En Apizaco, Tlaxcala, la Comisión Sexta tendría una de los encuentros a nuestro parecer más importantes, pues de él se desprendería una de las convocatorias que luego se verían fortalecidas durante la visita del Delegado Zero a la Región Zentro del DF: la reunión con trabajadoras sexuales.
A continuación, el choro del Sup:
Bueno compañeras, creo que me toca a mí. Bueno, primero que nada gracias que nos invitaron aquí. Es un honor para nosotros estar con ustedes. Hay varios problemas que vemos nosotras como trabajadoras sexuales; dos partes decimos nosotros. Primero, lo que nos hizo agarrar este trabajo que es un sistema y luego, ya que estamos en este trabajo, la explotación, persecución, desprecio, racismo, insulto, todo, que tenemos como trabajadoras sexuales. Y no es primera vez que lo topamos en la Otra Campaña; también en Veracruz, en Orizaba, llegaron unas compañeras y compañeros que también trabajan pues en esto y también dijeron, sobre todo, de que, de esto de la persecución, el maltrato como si fueran perros rabiosos. Así como encuentra la policía un perro rabioso y se lo lleva, lo mata, lo baña, no sé cuántas chingaderas pues. Y así se hace.
Y ayer, precisamente, que estábamos ahí en Toluca de Guadalupe, platicaba un joven de los sueldos en las maquiladoras, dice es 80 pesos a la semana. Son 320 pesos al mes. Y él dice: “No alcanza, no da”. 320 pesos al mes son 10 pesos diarios. Ni un refresco y una torta. Y si hay que mantener familia, si hay que pagar la renta, la luz y todo eso, entonces tienes que elegir: o comes o vives, porque no hay dónde meterse ¿no? Entonces él decía pues, “a nosotros los jóvenes es lo que nos están ofreciendo. Entonces, este, si queremos estudiar, tenemos que trabajar, pero para trabajar tenemos que dejar de estudiar. Y aún así pues, con lo poco que se gana en la maquila, que es lo único que nos ofrecen —dice, no hay otra cosa—, no nos da. Entonces nos tenemos que ir para el otro lado”.
Nos estaban contando esa historia porque él dice: “80 pesos semanales dije, no pus no, no da”. Entonces ni siquiera para un campesino pues, le da. Son diez pesos al día, no, no hay para dónde pues hacerse ¿no? Y entonces está esto que cada vez está pasando más: que no hay trabajo. Y el trabajo que hay está mal pagado y no hay ningún derecho. O sea, el trabajador está como si estuviera esclavo. Está todo el día. Ya eso de que jornada de ocho horas que antes había, olvídate. Todas las maquilas son diez, doce horas diarias y a veces más. Y luego peor si es mujer joven que aparte tiene que aguantar que el gerente o el jefe de línea, pues le está diciendo: “no mija pues a ver, hazte pa´ca porque si no te voy a correr”. Y entonces tiene la mujer esa, la mujer joven pues, “chin, pues o pierdo el trabajo o me van a usar como se usa una silla”, pa’ sentarse pues.
Entonces está toda esta situación que se ve en todo el país, nosotros decimos. Y que la misma represión, persecución, desprecio para la mujer en general, para los jóvenes, para las trabajadoras sexuales y los trabajadores sexuales —porque también hay—, es lo mismo que nosotros sentimos como indígenas. Nosotros somos indígenas de allá de Chiapas. Todos nosotros pues, no nos toman en cuenta y sólo pues porque nuestro color o porque hablamos otra lengua, porque casi no hablamos castilla, no hablamos castellano, pura lengua indígena. Entonces no existes pues, no te ven. Hasta que nos alzamos en armas entonces sí nos vieron pues, y hasta que nos pusimos pasamontañas entonces nos vieron. Entonces ya ves que luego la gente dice: “No pues que se quite el pasamontañas”. Pero si a la gente que no trae pasamontañas no la ven, no la toman en cuenta, ni les importa pues cómo se llama. Hasta que ya te rebelaste, que ya te organizaste, entonces sí, ah sí, ahí sí te van a ver. Porque la gente que no lucha no la ven. Nomás la están humillando y despreciando y todo eso.
Entonces esto que nosotros vemos, que es que se llama el sistema capitalista, es el que nos hace eso y una mujer —hay muchas pues que tienen este problema— que tiene que mantener a su familia porque sus papás ya están grandes ¿a poco los va a dejar botados? ¿Por qué? Si cuando ellos tenían fuerza pues, trabajaron por sus hijos ¿no? Y además pues no se puede hacer eso pues. Por qué vas a dejar una gente que además fue la que te dio la vida. O ya por cualquier situación, se tienen hijos y entonces la mujer tiene que decir: “Chin. Yo voy a dejar…” —supón que tienes una hija— y dices: “¿Qué le va a pasar a esta niña cuando crezca, cuando sea joven, cuando sea mujer?”. Y entonces uno siente la necesidad: “Yo tengo que hacer algo para que ella esté bien” y si es niño también.
Y entonces son todas estas condiciones de miseria de que no hay para dónde hacerse porque esa es la verdad. Aquí nadie puede decir: “No pues es que hay mejores trabajos. Estás ahí porque te gusta” Porque así dicen las autoridades. Así nos dicen: “No pues que estás en eso porque te gusta”. Viera que hay otra cosa. No.
Entonces vemos esto que a nadie le importa pues, como que la idea que tienen de las trabajadoras sexuales es lo que sale en las películas. Y nosotros estamos muy de acuerdo que eso de que no somos prostitutas. Prostitutas son las que allá arriba, las ricas que venden su dignidad. Nosotras somos trabajadoras. Y como tal nos pensamos y como tal tenemos dignidad porque sea lo que sea, lo que nunca vendemos es nuestra dignidad de mujeres. Como nosotros decimos, nosotros no vendemos nuestra dignidad de indígenas. Entonces, ahora resulta que nadie se pone a escuchar por qué es que estamos en esta situación. Y por qué nadie le pregunta pues, al que dice que hay otras cosas de trabajar. Preguntémosle a las otras gentes de trabajar cómo les va. Y ya lo escuchamos ayer, o sea, no lo estamos inventando. La gente dice: “No da, no se puede. Hay que irse para el otro lado”. Y en el otro lado pues entonces estás dejando a tu familia, porque si tienes niños chiquitos ni modo que dices, vas a echarlos atrás y vamos a cruzar el río, no se puede. Entonces los tienes que dejar.
Entonces está esta situación que es la que nos pone en este trabajo y eso es lo que nadie quiere ver. Y entonces cuando nos organizamos, nos tenemos que organizar doble, decimos nosotros. Una es para cambiar el sistema que nos hizo agarrar este trabajo; como decía la compañera: “viera que hay buenos trabajos, que hay buenas escuelas, pues por qué madre vamos a estar aquí, si nosotros lo estamos haciendo porque nuestros hijos no les vaya a pasar lo mismo”. Porque no los vayan a maltratar, porque no los vayan a violar, porque ya nos enteramos que los ricos y los gobiernos agarran niñas chiquitas, así de diez años, ocho años y se las llevan para su gusto pues —y ahorita porque nos enteramos porque salió una grabación— y ¿cuántos no hacen igual allá arriba y nadie les dice nada? Entonces nosotros decimos hay que organizarse así para cambiar esa situación.
Pero, como quiera, estamos ahorita en el problema que tenemos como trabajadoras y que sabemos que no es fácil porque hay muchos peligros, unos se saben y otros no se saben. Sólo los sabemos los que estamos aquí. Por ejemplo que nos peguen una enfermedad venérea, que ahorita ya hay mortales como el SIDA, y otra es que toque un loco. A eso te estás arriesgando, estás sola con él y qué tal que se le ocurre que hay que pegar o como ha pasado, lo hemos conocido en historias. Y a los gobiernos no le importa ver ese crimen porque dicen: “No pues es que son de la calle, de por sí se lo buscó”. Como si eso fuera derecho pues para que lo van a matar a una.
Entonces aparte que está eso, está también el desprecio, la humillación que recibimos de nuestra propia gente en la colonia, en la calle, a veces mismo de gente cercana que te ve mal. A veces lo dice, a veces no lo dice pero te lo hace sentir, como que te hace a un lado, como que te aparta. Como que siente que si está a tu lado, lo van a pensar también mal. Entonces se rechaza mismo pues la sociedad. A veces no es con golpes pues, pero con esta humillación. O que anda uno en la calle pues trabajando y pasa alguien y le grita pues, pendejada y media, pa´qué lo vamos a repetir si lo escuchamos pues.
Entonces es una condición de trabajo que te está diciendo pues, como si estuvieras haciendo un delito y entonces cuando dicen ustedes: “Pero pues yo no estoy en este trabajo porque me gusta pues, sino porque tengo esta necesidad. ¿Y entonces por qué me tratan como si fuera una delincuente?” Mismo la sociedad. Porque no le gritan así al presidente municipal. Que fíjate que dice que es un partido de izquierda. Así dice el PT. El Partido del Trabajo dice: “Yo soy de izquierda. Yo lucho por los pobres” dice. Y es de los partidos que están apoyando al PRD para la presidencia. Entonces imagínate qué nos va a pasar si eso es. Bueno.
Entonces está esa situación pues que tenemos y aparte está la situación de que no tenemos derecho laboral y deberíamos tenerlo. Deberíamos tener Seguro. O sea, una cosa es la lucha por cambiar el sistema y otra cosa es la lucha por nuestros derechos. El principal pues es que no nos traten como delincuentes. Y como delincuentes incluso yo creo que tratan mejor a los narcotraficantes o los criminales que como nos tratan a nosotros. Pues a ver cuándo tú haz visto que a un criminal, de esos que ya se ve grande, narcotraficantes, que lo agarran de los pelos y lo jalan y lo avientan y le echan manguerazos de agua fría, que sabemos que es lo que nos hacen. O que empiezan a quitar la ropa y a insultar y a burlarse pues del cuerpo de una ¿no? Bueno. Y luego resulta pues que como dijo la compañera: “pues esos que dicen que nosotros somos prostitutas, ellos son los que prostituyen las leyes y ellos se prostituyen”. Ya lo vimos, se venden y son bien barateros. Ya lo vimos pues. Que por dos botellas de trago, ya el otro le arregló pues —eso es lo que hizo el gobernador de Puebla—; hasta eso que le vamos a enseñar que cobre bien, porque no cobra cabal pues.
Ellos son los que están demostrando qué es la prostitución y es esa la prostitución que hay que erradicar, la de los gobiernos que se venden a los ricos. Nosotros pensamos así pues. Y entonces ya debe cambiar este pensamiento de la autoridad de que nada más cuando quiere votos, porque es cuando quiere votos, si no, no les importa qué nos está pasando. Eso le toca al de abajo, al jefe de la policía de la sección: “que ora mija, móchate con el dinero que traes, para que no te moleste”. Entonces uno tiene que trabajar para mantener a su familia y para mantener al güevón del policía. Pues lo sabemos bien porque así nos pasa en muchas partes. Pero cuando va a haber elecciones pues para que digan que él sí es una persona decente que no se mete en cosas feas —porque ya ven que dicen que lo del sexo les da mucho miedo—, pues entonces nomás pasa a chingarnos nada más para que salga en el periódico que él sí cuida las buenas costumbres; y entonces los ricos le aplauden: “Sí es cierto, porque esa gente es mala”. Aunque la señora rica se esté vendiendo su dignidad. Puede ver que su marido le pone cuernos o le hace lo que sea y no dice nada pues porque tiene el carro y tiene la casa, pues se está vendiendo. Esa sí es prostituta. Esas son las putas. Nosotras somos trabajadoras.
Entonces está toda esta situación y vemos que como dice la compañera que las mismas leyes que se tuercen para quitarle al campesino la tierra, para que las escuelas se privaticen y los alumnos no puedan entrar, no puedan pagar, pues si no pueden pagar. Un hijo de nosotras cuándo va a entrar a la escuela. O come o va a la escuela. Y échale que acaba la primaria, en la secundaria ya son los libros y las cooperaciones; la preparatoria, olvídate ¿la universidad? ¿estudiar medicina? Pues eso sí nomás los libros son un dineral. Aunque en la escuela te dice aquí no pagas pero tienes que comprar todos estos libros pues no alcanza pues para darle. Entonces ese mismo sistema, esas leyes que están torcidas, son las que ahora se enderezan en contra nuestra y me dicen pues eres un delincuente, como es un delincuente el indígena, como es un delincuente el joven que se pone los pelos así parados —ya ven que a veces les gusta así— o que se viste de otra forma, o como es un delincuente el obrero que pide sus derechos o las mujeres de las maquiladoras que se rebelan porque son explotadas.
Pues también estamos de este lado. Nosotros pensamos que tienen que ir con la licenciada esa de derechos humanos y le tienen que decir claro: “¿Sabes qué? Nosotras no estamos solas. Ya hablamos con Marcos y con nosotros está el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Ya están con nosotros. Y aparte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional pues ya hay una organización nacional que se llama la Otra Campaña, que en todas partes nos está organizando y hay abogados”.
Los abogados ya sabemos que son bien tranzas pero hay unos que no son tranzas, por eso no sabemos, porque como no hacen tranzas no los vemos. Sólo vemos a los cabrones que nomás están sacando el dinero. Pero hay gente que lucha y que es abogado y que dice: “Donde hay problema, nosotros echamos la mano”. Entonces nosotros les decimos a ellos. Porque nosotros lo que hacemos es que agarramos una palabra y la pasamos a otro pa’ que se conocen.
Así como yo les traigo la palabra de las trabajadoras sexuales de Orizaba, que fueron las que nos hablaron, hubo en otras partes pero todavía les da pena de hablar. Piensan que las vamos a mirar mal, que les vamos a hacer mala palabra o que las vamos a burlar pues. Porque ahí estuvieron: en Quintana Roo, en Chiapas, en Yucatán y en Campeche, en Tabasco también había esas que se llaman trasvestis, o sea trabajadores sexuales que se visten de mujer, pero donde hablaron fue en Veracruz y contaron esta historia de ustedes. Con mucha pena ahí, porque había un chingo de gente y había de todo y ahí sí estaba la prensa esa de afuera, o sea periódicos y todo eso. Y estaban con pena y yo les dije: “no, vamos a tomarnos una foto juntos”. Y entonces ya nos tomamos una foto que salió en La Jornada, ahí con unas trabajadoras sexuales ahí de Orizaba, en Veracruz. Y sabemos que hay compañeras en el DF y en Jalisco y en el norte, trabajadoras sexuales y trabajadores sexuales que están en la Otra Campaña.
Entonces, nosotros lo que decimos es por qué no echamos trato ustedes y yo. Por qué no hacemos pues un llamado a todas las compañeras trabajadoras sexuales de todo el país y que se conozca la historia de todas y que todas juntemos, juntas luchemos por los derechos. Entonces a ver si es lo mismo que el presidente municipal de Apizaco, que es un pobre pendejo, se va a enfrentar a un movimiento nacional. Pero si yo lo digo así nomás me van a decir: “No, pinche Marcos estás loco tú qué”. Entonces yo digo: “No, yo hablé con las compañeras en Orizaba, hablé con las compañeras en Apizaco. Estamos juntas las tres ahorita. Entonces a lo mejor otras se van a animar y van a decir: “Órale sí es cierto”. Es que son dos problemas, es el problema el que nos hace ese trabajo, que nos hace que tengamos que trabajar así y luego el problema que tenemos ya en este trabajo. Entonces sí, vamos a cambiar el sistema compañeras. Sí lo vamos a hacer porque ya es un movimiento nacional muy grande. Pero mientras, ¿qué vamos a hacer? ¿A poco vamos a seguir aguantando las fregaderas de la policía o de las autoridades o de la gente? Porque también eso tiene que cambiar.
Nosotros lo entendemos muy bien, nosotros como indígenas íbamos a la calle y decían: “pinche indio” ¿a poco no era un insulto pues?, como ahora dicen “pinche puta”, igual como insulto pues. Y nosotros recuperamos la dignidad así como la están recuperando ustedes en su organización. Y es por eso ahí nosotros decimos, vamos a juntarnos, y vamos a juntarnos también con los de las maquiladoras y con los jóvenes y con los maestros aquí en la Otra Campaña y estos compañeros y compañeras sí van a entender su palabra. Por eso les pedí permiso que entran estos compañeros, porque esa palabra que sacaron ustedes, la historia, la doble: la que las hizo entrar a este trabajo y las fregaderas que les hacen ya en el trabajo que tienen, la van a escuchar otras compañeras que a lo mejor estaban pensando: “Chin, será que no me van a burlar”. Y entonces ya van a entender: “No, sí se puede hablar en la Otra Campaña. Y lo que nadie nos pregunta, ahí nos lo van a preguntar. ¿Por qué? ¿quiénes somos? ¿por qué estamos aquí? ¿por qué luchamos y qué es lo que queremos hacer?”.
Y entonces van a ver que se va a sentir que el corazón se hace grande. Y esa soledad que uno siente cuando lo está chingando la policía o cuando recibe el insulto, el desprecio de alguien, ya no vas a estar sola, lo vas a sentir aquí. Y no es porque va a haber una gran marcha. Lo vas a sentir porque te vas a sentir acompañada y vas a escuchar esa voz, la tuya, que está llegando lejos, que la está escuchando otro. Y que la están escuchando intelectuales y artistas, pintores, músicos, cantantes, obreros, indígenas que lo van a empezar a traducir en lengua, para entender la historia que nos contaron. Y vas a ver que todos van a decir: “Sí es cierto. A nosotros nos hace igual la policía. Y a nosotros igual nos hace el presidente municipal y el gobernador y los diputados y los senadores y el presidente de México y el juez, nos hacen lo mismo”.
Pero qué bueno pues que tenemos compañeros. Y la lucha que están haciendo, cómo se organizan; pues como dijo una de las compañeras dijo: “antes no sabíamos cómo hacer. O sea que nos hacían como su calzón. Y ahorita que ya vemos que podemos decir de nuestros derechos, pues ahora ya no es lo mismo”. Y por eso les está buscando de echar trato el presidente municipal. Porque dice: “No, pues mejor vamos a llevarla despacio, vamos a ver qué hacemos”. Pues a la hora que sepa él, no pues, que están en una organización nacional y las apoyan obreros, campesinos, sindicatos, el EZLN y todo eso… pues ya el presidente municipal se tiene que rascar la cabeza y decir: “¿Qué voy a hacer?”. Y a la licenciada de derechos humanos le tienen que decir: “Tú tienes que cumplir tu trabajo. Hay una injusticia ahí y tu trabajo es denunciarlo. Tienes que hacer esa recomendación”. —“No pues es que va a haber represalias”. —“Si va a haber represalias dile de una vez al presidente municipal que ya no estamos solas, que ya tenemos compañeros en todas partes y que si nos hacen algo, se viene por todos lados la protesta”.
Y eso es lo poco que podemos hacer nosotros compañeras porque, a lo mejor, si ustedes dicen aquí algo pues aquí se queda y no pasa de esta puerta, pero si el EZLN dice algo, se va para otros lados, más lejos, porque así llegó nuestra lucha. Y entonces nosotros ofrecemos eso pues, que ya no nada más vamos a hablar de nuestro dolor. Vamos a hablar del suyo y ahorita estas palabras así se van y que se llegue pues para otros lados.
Entonces así en resumen pues, para no aburrirlas. Es: tenemos que luchar las dos cosas. Por cambiar el sistema, y eso es lo que se propone la Otra Campaña, pero también mismo como trabajadoras sexuales tenemos que luchar porque nuestro trabajo sea digno, que sea seguro. Seguro en salud y seguro que no te estén persiguiendo como si fueras.. pues si tú no estás robando nada a nadie. Ese que te está persiguiendo sí es un ladrón, ese es el que se roba, nomás que trae uniforme, trae placa pues, o tiene cargo de presidente. Y entonces para esas dos cosas se necesita que vamos juntos a llamar a más compañeras trabajadoras sexuales y decirles éntrense acá. Hablen, cuenten su lucha. Cuenten las chingaderas que les hacen, que se sepa. Porque ahorita va a ser bien fuerte lo que se va a decir porque la gente va a comparar. Esta es la palabra de las trabajadoras sexuales y esta es la palabra del gobierno con un empresario que se dedica a violar niñas. Ese sí pues a prostituirlas, él sí. Entonces van a ver. Pues hay más dignidad en las trabajadoras sexuales que en el pinche gobierno. Eso es lo que va a ver la gente.
Pero el sistema está persiguiendo a éstas que se están organizando por sus derechos y a éstos les están viendo ¡a ver si los sacan del cargo! —no crean que están viendo si lo van a meter a la cárcel—, están viendo ¡a ver si renuncia! y ya, si renuncia, ¡a ver si le hacen un juicio! y, ya en el juicio, ¡a ver si es culpable!, y ya, si es culpable, ¡a ver si entra a la cárcel! porque sabemos que los ricos no entran a la cárcel, no entran. Por mucho delito que salga, no entran, pagan. Nosotros ¿de dónde vamos a sacar para pagar? Pero además, nosotros no estamos haciendo el delito. El delito lo está haciendo el de arriba.
Entonces, si sacamos esa palabra se hace más fuerte y mientras el problema mero que tenemos aquí en Apizaco, así lo digamos claramente: “hubo una reunión y el acuerdo que sacamos es que estamos unidos”. Y entonces ya con las trabajadoras sexuales aquí de Apizaco están los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que son indígenas y el que habla por ellos y escucha por ellos vino e hizo ese compromiso porque yo traigo esa misión pues que me dan los compañeros, porque de por sí sabemos de antes que está este problema porque nos platicaron los compas de la CNUC, las compañeras. Entonces cuando yo salí me dijo los compañeros pues y compañeras nuestras de allá: “Ve y búscalas, habla con ellas. A lo mejor les va a dar pena. Habla así aparte”.
Por eso, cuando empezamos, antes yo les pregunté que si pueden entrar ellos pero si me hubieran dicho que no, como quiera nos reunimos nomás nosotros. A lo mejor así sin cámara ni micrófono, a lo mejor se habla más tranquilo pero yo creo que se dijo lo claro y yo sí quería que entraran ellos para que su voz no se quede aquí. Así como la voz de las compañeras trabajadoras sexuales en Orizaba no se quedó ahí, se hizo grande pues. Y van a ver que si esta su voz llega, van a ver que va a haber trabajadoras sexuales de otras partes del mundo que van a decir “sí es cierto”. Vas a ver, porque sí llega bien lejos y vas a ver que en España, en Barcelona, van a decir: “ah pues a nosotros también nos pasa eso”. Con su modo, porque hablan de otro modo allá. O para qué nos vamos tan lejos compañeras, pues las que están en Estados Unidos, mexicanas además, que tuvieron que ir para el otro lado. Pues también van a decir: “sí es cierto”. Y entonces no tenemos por qué salir de aquí y volver a sentir vergüenza de lo que estamos haciendo. En todo caso tenemos que sentir rabia e indignación por lo que nos hacen.
Entonces esa es la propuesta compañeras. En este caso concreto, decirle a la de derechos humanos: “cumple con tu deber”. Porque además ya va a salir en el periódico que ella dijo que mejor vamos a buscar arreglo, o sea, ya no se va a poder esconder, ahora va a tener que hacer la recomendación. Y ahora el presidente municipal va a tener que explicar por qué dice que es de izquierda y hace estas fregaderas; y el Partido del Trabajo a nivel nacional tiene que explicar por qué dice que es de izquierda y persigue a la gente humilde y sencilla; y López Obrador va a tener que explicar por qué es apoyado por el PT para ser presidente de México y persigue a la gente humilde y sencilla. Se va a hacer una bola de nieve pero para allá afuera. Entonces lo que se necesita es que ustedes estén unidas y firmes en la lucha y ya que salga esta palabra para más compañeras de la Otra Campaña, que yo espero pues que en otros estados ya con esto que hicimos, otras compañeras se van a animar a decir la palabra así como en Orizaba y ahora aquí en Apizaco. Pues se va a sentir toda esta fuerza y si sacamos eso de que vamos a decir ahora vamos a unirnos, mismo como trabajadoras sexuales y vamos a exigirle a los de arriba que nos respetan. Que nos dejan en paz pues, porque nomás están chingando. Échale pues que no nos estén procurando pues, pero cuando menos que nos dejen en paz y que nos respeten.
Y la Otra Campaña pues tiene que también hacer una campaña, primero de educación a sí mismo que tiene que respetar a los trabajadores y a las trabajadoras, también las sexuales. Porque a lo mejor piensan que nomás trabajador es el que está en la fábrica y no, ya lo vimos que no, cada quien tiene pues su chamba. Y entonces, pues yo creo que ahorita las va a buscar el presidente municipal o el gobernador, no sé alguien las va a buscar para decir: “No mira, ya no va a haber problema”. Está bien, ustedes busquen las mejores condiciones de trabajo para que eso sea ejemplo para otros, busquen a más compañeros. Que sí hay mucha compañera que anda suelta como explicó la compañera que le hacen como sea y que no sabe cómo defenderse, pues hay que decirle. Porque aquí lo que nosotros estamos ofreciendo en la Otra Campaña no es que se entra en un partido, ni que se cambien. Tienen que respetarse cada organización. Esta es su organización de ustedes. No la suelten, no la dejen, de veras. Manténganse unidas y si otras compañeras trabajadoras sexuales se unen en otro lado, que hagan su organización, respeto. Que se respete. Ahora, lo que se trata pues es de que unido cada quien como está, luchamos por nuestros derechos: aquí en Apizaco, aquí en Tlaxcala y aquí en el país y vas a ver cómo sí se va a hacer.
Porque ya donde estamos pasando es que la gente ya no aguanta. Así como la palabra que sacaron ustedes: “Ya no aguantamos más, ya no nos vamos a dejar”. Así hemos escuchado donde hemos pasado todas las veces. Y si en lugar de hacer esto que estamos haciendo compañeras, qué tal que nos estamos viendo allá que si los candidatos, pues no nos miramos. Ahorita estaría el Marcos ahí hablando con López Obrador o con Madrazo, con Calderón o con Fox. Entonces nosotros decimos: “No pues en lugar de mirar pa’rriba, mejor vamos a mirar pa’bajo”, y por eso venimos aquí y por eso escuchamos esa palabra y por eso les estoy diciendo esto. Ustedes tienen que tener, sentir, lo que nosotros estamos sintiendo ahorita en lo que llevamos, que es casi dos meses. Tienen que sentir un chingo de fuerza en el corazón. Así como ustedes ya, que antes estaban solas y ya organizadas sintieron: pues ya estamos fuertes porque si me hacen algo van a brincar las otras. Ya sienten que pueden, se sienten un poco más libres, pues ahora más todavía porque entonces ya se trata de esta organización.
Entonces compañeros nosotros les proponemos eso para que un día que se reúnan, cuando puedan, vean si le entramos juntos o no, nosotros estamos dispuestos. Saquemos un llamado a todo el país, de aquí de Tlaxcala, junto, trabajadoras sexuales de Apizaco y EZLN, y le firmamos juntos, llamamos a todas las trabajadoras sexuales y trabajadores sexuales, porque también hay, que vamos a unirnos juntos para luchar contra dos cosas: contra el sistema que nos hizo esto y contra los que no nos dejan trabajar ni nos reconocen nuestros derechos. Y a lo mejor, quien quita pues, así como hubo ya ven ahora unos días hubo un encuentro de los que hacen medios de comunicación, los que toman foto, video, revistas, todo eso, pues hagamos un día, a lo mejor se puede, un encuentro nacional de trabajadores y trabajadoras sexuales, y entonces sí a ver si no van a escuchar los cabrones.
Pero, además, ¿qué van a hacer sin nosotros? Un día que, en lugar de chambearle, nos juntemos a hablar, a ver ¿qué va a pasar? A ver si no van a decir: “no pues sí, este, sí son importantes, ya no les vamos a hacer algo”. Pero que sea de todos y que nadie hable por nosotros, sino que las mismas compañeras y compañeros que hacen ese trabajo digan: “así está la situación”. Porque esa es la Otra Campaña, no es que alguien va a hablar por nosotros, sino que ustedes mismos dicen su palabra y otros y otros y otros, y van a ver que la fuerza es bien grande compañeros, nomás que no nos damos cuenta. Porque no nos escuchamos, porque nomás estamos oyendo el ruido de arriba, pero ya que nos escuchamos aquí y que se va a escuchar en otros lados se va a sentir esa fuerza.
Entonces ya de resumen compañeras: decirle a la abogada que no se haga pato, que cumpla su trabajo; mandarle decir al presidente municipal que ya no están solas; y discutir y pensar si estamos de acuerdo de que hacemos esa palabra juntos para llamar a todo el país, a todas las trabajadoras y trabajadores sexuales del país a que se unan para luchar por los derechos y contra el sistema capitalista. ¿Cómo ven? ¿Le entramos o no le entramos? ¿Estamos decididos? Bueno, ¿quién va a escribir la palabra entonces? Ustedes hagan una más o menos. Bueno, no ahorita pues, hoy. Para que antes… el último día que estamos en Tlaxcala lo sacamos, nosotros estamos el viernes todavía en la mañana. Ahorita viera que ¿por qué no se avientan, no les da miedo en el acto público de Apizaco, al rato? si no, yo hablo pues, yo hablo a nombre de las trabajadoras sexuales; nosotros decimos que son unos cabrones. Porque en la tarde va a haber un acto público aquí.
Échale pues, que no se avienten ustedes porque qué tal que luego los persiguen o les hacen un mal, pero si me dan permiso yo saco esta palabra, hablo pues, nomás me peino antes porque si no van a decir que (…) Si de por sí se estaban peinando porque iba a salir la cámara ¿verdad? Pues lo que podemos hacer es: a ver, mira yo hago más o menos un escrito hoy mismo y, mañana en la mañana pues, a ver si le entrego a Luz o a alguien y entonces a ver si se puede y que lo vean entre ustedes, si están de acuerdo —mañana es jueves—, el viernes ya lo sacamos en los periódicos y que ya se salga. Pero que sí sepamos bien y estemos de acuerdo y lo sacamos. Y ya sé que rápido en Orizaba van a decir órale, nosotros le entramos. Bueno, entonces yo hago ese escrito hoy en la noche y lo paso mañana, lo revisan y si están de acuerdo ya lo publicamos el viernes antes de salir, pa que salga mero aquí en Tlaxcala, ¿estamos de acuerdo?
Pues así está compañeras, no sé cómo la ven compañeros. ¿Están tristes? ¿Ya no, verdad? así pasa después de cada reunión, ya como que la tristeza no… ¡Ah sí!, la otra cosa: vamos a regresar, ya se me había olvidado. Por eso dice, bueno yo soy el Subcomandante Marcos, pero dice que Delegado Zero porque primero salgo yo y luego vamos a dar otra vuelta ya más tiempo y ya vienen más compañeras y compañeros, mero indígenas de allá, nomás que sí ya hablan un poco castilla. Y entonces esos ya vendríamos a cada lugar y ya más tiempo. Entonces ahí pues, si nos invitan, pues iríamos a su casa de ustedes y estaríamos aquí en su local o donde estén chambeando; junto con ustedes, nosotros no tenemos miedo, pues, ni pena, ya llevamos 500 años en eso. Y entonces, a ver si van a estar chingando los otros ¿si? Y ayudamos a cuidar la puerta o a ir por el papel de baño o los refrescos, o lo que sea pues, de por sí lo sabemos pues cómo es. Si vamos por…y ya si uno se quiere pasar de cabrón, lo agarramos y lo sacamos a la calle.
Entonces esa va a ser la segunda vuelta, entonces, no es la última vez que estamos aquí. Ahorita nomás estamos conociéndose en otros lados, y ahorita voy yo solo nomás pa’ ver si no hay problema, y luego ya venimos más y ya tardamos pues. Y ya vamos a hablar más en confianza y ya mero donde está el problema. Y ya si a alguien le quieren perjudicar, vamos juntos a la cárcel a sacarlo, o a mentarle la madre al presidente, lo que sea pues, vamos a estar… si estamos juntos es que estamos juntos, no es que estamos diciendo de palabra pues. Ahorita nomás pasamos rápido así porque tenemos que ver mucha gente ¿no?
Pero yo hago eso hoy, viera que lo tengo a tiempo, a lo mejor hoy mismo le digo a Luz si lo puede pasar. Como que ella sabe dónde encontrarlas a ustedes. Pero si no, seguro mañana en la mañana entonces en el día lo ven, lo palomean o tache según como vean ustedes; si hay una palabra que no gusten pues le ponen tache yo le busco otra. Y el viernes en la mañana lo aventamos, día de la bandera; eso que dijiste está muy bueno, entonces, que el día de la bandera salga y que diga: “esta bandera también es nuestra”, nosotras, trabajadoras sexuales “también es nuestra bandera”. Y que lo agarre el que lo agarre y el que no, que se chingue y punto. Pues esa es la palabra compañeras, gracias compañeras.
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