10 de febrero de 2007

AMBULANTE dosmilsiete

Esta vez, La Otra Chilanga se asoma a terrenos que para algun@s pueden no estar intrínsecamente relacionados con la política, su tema por excelencia; pero no es así, cuando la mirada política se olvidó del arte y la cultura abandonó el alma de lo humano en algún cesto de basura y volvió la polis en un quehacer propio de advenedizos, oportunistas que un día pueden vestir de izquierdas y al otro de derechas sin el menor empacho. Aprovecho a mandar un saludo a los verdaderos eruditos de estos temas cinematográficos, aderezados de humildes disculpas por meter las manos en sus territorios virtuales con tan pobre oficio: El gabinete del Dr. Strangelove, Cineahora, Séptimo cielo, ¿Y si esta vez te quedaras?, Antiegos, Le petit cochon, Cinersis, Uruloki, Rod@ndo y Cinema friki.

Desde el 2 de febrero
, día de
la Candelaria, en México se está llevando a cabo la
segunda gira del festival itinerante de cine documental Ambulante; proyecto impulsado por la productora independiente Canana Films, en colaboración con el consorcio Cinépolis y el Festival Internacional de Cine de Morelia. Sus promotores, Gael García Bernal, Diego Luna y Pablo Cruz, parecen retomar las palabras de Óscar Menéndez, realizador de documentales como México 68 y La batalla de Tepoztlán, cuando asegura que “documental que no tiene circulación y exhibición, no existe”, pues la idea de Ambulante surgió cuando Eugenio Polgovsky, director de Trópico de Cáncer y amigo de Gael y Diego, no conseguía distribuir su documental a pesar de haber recibido varios premios.

Así, esta segunda edición durará hasta el 29 de marzo y visitará 15
ciudades del país que, intencional o accidentalmente escogidas, revisten una importancia singular en la vida política nacional, ya que incluye Monterrey, la capital del estado quizás más próspero pero no por ello el más progresista, pues está gobernado por la derecha; Chihuahua y Ciudad Juárez, cuyos feminicidios han alcanzado resonancia mundial; San Luis Potosí, donde el gobernador en turno ha dado carta abierta a la Minera San Xavier para desgajar el icónico Cerro San Pedro; Puebla, corazón del feudo donde la impunidad ha tomado el nombre del también famoso Góber Precioso; Morelia, Guadalajara y Tijuana, urbes donde el narcotráfico ha asentado sus reales; Mérida y Tuxtla Gutiérrez, donde el pragmatismo político da cuenta de cómo la supuesta izquierda renuncia a sus principios a cambio de puestos de poder, o la convulsionada Oaxaca, botón de muestra de que las concertacesiones prianistas (aderezadas con la complicidad perredista) no sólo no han pasado de moda, sino que son moneda corriente.

Un total de 32 documentales serán exhibidos en lo que se ha dado en llamar cuatro secciones: 1) Oficial: 12 realizaciones mexicanas e internacionales que enfocadas en temas sociales hayan tenido impacto en festivales internacionales mostrando creatividad e innovación; 2) Dictator´s Cut (patrocinada por el semanario Proceso): Seis documentales que han sido censurados a través de omisión, manipulación o distorsión, ya sea por parte
de los medios corporativos de comunicación, ya por las autoridades de cualesquiera de los niveles de gobierno; 3) Witness: Selección de cinco trabajos generados bajo el abrigo de la organización no gubernamental homónima, fundada por el señor Peter Gabriel en 1992, con el fin de dar voz a las personas que han padecido violaciones en sus derechos humanos, precisamente por medio del documental, y 4) Injerto: Nueve producciones independientes cuya característica principal es la experimentación.

El documental –sostienen García, Luna y Cruz- se encuentra íntimamente atado a la capacidad humana de entender y transformar su entorno, y de desafiar sus condiciones sociales, políticas y ambientales”. Por ello no es extraño que México cada vez esté participando más de la tendencia mundial y latinoamericana de producir, distribuir y exhibir cine documental incluyendo estrategias comerciales, como se hace esta vez, sobre todo
porque el género no nos es ajeno como nación.

El cine documental ha dado cuenta de nuestra historia reciente desde finales del siglo 19, con una presencia indiscutible durante la guerra que llamamos de Revolución en trabajos de realizadores como Salvador Toscano, los hermanos Alva, Enrique Rosas o Jesús Abitia, quienes filmaban en vivo entre balas y cañonazos. De hecho, ahora que la fiebre nacionalista tiene puesta su desmemoriada mirada en las nominaciones de mexicanos y mexicanas para recibir el premio que cada febrero otorga la Academy of Motion Picture Arts and Sciencies, bien valdría recordar que para 1972 el trabajo cinematográfico, digamos, azteca recibía dos premios Oscar por el documental Centinelas en el desierto, de Manuel Arango.

Aún así, de la mano de las repetidas crisis en la industria nacional cinematográfica que en su época dorada llegó a producir más de cien películas al año, el cine documental ha quedado prácticamente marginado y salvo algunas realizaciones como El grito, de Leobardo López Aretche, producida por el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, la mayoría de l@s mexican@s de a pie no nos hemos enterado de la vasta producción documental en las tierras nuestras.

Tendrían que surgir proyectos como Canal 6 de Julio y sus producciones: El tiempo de la esperanza, Abriendo surco, TLC: detrás de la mentira, Chiapas: la otra guerra, Batallón Olimpia/documento abierto o Tlatelolco: las claves de la masacre, entre muchos otros, para que se empezara a generar un público un poco más amplio que lentamente se ha ido consolidando, ya porque la producción de documentales también va retomando sus fueros, ya porque algunos periodistas como Ricardo Rocha, garbanzos de a libra, han hecho reportajes que se hermanan con el género para los medios corporativos de comunicación. ¿Quién no recuerda las investigaciones cámara en mano de Rocha y su equipo de colaboradores unos días antes de la masacre en Acteal o tras la matanza de Aguas Blancas o entorno a la industria del secuestro en Morelos, que de un modo u otro abonaron la “caída” de tres gobernadores y marcaron el hito de que cargar una cámara de video puede no sólo documentar la represión, sino atenuar su impacto?

Fundamentales han sido también las cuatro ediciones bianuales del Encuentro Hispanoamericano de Video Documental Independiente “Contra el Silencio Todas las Voces”, donde se han exhibido trabajos como La guerra contra los pueblos zapatistas, de Noé Pineda y Jesús Ramírez; 11 de septiembre 1973: el último combate de Salvador Allende, del chileno Patricio Henríquez; Niños de la calle, de Eva Aridjis; o documentales que son retomados por la gira Ambulante 2007, como Maquilápolis, de Sergio De la Torre y Vicky Funari, o Comandante, de Oliver Stone, que en el marco del III Encuentro reunió a 2 mil personas en el zócalo de la Ciudad de México.

Por si fuera poco, “Contra el Silencio Todas las Voces” ha reunido el que quizás es el catálogo más grande de documentales en México, con un acervo que rebasa los mil filmes donde encontramos algunas de las primeras realizaciones de cineastas que en Ambulante 2007 se presentan con trabajos de una excelente factura. Tal es el caso de Alejandra Sánchez, cuyo documental Ni una más ganó el Premio Lomo Sapiens del II Encuentro, en 2002, y que junto con Señorita extraviada, de Lourdes Portillo, se ha convertido en referencia obligada cuando se quiere hablar fuerte y claro sobre la red de complicidades que subyacen en los centenares de homicidios y desapariciones de mujeres en la natal Chihuahua de Sánchez, quien llega ahora a Ambulante con su largometraje Bajo Juárez: la ciudad devorando a sus hijas, que ganó el Premio Especial Titra del IV Festival Internacional de Cine de Morelia y ha sido seleccionado para participar en la categoría de documental extranjero del Festival de Sundance.

Sin embargo, será una producción estadounidense la que reafirme la presencia del cine documental entre el público mexicano. Bowling for Columbine, de Michael Moore, traducida al español para fines comerciales como “Masacre en Columbine” y ganadora del premio César de la Académie des Arts et Techniques du Cinéma a la mejor película extranjera en 2003 y del Oscar al mejor largometraje documental el mismo año, llegó a venderse junto con su sucesora, Fahrenheit 9/11 (ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes en 2004), entre los puestos de música, libros y películas piratas del centro de la ciudad capital de México, termómetro indiscutible del consumo cultural popular donde el único documental que ha sido vendido en tan exclusivo aparador, además claro de la obra de Moore, ha sido ¿Quién es el señor López?, de Luis Mandoki.

Pero el que quizás sea actualmente el documental más significativo de la producción “azteca”, al grado de convertirse en la película mexicana más galardonada del 2006, y tal vez de todos los tiempos, es En el hoyo, de Juan Carlos Rulfo, a quien quizás recuerden por su Abuelo Cheno y otras historias (1995). En el hoyo, considerado el documental más taquillero en la historia del cine mexicano con una recaudación de 1.5 millones de pesos en tan sólo las primeras cinco semanas de ser exhibido y visto por 35 mil espectadorxs, ha ganado más de una veintena de premios entre los que podemos mencionar el Coral al mejor documental del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Cuba; el gran premio del jurado en el Festival Internacional de Cine de Miami, EU; el premio del jurado al mejor documental internacional del Festival de Sundance; el reconocimiento a mejor película del Festival Internacional de Cine de Santiago de Chile; el premio a mejor documental en el Festival Internacional de Cine Latino de Los Angeles, EU; el premio a mejor película y premio del público en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, Argentina; cuatro premios en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, México; premio a mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, República Checa; el premio del jurado en el Festival Internacional de Biarritz, Francia; dos premios en el Festival Internacional de Cine de Morelia, México; una mención especial en la sección internacional del Festival de Cine Documental Docaviv de Tel Aviv, Israel; y una mención de honor en el Festival Internacional de Documentales É Tudo Verdade de Sao Paulo, Brasil.

Así, pues, heredero de toda esta historia y forjador de su propia experiencia por legítimo derecho, Ambulante, el más ambicioso festival itinerante de cine documental en México, estará hasta el 15 de febrero en la Ciudad de México, para trasladarse a Monterrey, Metepec, Chihuahua y Morelia (del 16 al 22 de febrero); Ciudad Juárez y Guadalajara (del 23 de febrero al 1 de marzo); San Luis Potosí y León (del 2 al 8 de marzo); Tijuana y Puebla (del 9 al 15 de marzo); Mérida y Oaxaca (del 16 al 22 de marzo), y Cancún y Tuxtla Gutiérrez (del 23 al 29 de marzo); en lo que seguramente será uno de los eventos más importantes para los amantes del género en este 2007 que ya se anuncia plagado de temáticas para abordar con cámara, inteligencia, sensibilidad y oficio a mano.

3 comentarios:

Stirner dijo...

Hola
no nos conocemos pero espero deje de ser asi

sere breve, tambien tengo un blog en blogger y me gustaria hacer un intercambio de banners para linkearnos e incrementar visitas, o bien por medio de un blogrol

abajo podras ver mi direccion de blog, espero y me puedas visitar y me digas si estas deacuerdo
la razon por la que te estoy haciendo esta invitacion es por que tu blog me parecio interesante en el rato que lo estuve leyendo asi como el contenido general, y me gustaria aparecer en él.. como yo haria lo propio con tu blog

pues bueno sin mas por el momento espero tu respuesta
de ser afirmativa te lo agradesco de antemano y espero y me regreses tu direccion para agregarte

--
Hasta pronto !
Te invito a ver mi Web

http://elblogdecarlosrueda.blogspot.com/

An dijo...

Parece una cartelera interesante, lastima que sea tan lejos :(

Mar dijo...

Habría alguna manera de poder verlos en la red?? , como dice an , pena que esté tan lejos :P

besos ;)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...