Hidalgo. En 2006 se impulsa la candidatura al senado de José Guadarrama a través del Partido de la Revolución Democrática. Años antes se aprueba impulsar su candidatura a la gubernatura de Hidalgo. Expriísta, involucrado en el PEMEXGATE. Es acusado de delincuencia electoral. Presunto asesino de al menos 10 perredistas. Cacique y represor. Son términos usados –en su momento- por los propios perredistas. Director de Gobernación en la gubernatura de Guillermo Rosell de la Lama bajo las órdenes de José Antonio Zorrilla Pérez, actualmente preso por el asesinato del periodista Manuel Buendía. En 1983, el Frente Campesino Zapatista y organizaciones campesinas de Pisaflores, Huichapan y Jacala lo acusaron de "proteger caciques y saquear el presupuesto". La Coordinadora Regional Otomí Ñahañú le acusó de un fraude de 300 millones de pesos, mientras que ejidatarios de Bomintzha denunciaron que el funcionario respaldaba a bandas de talamontes. Dos años después estas mismas organizaciones acusaron a Guadarrama de proteger la siembra de marihuana y amapola en comunidades de Tlahuiltepa, Xaltocan, La Misión, Pisaflores y Chapulhuacán. La respuesta a estas denuncias fueron las incursiones militares en comunidades de Quetzalapa y Jacala; secuestros y torturas a cargo de agentes judiciales y granaderos, homicidios cometidos por gatilleros ligados al profesor Guadarrama.
“En Ixmiquilpan, mandó construir la casa del vocal ejecutivo: una enorme residencia con alberca techada, palapa y 8,000 metros cuadrados de jardín. Designó jueces y agentes del Ministerio Público en los municipios de su área de influencia. Organizó escandalosas francachelas con los recursos del Patrimonio. Dominó a las escuelas rurales, principalmente El Mexe, con cuyas 70 hectáreas de riego hizo fabulosos negocios. Rentó o vendió la maquinaria de la paraestatal. Generó conflictos agrarios para luego resolverlos. Se vio inmiscuido, inclusive, en un homicidio imprudencial; cuando chocó estaba totalmente ebrio —en Mixquiahuala, en 1982— y resultó muerto el profesor rural Eduardo Bautista. La averiguación previa, relativa a ese hecho, simplemente se perdió”.
En 1991 siendo diputado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emite la recomendación 75/91 dirigida al gobierno de Hidalgo, para que se castigue a los homicidas de Gilberto y Armando Camacho López, así como del activista Ramiro Márquez Salas. Las muertes, señala el documento, "las organizaron y ordenaron un grupo de caciques y gatilleros encabezados por el señor José Guadarrama Márquez, persona que se ha mantenido en el poder municipal (de Jacala) durante más de 17 años, durante los cuales ha utilizado la violencia y el terror contra los habitantes de la región". No son los únicos asesinatos vinculados con el diputado. En mayo de ese año el PRD hidalguense denunció que "una banda de 12 paramilitares con conocidos nexos con José Guadarrama asesinaron a Canuto Santos (un activista de Jacala). En el sepelio, al día siguiente, la misma banda asesinó a Clemente Garay y Elfego Santos".
Guadarrama Márquez nunca fue investigado, como demandó la CNDH, e incluso durante su paso por San Lázaro fue continuamente acusado de fomentar la represión a grupos como el Movimiento Sierra de Jacala Unida y la Coordinadora del Movimiento Serrano. También fue vinculado al asesinato, en 1992, del perredista Agripino Morán Federico.
En Hidalgo, el sol azteca está virtualmente en manos del profesor Guadarrama: 60 de los 84 comités municipales están encabezados por militantes del Frente Democrático Hidalguense, la organización fundada por Guadarrama a su salida del PRI. En la discusión para aprobar su candidatura fallida a la gubernatura se realizaron estos argumentos: "Las acusaciones no están probadas", dijo Carlos Sotelo, secretario de Ciudades y Gobiernos Municipales durante la discusión del CEN; "Hay que sacrificar principios, compañero", soltó el secretario de Acción Electoral del Partido de la Revolución Democrática (PRD). "Necesitamos más que el cuarto lugar en la votación".
En una imagen publicada por el diario La Jornada puede verse a Andrés Manuel López Obrador saludando, sonriente, a José Guadarrama frente a un acto multitudinario. A un lado del propio Andrés Manuel se encuentra el “cantante Francisco Javier Berganza, ex diputado federal del PAN, ex candidato a la gubernatura de Hidalgo por la alianza PAN-PVEM, ex integrante del equipo de campaña de Francisco Labastida y hoy, luego de verse envuelto en problemas con la justicia, dirigente de Convergencia en el mismo estado”. El hoy senador de la república, impulsó las movilizaciones desde Hidalgo para apoyar a Andrés Manuel López Obrador en la lucha contra el fraude.
Sobre Tulancingo, municipio gobernado por el Partido de la Revolución Democrática, el subcomandante Marcos narra y denuncia: “En Tulancingo es el único lugar de lo que hemos recorrido en lo que llevamos ahora en la república mexicana —en los diez estados que llevamos—, el único lugar donde nuestro acto público fue vigilado con policías y perros de caza y con hombres armados, con el arma lista para disparar (…). Ningún otro partido en el gobierno ha hecho lo que hizo el PRD en Tulancingo (…).También escuchamos ahí la palabra de ancianas que se quejaban de que las tratan mal por parte del gobierno municipal del PRD, que van y vienen pidiendo un espacio para poder recibir la ayuda, y que no les hacen caso porque les dicen que ya están viejas, que ya no sirven. Son señoras mayores de 60 años, que batallan mucho para poder ir a la ciudad a conseguir la medicina que necesitan por su edad y el presidente municipal no sólo no les hace caso, sino que las desprecia. Nos contaron que cada vez que bajan los indígenas de la montaña para poner la plaza, para vender sus productos, son pateados sus productos, los patean también a ellos, los policías se roban las cosas que llevan con mucho trabajo y los dejan tirados en la calle. Cuando se les pregunta porqué hacen así: “son órdenes del presidente municipal”.
2 comentarios:
Estos posteos no decaen sino que acrecientan el nivel de lo que comentas. Saludos!
Muchas gracias. Saludos de retache.
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