestas y dispuestos a pagar el precio de la libertad, precio que, en mi opinión, va desde la soledad hasta la cárcel y la muerte. Pienso que la Otra Campaña está constituida, mayoritariamente, por gente libre, desde quienes ahora están en prisión hasta muchísimos jóvenes de movimientos anarquistas, anarcopunks y libertarios que no se cuelgan etiquetas sino que tienen un compromiso de vida donde demuestran lo que son en los hechos. Aquí hay personas libres en sus ideas, en sus actos y en sus palabras; hombres y mujeres que no piden permiso para recorrer su propio camino, el que ha sido trazado por ellas y ellos mismos. Es decir, rebeldes.
Pienso que otro de nuestros rasgos característicos es la diversidad. Somos muy diferentes. Y claro que al ser tan heterogéneos tenemos problemas, desencuentros y roces que nos dejan quemaduras. Los terapeutas familiares lo llaman “incompatibilidad de caracteres”. Existen grandes diferencias en la manera de enfrentar la vida porque hay gente del campo, de la ciudad, de en medio; gente que vive en México y gente que no; gente que padece enfermedades y gente que tiene mucha salud; gente muy joven y con muchos proyectos y gente muy grande que ya tiene su cansancio; hay gente muy respetuosa, muy amable, pero también hay patanes y patanas. Hay gente muy discreta y gente muy extrovertida. En fin, que tenemos una variedad muy compleja de historias de vida. Pero eso, si encontramos los mecanismos básicos de coordinación, puede representar una ventaja para un esfuerzo como éste donde, a diferencia de otras luchas de la izquierda, no somos “masas” sino “personas”. Somos gente con gustos muy diversos para la música, el trabajo, el descanso, la comida, el sexo, la manera de vestir, de arreglarse (o
desarreglarse) y las formas de lucha, en el mejor de los casos; o bien, que resiste los embates de la “modernidad” de manera distinta, a su ritmo, cada quien con su propia capacidad de sobrevivir luchando contra el dolor, el desempleo, la soledad, la angustia, el desamor, la enfermedad, la crueldad, el olvido y la pobreza. Pero eso no tiene por qué ser un impedimento para avanzar hacia un proyecto de lucha colectivo, siempre y cuando nos respetemos y podamos compartir objetivos. Hilos de un bordado, lo llamó Ramona.
En cuanto a la creatividad sólo quiero anotar que he podido percibir en la mayoría de integrantes de la Otra una tendencia a construir y no a destruir. Hay compañeras y compañeros imaginativos, con ideas y propuestas de construcción que siguen creyendo en la necesidad de no parecernos a aquéllos contra quienes luchamos, por difícil que parezca.
La buena memoria.
Pero no puedo limitar mi comentario a unas características tan generales y ambiguas que parecen el himno de “únete a los optimistas”. Tenemos que especificar más quiénes somos. No estoy desdeñando la importancia de los términos que utilizo, y entiendo que aunque estén desvirtuadas, palabras como libertad, diversidad y creatividad tienen muchas implicaciones políticas y filosóficas que podemos encontrar si vemos sus sombras proyectadas en la pared. Pero creo que si estamos en la Otra Campaña es porque, además, tenemos como rasgo común una inagotable capacidad de indignación, individual y colectiva que nos lleva a no permanecer indiferentes ni en silencio ante la violencia y la crueldad generadas por el capitalismo y otras luchas de poder, donde quiera que las encontremos. Es decir que actuamos en consecuencia. Y faltan otros aspectos que nos congregan y nos identifican. Uno es que suscribimos la convocatoria en el apartado seis de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona que nos hizo el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y con él luchamos. Otro es que sabemos organizarnos de manera autónoma, con nuestros propios recursos y hasta en las condiciones más difíciles, sin estar esperando que alguien más haga las cosas que se tienen que hacer. Otro es que nos llamamos compañeras, compañeros y nos exigimos y procuramos respeto. Pero otro aspecto, uno de los más importantes, siento yo, es que tenemos buena memoria.

Sebastián Liera dijo...

Creemos que la Otra Campaña tiene que ser en sí misma, de una manera clara e intransigente, algo en verdad muy otro que la coloque lejos de las reglas del actual juego político de arriba. Ello exige por principio de cuentas de quienes aspiramos y a veces suspiramos por su construcción cambios profundos, revolucionarios, que van desde lo individual hasta lo colectivo; cambios que no serán de la noche a la mañana, es cierto, pero que tampoco creemos que se tengan que postergar para un pasado mañana histórico que quizás no llegará.
Coincidimos, a reserva de ir profundizando la discusión, con quienes ven a la Otra Campaña como un movimiento necesariamente abajo y a la izquierda, anticapitalista y antineoliberal, que luche por la democracia, la libertad y la justicia para l@s mexican@s tod@s, incluyendo quienes se han tenido que ir al extranjero en busca de mejores opciones de vida.
Coincidimos también con quienes apuestan a hacer de la Otra Campaña un proceso de construcción hacia otra forma de hacer política basada en el servicio para con l@s demás y no en el servirse de l@s demás; por lo tanto, con sacrificio, dedicación, honestidad y cumplimiento de la palabra. Una política muy otra que incluya lo que el zapatismo resumió en su frase “mandar obedeciendo”, pero que viene a significar un profundo quehacer democrático contrario a los modelos de la democracia representativa de la burguesía (como el electoral) para emparentar con otros de la llamada democracia directa o participativa.
Igualmente, coincidimos con quienes creen que la Otra Campaña tiene que plantearle al pueblo de México en primer lugar y al resto de la nación una nueva Constitución que no sólo sea política; sino también social, económica y cultural. Lo que sin duda repercutiría en un nuevo orden en estos ámbitos, sin que uno de ellos quede por debajo de los otros; pero sin que tampoco uno sólo pueda resolverse sin el concurso de los demás. Así, ratificamos las trece demandas enarboladas por el zapatismo de: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, información, cultura, independencia, democracia, libertad, justicia y paz verdaderas y dignas.
Lo anterior obliga a la Otra Campaña y sus adherentes a plantearse luchas hacia un modelo (o varios) de producción distinto al capitalista, para garantizar acceso universal al trabajo y la tierra. Un modelo de producción que no debe perder vista que tenemos un solo planeta como casa y hogar de tod@s y que por lo tanto debe vigilarse para encontrar el justo equilibrio entre la explotación y la generación de los recursos naturales y culturales, priorizando ésta última, la generación, y no la primera: la explotación.
Ello obliga a su vez a adoptar nuevas, variadas y siempre creativas formas de relacionarnos con nuestro entorno de manera respetuosa; es decir, una nueva cultura, una cultura muy otra, que modifique sustancialmente nuestros nidos personales y familiares, el modo en que nos alimentamos y la manera en que nos cuidamos. No podemos suponer que cambiaremos el modo de producción capitalista y su cultura de consumo si seguimos aspirando a tener las viviendas que los capitalistas han diseñado, basadas en el desperdicio de la energía eléctrica o el agua; soñando en seguir comiendo, sin alimentarnos, avasallando plantas y animales sólo porque somos tan estúpid@s como para creernos eso de que somos la especie “más inteligente” del planeta. Vivimos y comemos, pues, como el capitalismo nos ha dictado, y ello repercute en nuestra salud, padeciendo enfermedades que o son producto de la carencia en situaciones de miseria o del abuso cuando sucede lo contrario, de suerte que la gente se muere de hambre o cáncer. No basta entonces con exigir mejores condiciones de vivienda, alimentación y salud si lo que vamos a pedir es vivir en casas, comer la chatarra y sobrevivir como el capitalismo nos dice que hay que hacerlo; hay que saber qué techo, qué alimentación y qué salud vamos a exigir; techo, alimentación y salud que tendrán que ser, como la Otra Campaña, muy otr@s.
En esto juegan un papel fundamental la educación, la información y la cultura; que tendrán que ser igualmente muy otras. Aquí compartimos la mirada de quienes opinan que la Otra Campaña bien puede ser un proceso educador, transformador, liberador; que construya conocimiento compartido de cómo luchar mejor, que priorice el oído y apueste por la fuerza moral confiando en la organización civil y pacífica; un proceso que por todo esto tendrá que ser muy creativo para no detenerse; es decir, en revolución permanente.
Ello implica arrebatar el control de la información a los medios corporativos de dizque comunicación, así como el dictado de los modelos educativos a los grandes centros del poder financiero y político. Ambos aspectos son fundamentales en la construcción de otra forma de cultura, distinta a la cultura institucional, oficial, dominante y hegemónica del capitalismo. Pero estamos equivocad@s si sólo el tomar los medios nos hará distint@s al capitalismo; por el contrario: tomar los medios (de producción, de comunicación, de creación artística) en nuestras manos sin hacer que nuestras manos (y con ellas nuestra palabra, nuestro pensamiento, nuestro sentir y nuestro actuar) sean unas manos muy otras; pues lo único que modificaremos será la relación entre oprimid@s y opresor@s, pero no erradicaremos la fórmula explotado/explotador que sirve de base a la ecuación del capitalismo.
Por eso, la cultura a la que aspire la Otra Campaña, como su política, tiene que ser Otra Cultura. La cultura no es algo que se pueda imponer por decreto, desde arriba; responde más a una dinámica múltiple y horizontal, o mejor dicho, a una dinámica de dinámicas: una red de dinámicas. Se crea a sí misma y se transforma en un ir y venir de l@s individu@s que produce y la cultura que ést@s a su vez producen, que no es otra que ella misma. Símbolos, valores, actitudes, habilidades, conocimientos, significados, formas de comunicación y de organización sociales y bienes materiales que hacen posible la vida de una sociedad determinada y le permiten transformarse y reproducirse como tal de generación en generación, son los ingredientes de la cultura; si la Otra Campaña no se plantea en serio revolucionarlos nunca será más que un proyecto con buenas intenciones, pero paralelo a los muchos que el capitalismo produce y que le sirven de pretexto para decir que “adquiere un rostro humano”, y entonces seguirse perpetuando.
Hay para quienes la revolución tiene como punto de partida la adopción de un modelo de producción distinto al capitalista, porque éste está basado en la explotación de seres humanos y recursos naturales de manera indiscriminada; pero los modelos de producción que sueñan no son sino explotación aún, aunque en apariencia menos salvaje que el capitalista. Para nosotr@s, la revolución comienza en la red siempre cambiante de lo cultural, porque ya no basta con pensar en modelos de producción que lo son siempre de explotación, así sea racional, moderada y hasta sustentable y sostenible; pero explotación al fin y al cabo que nos llevarán irremediablemente al cabo y al fin.
El capitalismo nos dicta una manera de relacionarnos con el mundo, con lo que le mantiene en pie, con quienes nos rodean y con nosotr@s mism@s; la Otra Campaña, si en verdad quiere ser anticapitalista, tiene que apostar a cambiar dichas relaciones o de lo contrario siempre tendrá en sí misma el germen de la contrarrevolución. Ésa manera de relacionarnos desde la Otra Campaña pasa necesariamente no sólo por “levantar al sojuzgado”, “redimir al oprimido”, “liberar al explotado” (sobre todo si tod@s quienes construimos la Otra Campaña somos sojuzgad@s, oprimid@s y explotad@s); sino por hacer de éstas relaciones unas relaciones abajo y a la izquierda: léase tolerantes, respetuosas, autocríticas, fraternas, solidarias, leales, igualitarias, justas y dignas.
De allí que estemos de acuerdo con quienes opinan que la Otra Campaña tiene que ser tanto antiimperialista, anticolonialista y antifascista, como no-sistémica, no-autoritaria, no-jerárquica y no-discriminatoria. Para ello, además de una cultura de respeto a la naturaleza que repercutirá positivamente en nuestra salud, nuestra alimentación, nuestra vivienda, nuestra tierra y nuestro trabajo muy otr@s; además de una cultura en revolución permanente de los modelos educativos y los medios de comunicación, también muy otros; es primordial modificar la relación entre nosotr@s mism@s como especie y, esencialmente, como género; por ello, la Otra Campaña tendría que ser, según nuestra opinión, también antipatriarcal.
Los dolores más dolorosos que tenemos como sociedades oprimidas por el capitalismo tienen una intrínseca relación con el patriarcado y, nuevamente, esto tiene sus raíces echadas en lo cultural. Luchar por trabajo, techo, tierra, alimentación, salud, educación, información y cultura; pero sin tocar la relación de maltrato, explotación, abuso y discriminación que padecen y padecemos las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres es, desde nuestra perspectiva, contrarrevolucionario. Si ello no se cambia radicalmente, luchar por independencia, democracia, libertad, justicia y paz será simplemente una falacia: no hay independencia real si una sola mujer obedece los dictados de un “su” hombre sólo porque cree que le pertenece, no hay democracia verdadera si la palabra de una sola mujer es menospreciada, no hay libertad posible si una sola mujer es esclava de su casa y hasta menos importante que el televisor y no hay ni habrá nunca una paz digna mientras una sola mujer sea víctima de abusos, violaciones y asesinatos por el grave delito de no tener pene.
Respeto a la naturaleza, a quienes rentan su fuerza de trabajo, a quienes piensan diferente a nosotr@s, a quienes no tienen el sexo del poder de arriba, no es, como algun@s suponen, tolerancia; pues la tolerancia es más pariente del “me aguanto las ganas de romperle lo rompible que tenga”; cuando el respeto es pareja del “entiendo” ergo “convivo”. Así, respetar es entender a es@s otr@s que no son como nosotr@s; o sea, entender a tod@s l@s demás. Porque nadie es como nosotr@s, tod@s somos diferentes a tod@s. Entendiéndolo así, los otr@s dejan de ser entonces “diferentes”, pues la diferencia nos hace iguales. Esto tiene que ver quizás con el Punto Cuatro: El lugar de las diferencias; pero viene a lugar de éste, el Punto Uno, porque las diferencias, que las tenemos tod@s, no pueden ser excusa para atacar o hacer burla de la libertad sexual que algun@s de nosotr@s pudiéramos adoptar como trinchera abajo y a la izquierda, y que algun@s otr@s tildamos de “diferencia sexual” para justificar la discriminación y el desprecio para con lo que no entendemos.
Respetar entonces la libertad de cada quien a sentir y amar como cada quien quiera, tiene que ser según nuestra opinión una característica básica de la Otra Campaña; tan importante como el respeto a las formas de lucha y organización que tienen los pueblos, las comunidades y las organizaciones. ¿Por qué? Porque ésa forma de querer, sentir y amar muchas de las veces es el modo de luchar más íntimo y más personal que algun@s tenemos en contra de un capitalismo que nos dice cómo hay que amar y a quién hay que querer, porque de allí se desprende qué modelo de familia es el aceptado y cuál no lo es, en virtud de que ésta, la familia, es el núcleo en el que se sustenta la sociedad; así, para una sociedad capitalista, una familia igual.
Un modelo familiar que respete, no que tolere, todas las maneras de amar y querer posibles; se convierte no en un modelo único e inamovible, sino en uno cambiante donde todos sus integrantes cuentan con el respeto y el amor de aquell@s con quienes comparte sus sueños, luchas y esperanzas más cotidianos. De entre est@s, l@s integrantes más importantes según nuestra manera de pensar, son las niñas y los niños. Ellas y ellos, niñas y niños, deberían ser el motor de La Otra Campaña; el aliciente moral que sostenga la ética de éste movimiento. Ellas y ellos, poseedor@s de una capacidad inmensa de recreación, entendida ésta como espacio de cambio lúdico y permanente donde las reglas de la sociedad se verifican, afirman y ratifican, y no sólo como pérdida sin sentido del tiempo, son la fuente misma de todo proceso revolucionario. En sus manos quedará tarde o temprano La Otra Campaña, y en brindarles un mundo nuevo y mejor de cuya construcción ell@s mism@s sean parte reside la continuidad no nada más de La Otra, sino de la humanidad entera.
Por ello sostenemos que La Otra Campaña debe caracterizarse también por dar un lugar digno a las niñas y a los niños. Así, respetando lo supuestamente más pequeño, porque en verdad es lo más grande, podemos garantizar el triunfo en aquello otro que etiquetamos en tanto adult@s como “lo importante”; que sin duda lo es, aunque no más que lo otro. Y, ¿qué es “lo importante”? Una serie de principios que para nosotr@s deben ser fundamentales también al interior de La Otra Campaña; que deben significarla ya no sólo en el plano de lo personal o lo familiar, sino en el de lo social y lo colectivo también; que le darán cohesión y sentido de ser a La Otra Campaña como lo que creemos debe ser: un movimiento social, cultural, político y económico revolucionario, abajo y a la izquierda.
Es decir, anticapitalista, y por ello no puede dejar en segundo término la lucha por la liberación y la presentación con vida de l@s pres@s y desaparecid@s polític@s; como parte de la lucha en contra de la represión en todas sus formas. Tampoco la solidaridad para con las luchas emprendidas por otros pueblos del mundo en contra del capitalismo y el neoliberalismo, así como otros ismos igual o parecidos basados en la explotación, la miseria, el despojo, la burla, la mentira y la represión; lo que incluye la lucha en contra de todas las guerras y el deslinde para con regímenes autoritarios y explotadores de sus pueblos, vístanse del color con que se vistan.
Quizás no haya quedado claro; pero por su carácter democrático, distinto al de la falsa democracia que arriba los dueños del dinero pregonan, La Otra Campaña no se debería de mover según nuestro parecer en el terreno de lo electoral; pues ello determina tiempos y modos políticos que no son los de abajo y que violan la democracia verdadera que pudiera construirse en las organizaciones sociales y/o políticas. Sin embargo, creemos que La Otra Campaña debe ser respetuosa de las formas de lucha de los pueblos indios, las organizaciones, los colectivos, los grupos, las familias o las personas que en ella se articulan; no porque La Otra Campaña sea electoral, es decir, porque sus integrantes apuesten a ocupar los mal llamados puestos de elección popular, sino porque dichos pueblos, organizaciones, grupos, colectivos, familias y personas creen que lo electoral es también un camino abajo y a la izquierda.
En lo particular, a nosotr@s nos parece lo anterior una contradicción: no creemos que lo electoral sea un camino abajo y a la izquierda; pero en tanto La Otra Campaña se está planteando transformar al país creemos que por principio de cuentas no se puede arrogar la posesión de la verdad única y pura, pues sería como convertirse en un espejo más del capitalismo que todo lo quiere hacer a su imagen y semejanza. La que sí puede y creemos debe hacer La Otra Campaña, es dejarles en claro a dichos pueblos, organizaciones, grupos, colectivos, familias y personas que respetamos su caminar; pero que no lo compartimos. Que ello no quiere decir que no estaremos atent@s a su caminar y los resultados del mismo; pero que por nuestras propias definiciones (y no por purismo político o infantilismo) nosotr@s tomamos decisiones que nos hacen caminar otros senderos; finalmente, si ell@s caminan abajo y a la izquierda, terminaremos encontrándonos. Y, de esa suerte, podemos pedirles a ell@s que también tomen una decisión y entiendan que si deciden caminar por lo electoral muy probablemente no caminaremos con ell@s. ¿Por qué? Porque lo electoral está directamente involucrado con la lucha por el poder de arriba, con los mecanismos en como se construye gobierno desde arriba; es decir, con las reglas de opresión, exclusión, despojo y represión del capitalismo. Lo electoral es la democracia y la soberanía que reside en tod@s y cada un@ de nosotr@s depositada en una sola persona o un grupo muy reducido de personas que terminan por decidir el futuro de todas las demás; dejando de ser ése un ejercicio soberano y democrático, ya que la soberanía y la democracia residen en todo tiempo no cada tres o seis años. Así, quienes luchan en lo electoral, deben asumir que no están luchando en el terreno de lo democrático, sino en el de lo que el capitalismo y sus lacayos dicen que es democrático, que no es lo mismo, y tomar la decisión de caminar o no con La Otra Campaña, pues ésta ya tendría su camino decidido.
Hemos dejado para el final la que nos parece debe ser una de las características fundamentales de la Otra Campaña: la lucha junto con los pueblos indígenas por el reconocimiento de sus derechos colectivos y sus culturas. Reconocimiento que sin ser especialistas creemos que no debe hacerse desde posiciones paternalistas, pues sería de nueva cuenta regresar a las formas de hacer política que arriba se vuelven modus operandi. Creemos que son los pueblos indios quienes con su sangre han forjado eso que algunos llaman patria; cada uno de los capítulos de nuestra historia nacional está cimentado en el sacrificio de dichos pueblos y la nación mexicana tiene pendiente una deuda con ellos. De la misma manera, consideramos que hay dinámicas de exclusión, principalmente para con las mujeres, en el seno del entramado cultural de los pueblos indígenas; pero estos y otros aspectos que se dan no nada más entre ell@s no pueden ser discutidos con justeza ni justicia si son dejados de lado en el nuevo pacto nacional que impulse la Otra Campaña. En los pueblos indígenas, pues, tenemos la más larga y digna tradición de resistencia de nuestros pueblos mexicanos; tenerlo presente y sumarnos a su caminar será la principal garantía de que tendremos la victoria de nuestro lado.

Anónimo dijo...

Ratificamos las características fundamentales de la otra Campaña, expresadas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Nos gustaría que se enfatizara en la idea de buscar la construcción de una izquierda independiente, autónoma, autogestionaria, que no busque el poder político tradicional.

Anónimo dijo...

-Nosotros creemos que la otra campaña debe ser un movimiento, que acepte las diferencias en equidad y respeto, revolucionario, rebelde, que luche por la transformación social no solo de las relaciones políticas y económicas, si no que busque la transformación de las formas de relacionarnos como sociedad e individuos, basado en la horizontalidad, la autonomía, la solidaridad, el poyo mutuo y la equidad, donde nadie sea mas que nadie, donde ninguna voz valga mas que ninguna, donde nadie imponga su posición y sus ideas por sobre las demás., colectivo: donde las decisiones las tomemos entre los todos y las todas, ético: que siempre se maneje de una manera honesta y actué siempre en consecuencia con lo que uno dice, donde dentro de nuestras diferencias podamos trabajar en coordinación, donde aprendamos a trabajar por el bien colectivo, donde los todos y las todas de manera colectiva tomemos las decisiones y las responsabilidades., autónomo: donde cada cual decida sus formas de organización y su trabajo, donde cada cual sea dueño de sus decisiones, sin que nuestra unidad suponga una homogenización de los todos y todas., horizontal: donde no se formen cúpulas ni lideres, donde cada uno y una de los adherentes tenga el mismo valor e importancia, sin autoritarismo, sin imponer, sin dominar, reprimir ni oprimir al otro y la otra., internacional: donde sin importar nuestro lugar de nacimiento, ni nuestra lengua e identidad podamos organizarnos para luchar contra el monstruo del capitalismo y del poder que son enemigos que no tienen fronteras, organizarnos para solidarizarnos entre nosotros y nosotras. Un esfuerzo amplio regido por los principios de libertad, autogestión, autonomía, equidad, horizontalidad, apoyo mutuo, respeto, solidaridad, colectividad, donde no se permita ni se busque la homogeneidad, el centralismo ni el autoritarismo. Un esfuerzo colectivo donde nos esforcemos en respetarnos y apoyarnos mutuamente, creciendo las luchas contra el capitalismo y el autoritarismo, creciendo, fortaleciendo, e impulsando las distintas luchas del pueblo, de los pueblos.

-Una lucha anticapitalista, es decir luchar contra este sistema de explotación y de relaciones de poder, políticas, económicas, productivas, sociales y humanas, y decimos que nosotros somos anticapitalistas y anti autoritarios, siempre seremos contrarios a cualquier idea de poder, por mas anti capitalista que pueda ser, pues no basta luchar contra el capitalismo si no destruimos la semilla del poder de nuestros corazones, pues esta genera injustitas, dominación, inequidad, clases políticas o sociales, un domínate y un oprimido.

-Consideramos de gran importancia dar una lucha no electoral, alejada de toda dinámica relacionada con las elecciones, sus partidos políticos, sus instituciones y organizaciones, alejada de toda dinámica que persiga el poder y sus instituciones, cualesquiera que estas sean. Dar una lucha no electoral, pues nuestra lucha creemos debe ser el construir las autonomías, crecer la idea de la organización autónoma, horizontal y colectiva y esto solo se puede hacer alejado de las dinámicas electoreras que solo persiguen la toma del poder, y según nuestro parecer la otra campaña no debiera aspirar nunca a tomar el poder, ni construir otro poder que genere explotación, dominación y sometimiento,y a la par nuestra lucha será en principios anti electoral pues luchar por la organización autónoma, colectiva, equitativa y horizontal es ir en contra de los principios de esta democracia impuesta por el sistema y en contra del mismo poder, cuando decimos que seamos no electorales, nos referimos a que la otra campaña no puede encasillarse en dinámicas que nos mediatizan y que disuelvan la organización de los pueblos por medio del liderazgo de partidos e instituciones y cuando decimos que somos anti electorales no significa que vamos a impedir elecciones, si no que nuestra lucha en principios se contrapone a la democracia y sus instituciones, y tendremos que buscar caminar hacia una organización autónoma, colectiva, federada, anti capitalista y libertaria (y por libertaria no nos referimos a anarquista, si no al sentido mismo de la palabra, por libertaria nos referimos a toda lucha que se opone a la imposición, al autoritarismo, a la dominación de cualquier tipo, a toda lucha por la libertad, la equidad y por ende la horizontalidad, colectividad y la autonomía, que no genere otras cadenas, opresiones, imposiciones, dominaciones, que no subyugue, pues aun que esta palabra siempre ha sido reivindicada por los y las anarquistas y siempre históricamente ha ido enlazada al pensar anarquista, esto no significa que nos pertenezca (así como la palabra comunismo no se refiere únicamente al marxismo y todas sus variantes ni les pertenece, pues comunismo es un termino, una idea muy amplia donde esta también el anarquismo o comunismo libertario) o que seamos el único actuar libertario, aun que si somos libertarios y libertarias los y las anarquistas), nuestra lucha va mucho mas allá de las elecciones.

-Enarbolemos, impulsemos y apoyemos la organización autónoma y colectiva de los barrios, los pueblos, y los grupos sociales, no en la dinámica de coptar gente y grupos para nuestras organizaciones, si no para impulsar a que otros grupos y gentes se organicen autónomamente a la par que nosotros y que si consideran bien organizarse con nosotros, lo hagamos, y si no pues de menos poder tener coordinación y solidaridad con estos grupos y organizaciones en hermandad y respeto, pues la otra campaña debemos impulsar la organización colectiva de cada uno aun al margen de nosotros mismos.

-Creemos en luchar por lograr acuerdos entre los individuos, colectivos, organizaciones barrios y pueblos que todos estemos dispuestos a cumplir y respetar, creemos no debemos buscar leyes ni constituciones, pues una constitución tiende a negar y homogenizar las diversidades, una constitución es un aparato homogenizarte que mata nuestra libertad y nuestras diferencias, a demás de que enarbolar una constitución y leyes implica tener aparatos de control que obliguen a cumplir sus postulados, una constitución implica la necesidad de tener un aparato policiaco y judicial, legislativo, un estado, que generan poder y corremos el mayor riesgo que pueden correr los esfuerzos revolucionarios y rebeldes, el de convertirse en una tiranía tan atroz como las que genera el capitalismo, el de corromperse y llenarse de poder, de avaricia, el creernos la verdad absoluta, innegable e incuestionable, o el encasillarnos en una dinámica legal estancando las luchas, creemos debemos buscar acuerdos que todos estemos dispuestos a reconocer, aceptar y respetar, pero no debemos buscar leyes que necesiten de aparatos de control policiaco-político que generen autoridad y poder, que degeneren nuestros esfuerzos revolucionarios, rebeldes, autónomos, colectivos y nuestros principios.

-Nosotros creemos que debemos luchar no solo contra el poder económico-político, debemos combatir toda forma de poder, toda forma de dominación y subyugación desde la esfera mas pequeña a nivel personal y colectiva, debemos nosotros luchar contra toda inequidad, contra toda dominación, discriminación y poder, contra todo autoritarismo, ya sea política, económica, de genero, de lo que llaman de raza, de extracción cultural, lingüística, social y personal, etc., creemos es necesario y urgente que dentro de nosotros mismos como personas, colectivos y movimiento demos una lucha contra lo que tengamos de estos errores y vicios, en pocas palabras esto se refiere a una REVOLUCIÓN y una REVOLUCION SOCIAL en todo su esplendor, en todos sus sentidos, en todas sus letras y palabras, en todos sus aspectos y en todos los aspectos de la vida.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en las características fundamentales señaladas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona: anticapitalista, de izquierda, civil y pacífica, con otra forma de hacer política, que escuche y tome en cuenta la palabra de los de abajo, que construya un Programa Nacional de Lucha anticapitalista y de izquierda, que luche por una Nueva Constitución, que sea Nacional, que sea con todos y todas las de abajo.
Yo agregaría que fuera un movimiento contra la discriminación, por la defensa de los recursos naturales y autocrítica.

Anónimo dijo...

De entrada ratificamos el caracter anticapitalista, de abajo y a la izquierda, civil y pacífico, con
otra forma de hacer política, que tome en cuenta la palabra de los de abajo, que construya un
Programa Nacional de Lucha, señaladas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Sin embargo,
nos parece que hay dos cuestiones principales que habría que anotar. Por un lado la cuestión de la Nueva
Constitución; nosotros pensamos que es muy pronto para definir los derechos y las obligaciones de
quienes estemos de acuerdo en construir, o no, un nuevo Estado Mexicano. Si antes no construimos las
bases de un nuevo modo de producción, si antes no podemos acabar con las relaciones de obediencia
dominio, lo más seguro es que vamos a terminar reconstruyendo una estructura de dominación. Vamos
por pasos, hagamos efectiva otra forma de relacionarnos, hagamos efectiva otra forma de trabajar y
entonces si, veamos que tipo de estructura social es la que necesitamos, es la que estamos construyendo
con esa nueva forma de trabajar y de relacionarnos.
Por otro lado, nosotros pensamos que la Otra Campaña debe declararse antipatriarcal. Una
caracterisitca importante que define las relaciones de obediencia-dominio en las que se han fundado
desde hace miles de años los sistemas sociales clasistas, es precisamente la opresión que el género
masculino hace de las mujeres. Si desde la familia, que supuestamente es la “celula de la sociedad”
reproducimos relaciones de opresión, que esperamos que sea toda la estructura social, sino precisamente
una serie de relaciones de opresión. Nosotros pensamos que incluso en la Ley Revolucionaria de las
Mujeres que el EZLN impulsa en sus comunidades y en donde se dice que las madres solteras son una
familia, hay muchos argumentos a favor de que la Otra Campaña se declare antipatriarcal. Es decir, en
contra del uso y abuso de poder por parte de los hombres. (Que haya mujeres que usen y abusen del
poder esta directamente en relación con la estructura de dominación patriarcal, toda vez que siempre será
con el aval de hombres poderosos que ciertas mujeres podran ocupar puestos importantes, por lo que
consideramos que no es necesario que la Otra Campaña se declare antimatriarcal).

Anónimo dijo...

Coincidimos con las ideas fundamentales de la Sexta Declaración de la
Selva Lacandona: anticapitalismo y lucha por lo que es nuestro y que
ahora
está en manos de los capitalistas. Proponemos que para avanzar en la
destrucción del capitalismo, es esencial crear proyectos de producción
autogestivos y relaciones directas de producción y consumo.

Reconocemos que al lado de las relaciones capitalistas, están las
relaciones patriarcales y de poder, en este sentido, vemos que es
importante agregar el carácter antipatriarcal y contra toda relación de
opresión entre las personas como características de la Otra Campaña, y
discutirlos y trabajarlos para paulatinamente erradicar esas prácticas,
comenzando al interior de la Otra Campaña. Es fundamental que estas
definiciones se conviertan en prácticas cotidianas y no se queden como
meras declaraciones.

Por ello proponemos que la Sexta Declaración de la Selva Lacandona sea
modificada para que nuestra idea de anticapitalismo vaya creciendo,
añadiendo las ideas de autogestión como método de construcción del
nuevo
mundo, la horizontalidad como principio organizativo y la acción
directa
como una de las principales formas de lucha. También proponemos que la
Sexta incluya el carácter antipatriarcal de nuestra lucha.

Anónimo dijo...

Nosotr@s consideramos que debe ser principalmente anticapitalista, autogestiva, autónoma, principalmente nacional aunque es importante considerar el ámbito internacional, civil y pacífica. Y como una característica fundamental, que se de lugar a la palabra de cada individuo, familia, colectivo, grupo, organización, etc., que la conforme.

Anónimo dijo...

Civil y pacífica. Aunque MEJOR HUBIERAMOS SEPARADO POR UN LADO CIVIL Y POR OTRA PACIFICA PORQUE CLARO QUE LA OTRA SERA CIVIL PERO PACIFICA HASTA QUE NOS LLEGUEN AL TOPE DE TANTA REPRESION.
Nacional. LA APUESTA SERA PARA MEJORAR LA NACION COMPLETITA NO?, PUES ENTONCES TENDRA QUE SER NACIONAL.
Anticapitalista. Y TODO LO QUE A SU ALREDEDOR ECONOMICO SIGNIFIQUE, POR EJEMPLO LAS MEDIAS SOLUCIONES COMO UNA “TERCERA VIA” QUE EN EL FONDO NO DEJAN DE SER FORMAS DEL REPARTO DEL PASTEL ENTRE LOS PODEROSOS TAMBIEN QUEDAN FUERA. SE TRATA PUES DE HACER ALGO QUE EN LO ECONOMICO HAGAMOS OTRAS FORMAS.
De izquierda. Porque_LA DERECHA HA SIDO Y ES HISTORICAMENTE EL TRAMPOLIN Y SITIO DE LA MANOFACTURA DEL CAPITALISMO Y POR ESO HABRA QUE VOLTEAR HACIA OTRAS ALTERNATIVAS.
Con otra forma de hacer política. Porque_ES POSIBLE, PORQUE ES JUSTO, PORQUE REALMENTE PODEMOS.
Privilegiando el oído. OIDO-CORAZON-REFLEXION DIRIA YO. CREO QUE DE ESTA FORMA PODRIAMOS ENCONTRAR LO QUE VERDADERAMENTE SIGNIFIQUE HACER UNA POLITICA ETICA DE SERVICIO PARA LA SOCIEDAD Y BENEFICIO PARA TODOS. UNA POLITICA ETICA INTERIORIZANDO DE VERDAD LO QUE ESO SIGNIFICA.
Reconociendo los límites de la acción propia y la necesidad de unirse a otras luchas. CLARO QUE NUESTRAS PEQUEÑAS TRINCHERAS TIENEN LIMITES PERO POR ESO SI NOS UNIMOS CON LOS QUE ENCONTRAMOS AFINIDADES Y GANAS DE CAMBIAR PARA MEJORAR TODOS NUESTRO MOVIMIENTO TENDRÁ CORAZON PROPIO.
Hacia un programa nacional de lucha y una nueva constitución. ”A FUERZAS”. ALGUNAS VECES QUE LO HE PLANTEADO CON ALGUNA GENTE NO-POLITIZADA, PARECIERA QUE UNA NUEVA CONSTITUCION ES ALGO INALCANZABLE Y LOCO, PERO NO. YO CREO QUE LA TAREA NO ES FACIL DESDE LUEGO PERO YO APOYO ESA PROPUESTA COMO UNO DE LOS OBJETIVOS A PERSEGUIR PORQUE DE ESTA FORMA CREO QUE LA ACCION Y LA REFLEXION IRAN DE LA MANO SON LA “GASOLINA” QUE HACE AVANZAR LA IDEA. ES DECIR NOS PONDREMOS A CONSTRUIR PUENTES PERO AHORA TENIENDO BINE CLARITO HACIA DONDE LOS QUEREMOS.

Anónimo dijo...

En este primer punto de las características específicas de la Otra, en general coincido con que sea pacífica –más no pasiva-, civil, nacional –universal sin limites-, anticapitalista –entendiéndose que aunque no queramos estamos inmersos en una sociedad y sistema capitalista, entonces hay que replantearnos esto desde nuestra cotidianidad y en la medida de lo posible ser menos capitalistas, para que lo anticapitalista tenga cierta coherencia- lo de izquierda desde la perspectiva en que sea de abajo y de los identificados con el abajo, (una vez mencione en no ir hacia un rumbo lateral, es decir izquierda o derecha, si no más bien hacia adelante) buscando construir y no el poder político desde una tribuna parlamentaria; sin partidos políticos de ninguna índole; con otra forma de hacer política desde la perspectiva de la horizontalidad, respetando las personalidades individuales y colectivas, reconociendo la “experiencia y madurez” al mismo tiempo que el carácter de autónomos; privilegiar el oído y el saber escuchar; reconocer los límites de la acción propia y la necesidad de unirse a otras luchas, evidentemente pues la solidaridad y el apoyo mutuo son base de una realidad colectiva, y por último, hacia un Plan Nacional de Lucha, cimiento de un Nuevo Constituyente (Tomando en cuenta que las leyes, reglamentos o como se les quiera nombrar, serán renovadas cuando “caduque” su efectividad y/o las “nuevas generaciones” las adecuen a su realidad y actualidad).

Anónimo dijo...

En los hechos, la Otra Campaña es un movimiento con
características de nacionalismo radical. Rebasa el
horizonte liberal en base a su declaración
anticapitalista, que la ubica dentro de la izquierda
histórica. Las declaraciones anti-imperialista y
anti-colonial, desde nuestro punto de vista, sobran
toda vez que la posición anticapitalista las engloba.
Aún cuando el discurso que actualmente se observa
entre una cantidad de los adherentes no alcanza a
rebasar el liberalismo demócrata, creemos que la
coyuntura que vive el país obligara a un viraje a la
izquierda del movimiento en términos de mantenerse a
la altura de las necesidades históricas del pueblo
mexicano.
Consideramos que la instauración de una democracia
representativa de los intereses de las clases
trabajadoras, dentro de la estructura de un Estado
burgués resulta poco factible. De allí, si bien
podemos partir de las consignas de democracia,
libertad y justicia, como elementos de identidad de
las fuerzas sociales rebeldes, el mismo desarrollo de
la lucha de clases inevitablemente decantará el
movimiento hacia las consignas históricas de la
revolución comunista.

Anónimo dijo...

La Otra Campaña es un espacio en el que confluyen muchas personas, grupos, organizaciones y colores, a la que fuimos convocad@s por la Sexta Declaración de la Selva Lacandona con la cual debemos ser congruentes.

La Otra Campaña es un espacio en el que esos hilos que somos se deben ir bordando para tumbar al capitalismo. Esta tarea debe ser acompañada por la construcción permanente de otra forma de relacionarnos, otra forma de organizarnos, que se viva y se trabaje día con día, tomando en cuenta que todas las luchas son importantes y ninguna se deja para después, de forma equitativa y solidaria.

Debemos recordar y valorar nuestras raíces, nuestra historia. Una característica de la Otra, es que debemos buscar reconstruir los tejidos sociales y también crear unos nuevos, más fuertes. Recordar que los pueblos tienen voz y que aprendemos unos de otros, por que existen tantos saberes como personas en el mundo. Compartir para vivir.

La Otra Campaña es civil y pacífica porque no estamos por la violencia, ya que ésta genera más violencia. La violencia es parte de la guerra de baja intensidad (GBI) implementada por el sistema capitalista contra los pueblos del mundo. La guerra hace que olvidemos nuestro "ser humanos".

La violencia y los fusiles imponen silencio. No estamos por la imposición que implica la violencia o la guerra armada las cuales son excluyentes. Tampoco debemos confundirnos con la violencia que se acomoda a los intereses del sistema capitalista. Por ejemplo, los compañeros que se llevan presos y los acusan de sedición, violencia y otros cargos inventados son encarcelados por sus ideas políticas, entonces las leyes y jueces al servicio de ese sistema, definen-deciden quienes son violentos y su castigo.

Nosotr@s estamos por la revolución de la conciencia, por la justicia y libertad. Queremos construir otro mundo a partir del amor, no sobre la sangre. Pero también reconocemos que debe existir la autodefensa.

La Otra Campaña es anticapitalista pero creemos que no basta con decir que somos anticapitalistas, hay que construir espacios en los que podamos intercambiar los saberes que tod@s tenemos, los alimentos que cosechamos o cultivamos, sin anteponer un valor comercial a lo que cada un@ piensa y sabe hacer.

En el capitalismo se impone la idea individualista de sólo ver por uno mismo sin importarle los demás. Nosotr@s creemos que la idea de comunidad se debe trabajar y reconstruir.

En el capitalismo el individualismo lo que rige es el consumismo lastima los lazos sociales y afectivos, los cuales también se condicionan a la idea del intercambio, pero por ganancia.

Como anticapitalistas debemos buscar la armonía y respeto con la naturaleza y todo lo que en ella habita. Por eso, e n la otra campaña el conocimiento no se debe vender entre nosotr@s, se debe compartir. Por que la venta de información es discriminación y eso es un paso previo al despojo y la explotación.

La Otra Campaña es de izquierda porque busca la congruencia con los principios del ser anticapitalista. Buscamos una vida digna y de izquierda como una forma de vida y posición política, donde el otro es importante; aprendemos de ver, escuchar y vivir los dolores del otro. Nos identificamos como humanos no como objetos, números o mercancías, no queremos ejercer poder sobre nadie.

Además, la Otra Campaña es de abajo y a la izquierda, entendiendo esto no como un espacio físico o geográfico, sino como una posición política, es decir, un dónde queremos estar, para qué luchamos y con quien caminamos. Porque buscamos el bien de tod@s.

Estamos por construir otra forma de hacer política con otra ética, una más humana. Una donde los medios que se utilicen sean congruentes con nuestros fines. Por que la Otra, es un espacio de participación para tod@s en la acción política. Debemos construir no imponer ni convencer.

La Otra Campaña debe ser integral porque abarca los pensamientos e ideas muchas que componen el bordado de hilos que se vislumbran en la construcción de otro mundo, respetando sus modos y formas propios. Debemos ser consecuentes y responsables con el mandar obedeciendo.

La Otra es un espacio de construcción para llevar a cabo la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, es una herramienta donde coincidimos en México, por eso es nacional, pero sin dejar de ver y aprender en el mundo de las luchas que se libran contra el capitalismo.

En la Otra Campaña se debe respetar el valor de la palabra de tod@s. Escuchar y hablar es una responsabilidad, es una tarea permanente de aprender y compartir, eso como un principio de comunicación para escuchar las diferentes ideas y poder construir junt@s.

Con la Otra Campaña estamos en el camino rumbo a la construcción de un programa nacional de lucha donde todas las luchas tengan su espacio, por ser responsables tod@s de construir nuevas formas de organización. Aquí se deben respetar los modos y ritmos, uniendo nuestras luchas, haciéndolas más grandes.

Una nueva constitución sería el resultado de nuestro pensar, decir, hacer, crear y transformar. Esto será construido por tod@s como resultado del dialogo y trabajo del pueblo, no por unos cuantos elegidos ilustrados.

Asimismo, reconociendo los límites de acción de nuestras luchas vemos la necesidad de unirnos con otros esfuerzos, lo cual nos permite ampliar nuestro campo de acción y fortalecer la solidaridad como compañer@s de la Otra. Por ejemplo, si los presos políticos son de tod@s, entonces aunque se los lleven lejos de su tierra, habrá compañer@s que los defiendan y luchen por su liberación.

Anónimo dijo...

1.a) Estamos de acuerdo en que La Otra Campaña sea anticapitalista,
como lo propuso el EZLN, puesto que el régimen capitalista es en su
esencia un sistema de explotación y oprobio que convierte a los
humanos en enemigos unos de otros, explotadores y explotados, por lo
que es necesario sustituirlo por una nueva sociedad en la que impere
la más elevada fraternidad humana, y ya nunca más la explotación ni
la discriminación; una sociedad superior, la sociedad socialista y
comunista. Y por otra razón más: porque el capitalismo es un sistema
caduco y agotado, carente de perspectivas. Debe ser anticapitalista y
antimperialista, añadiríamos nosotros, porque al ser nuestro país,
México, como todos los de América Latina y el Caribe, un país que ha
sido convertido en neocolonia del imperialismo en su conjunto, pero
sobre todo el estadounidense; un país al que el imperialismo ha
arrebatado su independencia y soberanía; al que saquea sus recursos
naturales; un país del cual el imperialismo se ha ido apoderando de
sus principales fuentes de riqueza y sus industrias fundamentales; un
país al que sobre-explota su fuerza de trabajo extremadamente barata;
un pueblo al que el imperialismo ha despojado de su derecho a la
autodeterminación, no hay posición política anticapitalista que pueda
serlo en serio, de manera consistente y firme, si no es, al mismo
tiempo, clara y decididamente antimperialista. Y añadiríamos también:
anticapitalista, antimperialista y por el socialismo, con el ánimo de
buscar una definición muy clara y coherente, sin subterfugios, porque
¿acaso se puede proponer hoy en día la vuelta al feudalismo o al
esclavismo como alternativa válida al capitalismo?, ¿o existe otro
tipo de sociedad que lo pueda reemplazar con un sentido de progreso?
Es claro que no lo hay. 1.b) Estamos de acuerdo en que sea de
izquierda, tal como lo propuso el EZLN, precisamente en la medida en
que La Otra Campaña haga suya la lucha por la sustitución del régimen
capitalista por uno socialista; en la medida en que ésta sea la
orientación histórica de su programa y de sus acciones, y en la
medida en que agrupe, sobre todo, a los partidarios del socialismo.
1.c) Estamos de acuerdo, como lo propuso el EZLN, en que sea civil y
pacífica, con otra forma de hacer política, porque consideramos que,
siendo válidas todas las formas de lucha, por hoy, en el caso de
nuestro país, no existen las condiciones para una lucha
revolucionaria exitosa por la vía de las armas, sino por la de la
organización y la movilización de la clase trabajadora y el pueblo.
1.d) Estamos también de acuerdo en que La Otra Campaña escuche y tome
en cuenta la palabra de los de abajo, porque los de abajo, es decir,
la clase trabajadora y el pueblo de México, deben constituir el
sujeto colectivo de la transformación revolucionaria de la sociedad;
deben ser los arquitectos de su propio destino; los constructores de
una sociedad diferente y superior, de una sociedad socialista y
comunista, pasando por la edificación de una democracia del pueblo.
1.e) Estamos de acuerdo, por todo lo ya dicho, en que La Otra Campaña
construya un Programa Nacional de Lucha anticapitalista y de
izquierda, agregaríamos que debe ser antimperialista, por nuestra y
segunda y definitiva independencia y que siente las bases para la
construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados, una
sociedad socialista. 1.f) Podemos no objetar la propuesta de que
luche por una Nueva Constitución, pero consideramos que el tema no
puede quedar planteado sólo en lo general. El hecho es que desde
todas las tendencias ideológicas y políticas se habla de la necesidad
de una Nueva Constitución; lo vienen planteando los socialdemócratas
y reformistas, que son muy persistentes al respecto; también diversas
vertientes de la derecha, tanto la rancia y tradicional como la
neoliberal; lo plantean asimismo grupos y corrientes de la izquierda,
incluso la izquierda socialista, y obviamente no todos se refieren al
mismo concepto aunque usen las mismas palabras. Por eso, ya se hace
necesario entrar al debate para profundizar sobre la orientación
clasista, el contenido y los tiempos de esa posible Nueva
Constitución, entre otros aspectos. 1.f) Estamos de acuerdo en que La
Otra Campaña sea Nacional, como ya lo es. 1.g) Y también en que sea
con trabajadores de la ciudad y el campo, indígenas, jóvenes,
mujeres, ancianos y ancianas y, subrayamos nosotros, con todos los
agraviados por el neoliberalismo y el imperialismo, sin exclusiones.

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