México, D.F., a 22 de marzo de 2016.
¿Dónde estás Tío?
Son ya 3 años que no te encontramos, eres un número más de las casi 30 mil personas ausentes o desaparecid@s.
Después de la desaparición forzada de los 43 alumnos de Ayotzinapa, la presión nacional e internacional ha forzado al Estado mexicano a crear leyes o estructuras jurídicas, para dar una salida política a la situación, pero en la práctica no se ha notado ninguna mejora o solución para resolver las ausencias o desapariciones.
Tu ausencia es toda una lección para tod@s nosotr@s. Nos has enseñado que cualquiera de nosotros o nosotras en este país puede ser desaparecido sin ninguna consecuencia ni responsabilidad para las autoridades.
Tus familiares y compañeros vivimos con la incertidumbre de desconocer cómo te encuentras, en donde y las condiciones en las que estás.
Algunos compañeros y compañeras reproducen involuntariamente o tendenciosamente las justificaciones del sistema; “tuvo miedo y se escondió”, “ lo compraron y por eso se fue”, “quiso salirse de todo el movimiento y por eso se escondió”, etc… haciéndote culpable de tu propia desaparición. Yo no creo nada de esto, siempre te recuerdo apoyando muchas luchas, ATENCO, la liberación de nuestros presos, tu apoyo a la APPO pero sobre todo, tu apoyo desinteresado a todas las luchas de abajo y a la izquierda.
Las y los compas que han seguido el camino legal del sistema, se han enfrentado a todas las trabas. Ineficiencia, indiferencia, vicios y corruptelas “de la impartición de justicia” en nuestro sangrante país.
Pero en este sendero que ha sido tu búsqueda hemos encontrado, muchas personas y grupos que tienen el mismo dolor, la misma incertidumbre de encontrar a su hijo o hija, padre, madre, esposo, esposa, compañero o conocido y con ell@s compartimos nuestra indignación ante el nulo o escaso interés de las autoridades en encontrarlos.
Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos, existen personas que no claudican y seguimos exigiendo tú presentación con vida y la de tod@s las personas desaparecidas porque hasta que no aparezcas o no presenten a tod@s nuestr@s ausentes, tenemos el deber de encontrarl@s.
Te extraño Tío, extraño tu trabajo, tu compañía, tu apoyo, “el que hacías” como dicen los compañeros zapatistas, sin buscar los reflectores, el templete o el reconocimiento, en esta Sexta Valle de México donde tenemos tantos “Generales” y somos tan pocos los soldados, siempre harán falta compañeros como tú. Por eso seguimos esperando que aparezcas y poderte abrazarte y decirte
¿Pos dónde andabas tío?
Fraternalmente, compañero Eusebio García.
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