9 de enero de 2008

La Jornada Morelos, ¿otro espacio que se cierra?/2

El 20 de diciembre de 2007, dos días antes de que desde distintas trincheras, virtuales y reales, las y los adherentes de la Otra campaña recordáramos el décimo aniversario de la masacre en Acteal, botón de muestra de los niveles de impudicia que puede llegar a alcanzar la estrategia guerrerista que los señores del poder y del dinero (incluida la llamada izquierda partidista) implementan contra el proyecto autonómico de las comunidades y pueblos indígenas zapatistas; ése día, decíamos, enviamos un mensaje a la redacción del diario local La Jornada Morelos, donde nuestro compañero Sebastián Liera colabora desde hace seis o siete años.

Aquél mensaje, publicado en este mismo espacio bajo el nombre La Jornada Morelos, ¿otro espacio que se cierra?, daba cuenta, sin ser exhaustiva, de una serie de sucesos que hacían aparecer a la redacción del periódico dirigido por León García Soler bajo la cada vez más extensa dinámica de ir cerrando espacios a quienes desde el zapatismo y la Otra campaña hemos reafirmado nuestra posición a favor de una manera muy otra de hacer política y tomado distancia de la que arriba la clase en el poder receta en dotaciones de democracia electoral.

Todo comenzó, al parecer, cuando Sebastián escribió que el documental de Luis Mandoki, Fraude: México 2006, si bien “se trata de un filme inteligente y emotivo a todas luces […] es, en parte, un fraude en sí misma ya que su realizador siempre aseguró que no sería una cinta de culto a la personalidad de López Obrador y no sólo no cumplió sino que hasta se atrevió a compararlo con Salvador Allende”. Al menos así lo pensó el mismo Sebastián cuando tras monitorear en línea la publicación de su artículo descubría que esto no ocurría.

Por eso, escribió al rotativo pidiendo una explicación; como no obtuvo respuesta redactó Fraude y lopezobradorismo: censurando que es gerundio, preguntando “¿Qué sucede cuando quienes señalan la censura contra algo o alguien terminan haciendo lo mismo que es el motivo de su queja? Quienes pusieron el grito en el cielo y rasgaron sus vestiduras en nombre de la libertad de expresión ¿elevarán igualmente su indignación si una voz apenas, a penas, sonora ha pretendido ser apagada porque no canta loas al producto censurado? O, por el contrario, dado que se ha vuelto práctica común de sus líderes, ¿guardarán silencio?”

La respuesta del periódico, respuesta indirecta, pues nadie se comunicó con Sebastián para explicarle nada, fue la publicación del primer artículo en una sola entrega (cuando Sebastián había sugerido al hacer envíos diferidos que fuera en tres entregas) a la que “alguien” le metió tijera llevándose consigo el estilo en que estaba escrito (v. gr. Donde decía Felipe de Carlos Salinas Calderón, Vicente de la Madrid Fox Hurtado(r) o Luis Carlos Ubartlet para “enunciar” los recursos de Mandoki comparando a protagonistas del fraude de 2006 con el de 1988, el redactor dejó Felipe Calderón, Vicente Fox y Luis Carlos Ugalde, dejando sin efecto el juego de palabras). Luego, en apariencia la publicación de una segunda entrega, que no era sino algo que ya se había publicado, y finalmente una supuesta tercera entrega, que también repetía algo ya publicado en la entrega primera y única. En pocas palabras, como diría después el mismo Sebastián: una cochinada.

No obstante, Sebastián envío tres artículos más a La Jornada Morelos, el de Censurando que es gerundio y otros dos: Ni moderados ni modositos y Acteal, usted y yo…, que tampoco fueron publicados por el diario de marras, aunque sí por otros medios en los que colabora Sebastián, incluyendo el periódico digital de información alternativa Rebelión. Así que Sebastián cambió el tono de su anterior carta del día 18 de diciembre y el pasado 6 de enero escribió:

“Considero a La Jornada Morelos mi propia casa. Por eso, cuando del medio digital español 3i Terc3ra Información me invitaron a colaborar con ellos lo primero que hice fue compartirlo con ustedes comunicándoselos. Desafortunadamente a ustedes pareció no sólo no importarles, sino que comenzaron a tratarme como si yo les estuviera pidiendo la limosna de publicarme. No necesito nada de eso; de insistir en tratarme así, no será la primera vez que dejaré en claro que me importa más mi dignidad que un espacio para que mi voz sea leída o escuchada por otras, por otros.

“Llevo desde 2001 ó 2002, ni siquiera llevo la cuenta, colaborando con ustedes y jamás pensé que llegaría a sospechar actos de mordaza o censura de su parte, práctica común de otros espacios, ahora que la línea editorial de nuestro periódico nacional es decididamente lopezobradorista y al zapatismo se le relega al milagro de ser cubierto por Hermann Bellinghausen.

[…]

“Quedo entonces de ustedes, pendiente de su respuesta. Aclaro que no esperaré mucho (ya tengo esperando desde el 18 de diciembre una aclaración que nomás no llega).”

Ése mismo día, Luis Jaime Brito, subdirector del diario La Jornada Morelos y amigo de Sebastián (que había estado ausente de sus labores en el periódico trabajando para la Dirección de Radio y Televisión del Congreso del Estado de Morelos conduciendo el programa Punto de Encuentro), le escribió a nuestro compañero explicándole que no se trataba de ningún acto de censura sino de la incapacidad de quienes se habían quedado a cargo de la jefatura de redacción en el periódico, le ofreció (sic) una “disculpa sincera” y le reiteró: “considera este tu espacio, como siempre”.


Sabemos, por conducto del mismo Sebastián, que está por aclararse todo este desaguisado y que en unos días más entre él y la redacción del periódico se acordarán las condiciones de su colaboración. Como medio de comunicación alternativo, La otra chilanga saluda que La Jornada Morelos no haya decidido sumarse al mutismo criminal que está imperando en los medios impresos y electrónicos, donde se silencia voces ya no digamos disidentes, sino críticas, como la de Carmen Aristegui, y cerrando sus puertas a la palabra que abajo y a la izquierda se camina de mano del zapatismo siendo cómplices de la estrategia contrainsurgente, ora por comisión, si son calderonistas, ora por omisión, si son lopezobradoristas.


Sin embargo, no perdemos de vista que la buena resolución de este caso respondió, más que a un acto de justicia y respeto, al hecho de que el subdirector de La Jornada Morelos es un buen amigo de Sebastián. ¿Habría resultado igual si entre nuestro compañero adherente de la Otra campaña y Luis Jaime Brito no mediara amistad alguna? Tenemos razones suficientes para suponer que no. Así, pues, sostenemos el extrañamiento que el pasado 20 de diciembre hicimos público para con el medio impreso en cuestión y reiteramos que nos mantendremos al tanto ya no nada más del curso de esta situación en particular, sino también del proceder en materia de libertad de expresión que La Jornada Morelos tenga respecto a otras compañeras y otros compañeros adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona en Morelos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

fue muy sucio el acto que hixo este "PRESTIGIOSO MEDIO DE COMUNICACION"

Espero que pronto se rexuelva esto ...

y al igual que ustedes creo que no se hubiera resuelto nada si , sebastian no fuera amigo de esta persona ...

Como siempre sebastian demuestra un acto mas que gana mi admiracion ...

me da gusto saber que en los medios aia gente como el ...

saludos chilanga y sebastian

besos y abrazos

Otra Chilanga dijo...

Pues allí lo tienes, Valkyriaa, no creo que tengamos mucho más qué agregar. Gracias por la visita, el comentario y los saludos; van otros de retache.

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