24 de octubre de 2006

Atenco, Oaxaca… ¿Morelos?

En medio de las noticias nada alentadoras que nos vienen desde Oaxaca, que van desde el asesinato del maestro Pánfilo Hernández Vázquez hasta la negociación en el Senado para no proceder con la desaparición de (sus) poderes, me encuentro entre los medios alternativos que cubren La Otra Campaña que compañer@s adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona han sido hostigad@s, detenid@s, insultad@s y amenazad@s.

Esta vez pretendía lanzar una invitación a est@s y otr@s adherentes de La Otra en Morelos para que platicáramos sobre el futuro de ésta, con miras a ir construyendo un espacio de intercambio de opiniones sobre lo que queremos sea este movimiento, su estructura organizativa, su política de alianzas, el lugar de cada quien o las tareas comunes a tod@s.

Pero no será así, al menos no por el momento. Si antes denunciamos aquí mismo la represión a proyectos que quieren sumarse a la red inform@ctiva que cubre la otra palabra que camina abajo y a la izquierda; ahora no podemos sino dar cuenta de que cuando el cretinismo recibe el espaldarazo electoral no puede más que crecerse.

Tomemos como punto de partida la nota de Elizabeth Cuevas Villalobos publicada el día de ayer por esta casa editorial. En ella se nos cuenta cómo Diego Torres Melgoza y Machel Ferreiro Mejía fueron detenidos por policías municipales y llevados al Sector 1, en el mercado Adolfo López Mateos, sin orden de aprehensión ni disposición jurídica vigente (aunque los agentes argumentaron violación al Bando de Policía y Buen Gobierno por… ¿por qué cree usted? ¡Por tirar basura!).

Sin embargo, pronto apareció el peine; es decir, el verdadero motivo de su detención. Para ello me remito a un fragmento del testimonio escrito publicado en páginas electrónicas de medios alternativos como Okupaché y Enlace Zapatista:


Durante aproximadamente una hora nos tomaron nuestros datos […] Se nos señalaba durante todo el tiempo como zapatistas o como integrantes del EZLN y que esto es ilegal. Se nos tomaron nuestras huellas dactilares y nos tomaron varias rondas de fotos, con múltiples cámaras y por muchos camarógrafos de los cuales varios no estaban uniformados ni nada parecido pero que se les daba toda la información acerca de nosotros […] Cuando nos iban a presentar al juez calificador un policía llego diciendo que nos sacaran de ahí rápido antes de que la prensa nos viera y hasta entonces nos entregaron las identificaciones que nos habían requisado desde el momento de la detención […] Durante el trayecto al Sector 1 en el mercado del centro de Cuernavaca, el policía que nos estaba vigilando nos daba un discurso sobre lo ‘incorrecto’ de nuestras acciones subversivas. Al llegar al sector se nos confiscaron nuestras pertenencias y no se nos permitió hacer ninguna llamada […] Después de casi diez horas se nos permitió salir pagando fianza […] Se nos acusa de perturbar la tranquilidad y el orden público y de ensuciar la vía pública. Lo cual es ridículo, pues […] nosotros hemos exigido junto con vecinos que se dé una solución a ello”.


Machel Ferreiro es adherente a título individual de la sexta declaración zapatista, Diego Torres es miembro del colectivo, también adherente a la Sexta, La Tripulación Del Viejo Antonio. Esto que cuento pasó a partir de las 10 de la mañana de antier, 18 de octubre; unas doce horas después, compañer@s del mismo colectivo pasaban por lo siguiente:


“Integrantes de La Tripulación del Viejo Antonio llevamos a los compañeros que hasta unas horas antes estuvieron detenidos en el sector número 1 del mercado de Cuernavaca a la casa de uno de ellos, para que ahí se quedaran los dos a dormir. Nos dimos cuenta que había tres patrullas pick up con policías abordo precisamente frente a la casa del compañero, al detenernos frente a la puerta inmediatamente nos abordaron los policías poniendo la patrulla frente a nuestro vehículo, pidiéndonos una identificación y preguntando a qué nos dedicamos y qué estábamos haciendo […] Al preguntar porqué el interrogatorio, dijo el policía que tenían videos de un coche con estas características y placas que andaban alborotando a la gente que está alrededor de los contenedores (que están atiborrados de basura) de Cuernavaca y que ellos podían pedir los videos para comprobarlo […] Después hablaron con nosotros por separado diciendo que los altos mandos pedían que esperáramos. También cabe señalar que ya traían los datos del coche y mi nombre (Lorena) con apellidos y todo anotados en una lista y sólo le pusieron una señal cuando les di mis datos. A Florentino lo interrogaron aparte y le dijeron que querían dar una revisión al vehículo y que advertían que si encontraban algún volante o folleto comprometedor podían detenernos ya que era ilegal, así que contestó que es miembro de la Otra Campaña y que seguramente iban a encontrar propaganda de nuestra organización, a lo cual dijeron que entonces tenían que esperar la respuesta de los altos mandos. A mí […] el otro policía me dijo que esperara un poco más porque el jefe quería verme, que era cosa de rutina” (el enfatizado en negritas es mío).


¿Bando de Policía y ¡Buen Gobierno!? ¿Detenciones sin órdenes de aprehensión? ¿Un policía diciendo que había que sacarlos rápido antes de que la prensa los viera? ¿Discursos sobre lo incorrecto de supuestas acciones subversivas? ¿Impedimento a realizar llamadas telefónicas? ¿Acusación de “perturbar la tranquilidad y el orden público”? ¿Volantes y folletos ilegales? ¿Qué los mandos quieran ver a las detenidas ilegalmente “cosa de rutina”?


¿A qué le suena todo esto? En lugar de Bando, la redacción legal debería ser banda de policías, que es lo mismo que decir delincuentes con licencia. Buen Gobierno, ¡por favor!, ¿qué tiene de buena una administración que a lo largo de un mes o más no ha mostrado más que negligencia e ineptitud para con un asunto como el de los residuos sólidos y su adecuado manejo?


Por lo demás, el patrón con el que estos transgresores de la ley vestidos de guardianes del orden actuaron responde a modelos de la policía política alguna vez dirigida por el jojutlense amigo de armas del tristemente célebre Absalón Castellanos Domínguez, el ex gobernador Jorge Carrillo Olea, y preludia violaciones a derechos humanos elementales del tipo en que ocurrieron en Texcoco y San Salvador Atenco en mayo de este año.


¿Es acaso éste el inicio de una discreta cacería de brujas que tendrá como primer objetivo las personas que nos hemos adherido a La Otra Campaña? O, menos, es la rúbrica con que el gobierno panista recién estrenado de Adame Castillo quiere significarse como digno sucesor del insulso paladín de la política de bragueta que le antecedió?

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...