EPILOGO: tres letras perdidas en el abecedario de la clase política de “izquierda”
Zapatistas. Movimiento indígena rebelde. Construye la autonomía a través de las juntas de buen gobierno cuyos rasgos alternativos y autogestivos le han dado la vuelta al mundo. Su proyecto y propuesta política le ha valido ser considerado “el movimiento antisistémico más importante del planeta” Son acusados junto a las organizaciones que participamos en
NO es el zapatismo ni
No es el zapatismo ni
No es el zapatismo ni
No es el zapatismo ni
No es el zapatismo ni la Otra Campaña quien guarda silencio cómplice sobre todo ello.
¿Quién le hace el juego a la derecha?
Migrantes. Mientras las corrientes se disputan espacios, mientras los intelectuales teorizan sobre la pertinencia de la izquierda moderna, mientras las ongs realizan innumerables lobbys para sus políticas públicas, mientras los líderes partidarios juegan el juego de ver quien es más corruptible, mientras los gobiernos de izquierda cuidan los intereses de la derecha, mientras los medios de comunicación cuidan que sea arriba el monólogo que se difunde, mientras la realpolitik nos dice que no hay alternativas, mientras los seguidores progresistas esperan pacientemente que los líderes partidarios convoquen a la nueva movilización, mientras todo eso sucede, dos pequeñas mujeres, jóvenes, salen de su comunidad en medio de la noche a seguir a sus esposos que ya están del otro lado. En los tres días continuos de caminata después de haber cruzado la frontera, una de ellas se desvanece. En una secuencia de acontecimientos confusos quienes han sido contratados para cruzarlas del otro lado, dicen que está muerta. Kilómetros más adelante la segunda mujer se desvanece. Su hermano menor de edad que las acompaña trata de pedir ayuda. Los polleros, dicen que no pueden hacer nada y que hay que continuar la larga caminata. El hermano busca ayuda desesperadamente. Se separa del grupo. Lo ayudan otros migrantes que por su situación ilegal en Estados Unidos no pueden empezar la búsqueda. Se entrega a las autoridades para que se inicie el rescate de las dos mujeres abandonadas en el desierto. Las autoridades estadounidenses lo deportan. No hay respuesta del paradero de las dos jóvenes. Las autoridades mexicanas no responden. La comunidad y las familias temen que haya sido una trampa de redes de tratantes de blancas. Sus cuerpos no aparecen en el desierto. Ningún gobierno sabe de ellas. No aparece en los medios de comunicación. Nada, nadie. Mientras arriba la disputa y la debacle se vuelven circo en horario estelar, abajo: nada. Nadie[1].
Xochistlahuaca. En la imagen del video puede verse a dos mujeres frente al micrófono: Son mujeres mexicanas. Son mujeres campesinas. Son indígenas. Son del pueblo amuzgo. Con los subtítulos puede entenderse lo que en una lengua antigua, la de los más viejos, la de quien pobló estas tierras originalmente habla y habla en colectivo. “Buenos días, esto es Radio Ñonmdaa”. Sufren el hostigamiento y lo resisten. Sufren del encarcelamiento y lo resisten. Sufren de la represión y se organizan. Sufren el dolor que todo el país sufre abajo. Pero se organizan. Y se organizan para luchar, que es otra forma de decir, para cuidar de sus pueblos y culturas, para cuidar de sus campos y la tierra, para cuidar de sus niñ@s y sus viejos, para cuidarse de la injusticia y el engaño. Saben que solas y solos no podrán soñar con un mundo otro. Que necesitan reunirse con otros y otras que sueñan el mismo sueño. Radio Ñomndaa. Una de los cientos de organizaciones que integran
Octubre de 2007.
[1] La historia es verídica. He omitido los detalles porque los familiares y organizaciones que los acompañan no han decidido impulsar una estrategia política pública sobre el caso.
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