8 de octubre de 2006

LOS SEIS PUNTOS :: nahui.


4.- Del lugar especial de las diferencias en la Otra Campaña: indígenas, mujeres, otros amores, jóven@s, niñ@s y otr@s.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

"La sociedad, por naturaleza, está conformada por un mosaico de creencias, ideologías, estilos de vida, preferencias sexuales, étnias e identidades diferentes. Sin embargo, en un sistema desigual donde una clase domina a otra, las diferencias se vuelven factor de opresión. Esta es dirigida hacia ciertos sectores de la población, llamados minorías por la marginación política a la que son sometidos: homosexuales, lesbianas, niños, ancianos, mujeres, indígenas, etc., etc.
Consideramos que la problemática de marginación y opresión hacia estos sectores tendría que aglutinarse alrededor de 3 ejes generales: justicia, equidad y respeto a sus derechos, incorporados en la Otra Campaña. Consideramos que estos ejes atienden esta problemática de forma incluyente y justa sin generar privilegios hacia ningún grupo por “ser especial”.
Para combatir la marginación social, política y económica a la que son sujetos las minorías, proponemos que éstos mismos abran espacios donde se reconozcan y compartan sus necesidades como sector, sin que esto se entienda como una sectarización y luchas fragmentadas –donde cada quien pelee por su lado-, sino con el fin de juntarse para luchar dentro de los espacios, organizaciones y estructuras por su derecho a ser escuchados y a participar en las diferentes tareas y funciones, como mítines, asambleas, cargos, etc.
Por otro lado, el Espacio de Coordinación Zapatista plantea el respeto a las posiciones minoritarias como un principio fundamental para la discusión y la construcción del movimiento. El zapatismo siempre ha enfatizado el respeto a las diferentes formas de hacer y de pensar, sin embargo, dichos principios tienen que verse plasmados en el actuar de cada organización adherente a la Otra Campaña, para que no sea letra muerta. Creemos que la descalificación, la marginación al que es crítico, al que piensa distinto excluye a muchos esfuerzos, además, fragmenta y detiene el avance de un movimiento realmente democrático y muy otro como se quiere hacer aquí.
Dentro de la minorías, consideramos que hay un sector importante: el de las mujeres, el cual es un problema político, ideológico y cultural donde es necesario un proceso educativo para la reconformación de las relaciones sociales, ya que, aunque bien es cierto, que el primer paso lo da la mujer a través de la toma de conciencia de su liberación, la opresión al ubicarse en la interacción opresor-oprimido, la lucha incluye a ambos géneros.
Como Espacio de Coordinación Zapatista impulsamos la reivindicación de la participación política y moral de las mujeres en todos los espacios y planteamos la necesidad de crear mecanismos para la protección de los derechos de las mujeres."

Anónimo dijo...

"Bueno, pues ya se presentaron algunas de las propuestas. Proponemos que quede abierto el punto. Quería decir algunas cosas sobre lo que dijeron de que el EZLN es un ejemplo. Si en algo es un mal ejemplo el EZLN es en el respeto a las mujeres. Hemos tomados notas de las intervenciones y hay mucha insistencia en la violencia contra las mujeres y el señalamiento a las organizaciones que somos de izquierda. No sólo son diferentes sino perseguidas por ser diferentes. Se ha insistido en el llamado a la izquierda de que no está tomando en cuenta a los diferentes. Por eso la insistencia en que apareciera en los principios. Nos estamos planteando una lucha anticapitalista. Un llamado de atención como organizaciones de izquierda. Por algo nos están diciendo todo esto. Hay una propuesta de que siga abierta la discusión a todos los adherentes, ¿están de acuerdo con eso?
(Un niño quiere hablar)
Buenas noches. Yo quisiera comentar que quisiera decir que yo nací también en ‘94 y he estado con los zapatistas desde que nací. Y me ha parecido muy bueno que se haya hecho el movimiento de los zapatistas. Es todo.
Bueno, compañeros. ¿Hay alguien que no esté de acuerdo? Siguiente punto, compañeros."

Subcomandante Insurgente Marcos, plenaria del 17 de septiembre en Caracol La Garrucha, Chis.

Anónimo dijo...

Del lugar de las diferencias al interior de la otra campaña.

Planteamiento del problema:
Si bien en La Otra Campaña nos encontramos compañeros en lucha contra el capitalismo, es cierto que venimos de experiencias muy diversas y que somos distintos entre nosotros; sin duda un gran reto que tenemos por delante es el organizarnos y avanzar juntos siendo tan distintos, respetándonos como somos y sin que un sector se imponga autoritariamente sobre otro. En este sentido, en La Otra Campaña debemos ser muy cuidadosos en no ignorar ni minimizar a los sectores excluidos o marcados como “diferentes” según los parámetros impuestos por la ideología dominante. Sabemos que muchos reproducimos involuntariamente algunas formas de discriminación y es necesario atacar el problema de manera permanente. Igualmente es muy importante que los grupos minoritarios no vean a las mayorías como sus enemigas naturales, sino que se promueva el diálogo y la discusión, así pues, si bien el sindicalista, el comunero, el estudiante o el colono han desarrollado formas particulares de luchar desde sus espacios, debemos atrevernos a conocerlas y a respetarlas, y sin pedirle a nadie que tire por la ventana sus tradiciones y experiencias, encontrar la manera en que todos estemos representados en el espacio que nos es común.
Para nosotros el lugar de las diferencias en La Otra Campaña debe estar considerado en cada aspecto de la misma, así que no es posible referirse a ellas solo en el punto cuatro, ya que las preocupaciones de donde se origina la inclusión de este punto en la discusión atraviesan los otros puntos que definen La Otra Campaña.
Entre las preocupaciones que encontramos queremos mencionar dos:
1ª. La perdida de la identidad de los grupos que conforman La Otra Campaña a través de medidas que homogeneicen a los adherentes y pierdan de vista las diferencias que existen entre los sectores, grupos, colectivos e individuos que integran la otra campaña (diferencias en cuanto a las formas de tomar decisiones, expresiones culturales, formas de trabajo etc.).
2ª. La preocupación de que todas esas formas y diferencias puedan participar en igualdad de condiciones a pesar de las diferencias de número, de género y de sector.
Después de identificar estas preocupaciones comenzamos a preguntarnos ¿Cual era el origen de las mismas?, a través de escuchar los argumentos que expresan las participaciones de los adherentes, consideramos que estas se originan de muchas actitudes discriminatorias que subsisten en nuestra cultura, de cómo muchos veces, las luchas de izquierda han dejado de lado la lucha por la equidad de género, la protección del medio ambiente, los derechos humanos etc. y como algunas de las organizaciones de izquierda no plantean espacios o mecanismos para asegurar la participación de todos los sectores que históricamente han sido mas excluidos.
Consideramos que estas relaciones de desigualdad, dominación y discriminación establecidas en muchos de los ámbitos de la sociedad, de la vida cotidiana y en algunas de las actitudes de las personas de izquierda están presentes desde tiempos históricos y se han desarrollado en diferentes sistemas económicos como el esclavismo o el feudalismo que anteceden al sistema capitalista.
En el capitalismo estas formas se exacerban haciéndolas más evidentes y mas palpables ya que el modo de acumulación capitalismo se basa en la desigualdad para apoderarse del excedente económico que producen los trabajadores y sobre todo para hacer mas fácil y posible la explotación.
Hoy, si la otra campaña pretende luchar contra el capitalismo y crear una nueva forma de hacer política es necesario construir nuevas relaciones sociales basadas en el respeto y en el reconocimiento de los otros retomando como uno de sus principios el respeto a las diferencias y unir las diferentes luchas, expresiones e identidades en una sola.

PROPUESTA:
Es importante garantizar en La Otra Campaña el respeto a las diferencias entre nosotros, proponemos las siguientes formas de cuidar el lugar de las mismas, distribuidas en los puntos 1,2 y 3 de los presentes resolutivos.
1.-“se define anticapitalista; lo cual implica, luchar contra un régimen que basándose en la explotación y el despojo, genera pobreza, exclusión, destruye el Medio Ambiente, promueve relaciones hostiles y discriminatorias, además de sobreponer sus intereses de manera violenta contra todo y contra todos”. (Punto 1, propuesta del COLMENA)
2.-Si en ella no están convocados “los que NO estén por cambiar las relaciones sociales que promueve e impone el capitalismo, por lo cual están excluidos aquellas personas, grupos, organizaciones, etc. que promuevan, y/o fomenten la discriminación contra cualquier persona o grupo por razones de genero, etnia, raza, edad, preferencia afectiva y/o sexual, por como se ven y/o actúan, o cualquier otro tipo de exclusión.” (Punto 2, propuesta del COLMENA)
Sí sea cual sea su forma de estructura organizativa incorpora los mecanismos que aseguren la participación de todos y tome en cuenta las diferentes luchas que la componen.
3.-“La elaboración de demandas y enfoque sectoriales para la elaboración y o modificación del Programa Nacional de Lucha deberán ser precedidas por un trabajo de discusión y análisis de quienes enarbolan un aspecto, quienes pueden tener una identidad propia como por ejemplo de sector; este trabajo empieza desde empezar a definirse a partir de dicha identidad habiendo ubicado una problemática común entre grupos de personas. Entendemos que los maestros, indígenas, obreros, estudiantes, campesinos, homosexuales, migrantes, ancianos, jóvenes, colonos, mujeres, etc. se pueden definir a sí mismos como sector u otro término, y tendrán interés en discutir con otras personas del mismo sus problemáticas para poder definir posiciones políticas al respecto”
Así mismo, se plantea que muchas de las tareas y actividades no serán centralizadas ni únicas, y que cada quien, desde sus espacios y sus formas promueva creativamente las que pueda y quiera. (Punto 3, propuesta del COLMENA)
4.-En las Tareas de La Otra Campaña es necesario ampliar los espacios de discusión hasta ahora sólo reivindicados por los sectores o los grupos más vulnerables a través de la lucha por demandas especificas o concretas para socializar con los demás sectores de La Otra Campaña, la discusión; así como permanentemente encontrar las formas de luchar contra la discriminación y avanzar en la construcción de una nueva sociedad. (Punto seis, propuesta del COLMENA)

Anónimo dijo...

Sobre este punto...

Indígenas, mujeres, otros amores, jóvenes, niños, niñas, y otros.

En este punto se manifestó que debe haber un total respeto a las diferencias y que en nuestra práctica cotidiana hay que hacer un esfuerzo por cambiar la forma de cómo miramos al otro, ya que todavía no hemos superado ciertos tabúes machistas que discriminan y entorpecen nuestro caminar con ellos y ellas.

Que no haya diferencias, en cuanto al trato humano, que prevalezca el respeto incluyendo las formas de organización y de cómo se autonombre cada colectivo, individuó u organización.

Para eso se propone generar talleres, platicas que impulsen el respeto a la diversidad y que sean de manera constante ya que en esta campaña tenemos que erradicar todas las formas de discriminación a las diferencias.

Anónimo dijo...

4. Nos falta escuchar mejor a l@s las comunidades y personas Indígenas y trabajador@s sexuales creo yo.

Anónimo dijo...

El trabajo sexual ha sido siempre discriminado; y en el caso de la izquierda al considerársele “lumpen proletariado”, se le mira con desconfianza, se le trata como a un hecho “folklórico” y se termina relegando a un lugar sin importancia.

La homofobia hacia los trabajadores sexuales, también aflora en las asambleas de las unidades organizativas de lucha; así como la misoginia hacia las compañeras que construyen el esfuerzo de la “Sectorial autónoma con enlace de trabajo sexual”.

Nos parece que no debemos tenerle miedo a las contradicciones que hay o que haya en el futuro en la otra campaña. Los caminos para afrontarlas van desde la confrontación, la imposición unilateral de un confrontante hacia otro y viceversa; y finalmente, la llegada a acuerdos mínimos. Trabajar sobre lo que nos es común a varias iniciativas, puede ser un buen inicio sobre todo si insistimos en lo que nos une y en aquello que nos separa, respetamos los planteamientos ajenos.

Intentar suprimir las diferencias “por decreto” en la práctica sólo genera más confrontación o facilita el camino para que los más fuertes y numerosos se impongan a los débiles.



“Contra el SIDA, el silencio y la discriminación:
Organización, movilización
Y resistencia ciudadana.”

Anónimo dijo...

Hay que reconocer que una parte importante de la izquierda ha menospreciado algunas luchas pensando que hay unas más importantes y prioritarias que otras, valorando más las luchas que se articulan en torno a la cuestión de clase. Sólo a partir de los años 60’s y 70’s empiezan a mostrarse luchas con lógicas y resistencias que se dan no sólo en el plano económico, como los ecologistas, la disidencia sexo-genérica, las feministas, etc. Esas luchas comienzan a demostrar su radicalidad al tocar puntos álgidos del sistema de dominación que no pueden ser considerados como propiamente derivados de la condición de clase.
La Otra no debe cometer el error de jerarquizar las luchas que la conforman. Tenemos que reconocer que las formas de lucha contra el sistema capitalista son diversas, y que ninguna se resuelve por entero ni por sí misma dentro del sistema capitalista. Se debe reconocer que no hay luchas anticapitalistas más radicales que otras.
Debemos remontar el hecho de que a muchas de las opiniones de los compañeros de sectores “no tradicionales” -como la disidencia sexogenérica, el sector de mujeres o las trabajadoras sexuales- no se les ha dado el mismo peso que a otras opiniones para decidir las acciones generales que emprende La Otra.
Además, debemos reconocer que hay muchos estereotipos en La Otra acerca de la lucha de los demás, así que hay que acercarnos para conocernos más allá de los estereotipos que tenemos entre nosotros, por ejemplo, lo que se piensa de la lucha feminista (anti hombres) o la lucha por los derechos indígenas (que quieren volver al Anáhuac). También pensamos que deben dejar de usarse los apelativos que desde fuera se le ponen a los compañeros –como gay u otros amores- y usar los nombres con los que los propios compañeros se autodenominan.
Por todo esto, creemos que es un trabajo diario de tod@s l@s que nos hemos sumado a la Sexta hacer ver el machismo, la homofobia, el autoritarismo con l@s niñ@s, la incomprensión y el desprecio a l@s ancian@s y el racismo en que caemos sin darnos cuenta, y entenderlos como problemas graves que son condición y efecto de la reproducción del sistema capitalista que queremos destruir. Además, militante consecuente de la Otra Campaña no puede ser diferente “dentro” de su casa que “fuera” de ella (en el espacio público); así que vemos que mucho de estas relaciones irrespetuosas, violentas y de desprecio que tenemos que transformar tienen un aspecto personal y familiar que tenemos que trabajar también; aunque tengamos miedo de ventilar nuestros asuntos íntimos, éstos no deben tratarse como “problema de cada quién”. Se trata de ser de izquierda tanto en la organización como en casa.
Para cambiar estas relaciones y respetarnos verdaderamente tenemos que aprender a entendernos de acuerdo a nuestra especificidad y convivir con otros que no son igualitos a nosotros, que no se comunican igual, que viven cosas diferentes; establecer formas en que se puedan dar verdaderos diálogos entre nosotr@s para que la palabra de tod@s valga igual en La Otra Campaña. Tenemos que buscar y aprender a interactuar con los que son diferentes a nosotros y que casi no conocemos, pero de los que tenemos mucho que aprender para seguir en la lucha anticapitalista.
Pensamos que el poco avance que ha tenido La Otra en varios planos se debe a que no es fácil convivir y construir entre diferentes (“batallar con los otros”), y pensamos que las diferencias que más han pesado son las político-ideológicas, y no las diferencias o diversidades de género, etnia, edad o preferencia sexual. Por eso se ha propuesto que las unidades organizativas de trabajo se conformen en primera instancia por afinidad, casi siempre estableciendo cierta homogeneidad ideológica que facilite el trabajo conjunto.
Más allá de todo esto, pensamos que no debemos aceptar el proceso por el cual el sistema clasifica a unos como normales y a otros como diferentes, todos somos diferentes entre nosotros. Mujeres, indígenas, jóvenes, niños, ancianos, disidencia sexogenérica, etc. han sido considerados por el sistema como disfuncionales, criminales o inmaduros que requieren de tutela. Pero también hay que tomar en cuenta que otras “diferencias” sí son aceptadas por el sistema capitalista o pueden ser asimiladas y refuncionalizadas por dicho sistema.
Más que darle un lugar a las diferencias, debemos ver que La Otra Campaña es diversa, y que lo que tenemos que hacer es comprometernos a respetar esa diversidad, sobre todo frente a los sectores de la sociedad que han sido siempre negados, reprimidos y despreciados.
Finalmente, reconocemos a los indígenas como síntesis de todos los desprecios del sistema, y por eso pensamos que deben ser la columna vertebral de La Otra Campaña.

Anónimo dijo...

Nos parece inadecuado que se hable de diferencias al hacer referencia a personas cuya condición y naturaleza es humana desde el momento mismo de su nacimiento. Por consecuencia, gozan de los mismos derechos y reconocimiento que cualquier persona, sea niño, niña, joven, anciano, indígena, mujer, con capacidades diferentes. Además, proponemos no hablar de otros amores ya que el amor es universal e imparcial. ¿Cuál sería la categoría de normalidad para el amor? Cabe aclarar que entendemos que todo esto se planteó con buena intención y con amor, pero creemos que no debemos problematizar ni estigmatizar la diversidad. Por eso no nos gusta hacer la distinción de homosexuales, lesbianas y transexuales como si no fueran hombres y mujeres. Entendemos que ha habido buena intención al plantearlo así, pero consideramos que sólo a cada uno y cada una de ellas corresponde decidir si está de acuerdo con esa distinción. Proponemos buscar una forma más incluyente de relacionarnos, empezando por el lenguaje. Que no nos segregue sino que nos acerque y nos permita vivir la igualdad desde la diversidad.
Proponemos ser capaces de ver la diversidad y de respetarla, pero que no se nos clasifique en función de ella. Si nosotras, por ejemplo, nos agrupamos como sector y decimos que somos Mujeres y la Sexta es porque así lo decidimos y porque nosotras mismas nos llamamos así. Nadie nos puso el nombre. Por eso proponemos que cada quién decida cómo se llama y si se va a categorizar o no. Que las niñas y los niños decidan cómo van a luchar y desde qué espacio. Sentimos que el sector de chavitas y chavitos no ha sido respetado por muchas personas en la Otra Campaña y que se ningunea a los más jóvenes, igual que a los más ancianos. Esto podríamos evitarlo si aprendemos a convivir en la diversidad sin hablar de diferencias, porque tan diferente es una mujer de un hombre como un hombre de una mujer. Hablar de diferentes implica que existe un punto de referencia que es “normal” o es “correcto”. ¿Y eso quién lo determina? Porque en esto de las diferencias estamos casi todas y todos los de la Otra. Cuando se habla de diferentes en el punto cuatro de la consulta, sólo quedan fuera los hombres adultos blancos heterosexuales.
Sabemos que todos los que no cumplen con estas características son discriminados. Muchas veces, por los propios discriminados. Hay negros y hay indígenas racistas, hay mujeres misóginas. Es decir, hay discriminació n por todos lados. Pero debemos acabar con esa discriminació n entre nosotr@s respetando a cada grupo de trabajo y su forma de agruparse para luchar por demandas que le son comunes.

Anónimo dijo...

“Otro mundo es posible” “Un mundo donde quepan todos los mundos.”
a) Respeto y tolerancia en el tratamiento de las diferencias y los diferentes, que tienen mucho en común con nosotros.
b) La diversidad social nos compromete a impulsar un proyecto incluyente.
c) La sociedad mexicana es heterogénea por lo tanto, hay alternativas distintas para un mismo problema, se pueden seguir diferentes caminos a veces antagónicos pero se deben poner en primer lugar los intereses de los de abajo.
d) Hay diferencias que obstruyen y hay otras que enriquecen. Debemos reconocer y saber distinguirlas y tratarlas.
e) Se debe dar la lucha ideológica y política con los cercanos en un plano de igualdad. con respeto y tolerancia.
La lucha ideológica y política será de confrontación con los proyectos de la derecha,
y de los autodenominados de izquierda o de pseudo-izquiercla, que dejan de lado la
participación de los de abajo para privilegiar los espacios de la “sociedad política” o sea
la de ellos mismos.
g) Se debe practicar la crítica y la autocrítica entre nosotros para enriquecer las discusiones, tomar acuerdos y ponerlos en práctica.
h) Estamos con todos los diferentes que luchan por su autonomía, que resisten y que construyen alternativas para la democracia, justicia y libertad.
i) Las diferencias ocupan un lugar importante en este proyecto y sirven para encontrar puntos de acuerdo, de lucha y organización.

Anónimo dijo...

Asumimos, reconocer el lugar de la lucha de cada quien, de cada persona, grupo, familia, colectivo, organización o pueblo, según sus diversas modalidades, implica respetar todas esas luchas, entre ellas especialmente, las de los mal llamados “diferentes” que son segregados por su identidad cultural y origen, por pertenencia de género, por su preferencia sexual, por su edad, por su condición física, y por tantas otros modos de ser, sentir, pensar y vivir que hacen exista la diversidad humana.

Los diversos y no “los diferentes” están luchando porque no sea borrada su identidad y así están enfrentando al capitalismo de varias maneras, desde distintas trincheras y por tanto, su lucha es parte de una lucha común en donde cada una tiene un lugar, y a la vez, un fin común que en este contexto, significa la defensa del derecho a la existencia y enriquecimiento de la diversidad humana y cultural.

Estas luchas apoyadas y articuladas entre sí y por todos los que estamos luchando a favor de la vida y de relacionarnos como seres humanos, nos conducen a respetar la autonomía, las modalidades de la existencia humana y la trinchera de cada lucha, y desde ahí buscar articular una lucha que nos abrace a todos, siendo un todo organizado.

En este contexto, consideramos que las mal llamadas “diferencias” no sólo atañen a discriminaciones raciales, de genero, preferencia sexual, sino a múltiples formas de discriminación, que se sustentan en un modelo cultural que impone el sistema capitalista, el sistema cuya esencia es la muerte, no la vida, con el cual busca y logra ajustar la vida de todos, anulando, desechando, despojando, negando, o en su caso, mercantilizando todas sus expresiones culturales, políticas, sociales y económicas, en aras de que exista y predomine un sólo interés, un pensamiento único abocado al interés supremo del sistema capitalista: la ganancia.

La inclusión implica caber sin ser subordinados, implica autonomía, independencia, intereses diversos y específicos. Aún así, hay que conciliar un interés común, que a la vez, reconozca la diversidad dirigida hacia un mismo fin, a un mismo rumbo, que no implique subordinación, renuncia, negación, marginación; esto significa articular las luchas respetando la autonomía, y a la vez siendo un todo organizado.

Anónimo dijo...

¿Debe considerarse un lugar específico para las “diferencias”? SI
La historia de la izquierda del siglo pasado nos demuestra los errores que cometimos las mujeres al aceptar borrar nuestras singularidades en aras de la lucha de clases; se decía que a la toma del poder se solucionarían automáticamente nuestros problemas “personales” considerados menores. La terca realidad revelo que la falta de atención a los llamados problemas personales, acabaron con muchas organizaciones, acentuaron la opresión de las mujeres, dieron lugar a la reproducción del machismo burgués dentro de nuestras filas. Hablo desde mi experiencia y la de muchas compañeras, es importante poner sobre el tapete las diferencias de indígenas, mujeres, amores, niños..., sólo así podremos educarnos.-educar al diferente para el enriquecimiento del nosotros.
¿Por qué?
En el siglo pasado se daba por senado que ser de izquierda significaba estar fuera de la moral burguesa, nada más falso, decía el Che que todos los días debíamos de luchar en contra del cochino burgués que traíamos dentro, pero no había espacio para hablar de mal tratos, abusos, machismo, ejercicios del poder desiguales y autoritarios. Porque se suponía habíamos arribado al paraíso de la militancia pura. Con tantas experiencias de dolor acumulado en el silencio, debemos comenzar por poner las diferencias sobre la mesa. Propongo colectivos de mujeres, homosexuales, lesbianas, jóvenes, niños, indígenas etc., que compartan sus saberes y experiencias en colectivo, que la socialicen para construir un tejido común, sin perder lo particular de cada sector, genero, edad etc. ¿Dónde estamos los que somos diferentes dentro de la otra?
Por lo que he vivido con el EZLN y con La Otra, me parece, que los vicios de la primera etapa civilista, marcaba diferencias abismales entre intelectuales, artistas reconocidos y simples mortales, a partir de la Sexta el cambio de la composición social ha permitido diluir, aunque aún falta mucho, las distancias. La “raza” que acompañó al Delegado Zero, en su llamado a los de abajo y a la izquierda permitió una democratización interesante. Desaparecieron los intelectuales de calibre, las artistas famosas que querían retratarse con el sub, para dar paso a una masa más homogénea, con sus diferencias, también evidentes.
¿Cómo tomamos en cuenta a los diferentes dentro de la otra campaña?
La Sexta dio voz a los sin voz, en las largas sesiones aprendimos a escuchar al otro, es cansado, pero educativo, al permitir que los diferentes tomen la palabra. Subsiste una elite zapatista que debe ser educada-educándose-educándonos que, ojalá tienda a desaparecer en los demás. La presencia del sub Marcos, me parece, ha cambiado, de ser el hombre sexi, a dirigente comprometido y trabajador, capaz de escuchar horas y horas a los de abajo y a la izquierda. Nos vamos educando para tolerar las diferencias.

Anónimo dijo...

En la Otra Campaña el lugar que ocupan todas estas diferencias (y las que faltan) es el que a sí mismas se construyen. De parte del resto de los adherentes merecen respeto y solidaridad, igual que tod@s, es decir, luchar contra todo tipo de discriminación (la preferencia sexual, la ideología, el color de la piel, el lenguaje, la edad, el modo de vestir, el grado de estudios, en nivel económico, la ocupación) que nadie sea tratad@ como “rar@”, ni como inferior ni superior. La diferencia enriquece, aporta lo que otr@s no ven, pues cada quién analiza la realidad desde su situación concreta. Su lugar está junto a tod@s l@s adherentes, con su propio espacio de organización, pero unid@s tod@s en una amplia gama multicolor cuando como Otra Campaña nos juntamos, nos movilizamos, resistimos y decimos: aquí tod@s somos de abajo y de izquierda. Y hay muchos colores también en lo ideológico. Tod@s de abajo y de izquierda, como denominador común, pero con una gran variedad de formas de pensar: libertari@s, feministas, anarquistas, anarco punk, darket@s, vegan@s, cristian@s comprometid@s con las luchas populares, ambientalistas, altermundistas, zapatistas, marxista-leninistas, maoístas, guevaristas, distintas variantes trotskistas y etcétera anticapitalista y antineoliberal.

Anónimo dijo...

Por otro lado, he leído en varios textos a compañeros y compañeras que opinan que en la Otra Campaña se ha juntado lo mejor de la lucha anticapitalista. Yo me abstengo de calificarnos a nosotr@s mism@s como lo mejor porque, empezando por mí misma, estoy consciente de que tenemos muchos defectos y nos falta bastante trabajo para conocernos y entendernos. Además, yo defiendo y ejerzo mi derecho a equivocarme. Sé que a muchas personas les parecerá que esto no es trascendente, pero para mí sí lo es. Una, porque si ser de lo mejor se vuelve un requisito para estar en la Otra yo quedo fuera en automático, y otra porque los trazos que definen nuestros objetivos tienen un color y un grosor distintos cuando se dibujan con una crayola que sabe que no tod@s somos personas ejemplares. Y siento que de ahí tendremos que partir cuando definamos las formas de trabajo y de lucha. Si alguien me preguntara qué acercamiento teórico podríamos usar para entender este esfuerzo nacional yo diría que la caótica, esa nueva visión que se está aplicando en las ciencias naturales y que ha detectado leyes en el caos y en su relación con la incertidumbre. Creo que así somos en la Otra. Pero todavía nadie aplica esos estudios a las ciencias sociales y por eso tendemos a desesperarnos. Propongo que no lo hagamos. Y propongo, también, no perder energía descalificándonos entre nosotr@s por lo que no es importante y sí darnos cuenta de la magnitud y la crueldad del sistema político-económico al que nos estamos enfrentando. Necesitamos darnos tiempo para hablar, escuchar y prepararnos mejor, cada quien como pueda, aunque procurando que hablen no los de siempre sino los de nunca. Quizá convenga darnos un nombre, quizá no. Lo que sí necesitamos es trazar objetivos a corto, mediano y largo plazo, objetivos que sólo podrán surgir de grupos afines y que cada quien tendrá que comprometerse a alcanzar. La Otra puede ser un espacio sin lugar, pero no debe ser un tiempo sin momentos definidos.
Quiero decir, por último, compañeras y compañeros de la Otra, que para mí es un honor trabajar con ustedes, vivir a contracorriente y diseñar en colectivo el programa de lucha que surgirá de todas las propuestas que recopile esta consulta. Señalé hace un rato que Billy Kwan se desespera cuando ve morir al hijo de una amiga y mencioné que en la película no le fue nada bien. Pienso que él no tuvo la oportunidad que estamos construyendo ahora, desde que el EZLN nos invitó a firma la Sexta. No tenemos por qué vivir dominad@s y lo sabemos. Por eso se han manifestado resistencias y rebeldías en muchas partes durante este tiempo que he llamado año. Creo que a pesar de todo lo que nos ha dolido junt@s este año, debemos reconocer que pudimos mantener con vida nuestra esperanza de lograr una transformación profunda del escenario que llamamos mundo, no en sus primeros planos hermosos y deslumbrantes, sino en esas sombras que proyectamos en su pared. Y por lo que he observado, sigue viva nuestra capacidad de sonreír no a pesar de nuestr@s muert@s sino precisamente por ell@s. Creo que, hasta en eso, somos rebeldes. Después de todo, no buscamos y no había lugar para nosotr@s en el concierto de la democracia. Este año no teníamos permiso para vivir. Y sin embargo, vivimos.

Sebastián Liera dijo...

En tanto red de redes plural, de sujetos (clases, sectores, grupos y actores) sociales que abajo se articulan en contra del capitalismo y, por lo tanto, revolucionarios y de izquierda, la Otra Campaña es espacio de encuentro y reunión de múltiples y variadas “diferencias”: tod@s somos iguales en que somos diferentes. No creemos, pues, que las “diferencias” nuestras deban tener lugar especial, entendiendo a éste, como dijeran algun@s compañer@s, cual si de casitas aparte se tratara; pues se convertiría entonces en una práctica de discriminación o exclusión disfrazada de distinción; algo así como el Otro VIP, porque es el de la Otra Campaña.
Así, coincidimos con quienes opinan que la Otra Campaña debe cuidar que ninguna de nuestras luchas sea promovida sobre las otras y marginarlas a segundo plano, pues todas tienen su importancia específica y todas son igualmente vigentes y cruciales en estas circunstancias inmediatas; al mismo tiempo que remarca el sentido radical y emancipatorio de cada lucha particular, orientándola hacia la confrontación en contra del sistema capitalista.
Citando una vez más a Carlos A. Aguirre Rojas, desde nuestro punto de vista, el límite que distingue a una diferencia fraterna de una clara posición divergente es el que destaca, por ejemplo, a quienes quieren darle un contenido genuina y radicalmente anticapitalista a la lucha de las mujeres por sobre de quienes defienden el feminismo en abstracto; pues creemos que existe una gran diferencia entre ambas posiciones, como la hay entre quienes desean promover la autonomía de los pueblos indios en tanto autogobiernos populares y de reconstrucción de otro orden social en donde la cultura, la identidad y la cosmovisión indígenas pueden dialogar y convivir libremente con otras culturas, identidades y cosmovisiones dentro de un mundo realmente libre en donde caben muchos mundos, sin exclusiones, jerarquías, opresiones, explotaciones o discriminaciones de ningún tipo; y quienes defienden la autonomía indígena en sí misma cayendo a final de cuentas en actitudes racistas por indigenistas.

Anónimo dijo...

Nos parece que el lugar de las diferencias es transversal por lo que proponemos luchar contra la exclusión y la discriminació n por género, raza, preferencia sexual o edad en: a) nuestro lenguaje; b) nuestras reuniones; c) nuestras representaciones y vocerías; d) al interior de nuestras organizaciones (creando mecanismos de participación, consulta, contra la discriminació n, etc.) Deberán crearse mecanismos y reglas para lograr una participación equitativa de mujeres, pueblos indios, jóvenes y otros sectores excluidos dentro de la otra campaña. La lucha antipatriarcal, por los derechos de los pueblos indios, por los derechos de tod@s aquellos en la diversidad sexual o la disidencia sexogenérica y contra la discriminació n por edad y contra la sociedad adultocéntrica (que excluye a jóvenes y niños y relega a ancianos y ancianas) NO DEBEN considerarse luchar secundarias ni sólo de aquellos que son “afectad@s”. Estas luchas son de todos y todas en la otra campaña y deben quedar priorizadas en el programa nacional de lucha. Deben, además crearse mecanismos de consulta equitativos para todos y todas (niñ@s, mujeres, y en el caso de los pueblos indios (por tener una forma orgánica) tener un lugar equitativo y prioritario en los espacios nacionales de decisión. No deben tomarse decisiones sin los pueblos indios organizados en la otra campaña. El lugar de las diferencias es un proceso permanente de transformació n dentro de la otra campaña y de lucha hacia fuera de ella.

Anónimo dijo...

Ninguno de nosotros y nosotras somos iguales, luchemos por y en la equidad de los todos y las todas. Nuestras diferencias no nos hacen más ni menos, ni mejores ni peores, ni mas merecedores de dignidad, respeto, apoyo, comprensión, libertad y decisión, ni menos: EQUIDAD.

Tod@s las que participamos en la otra campaña somos diferentes, tenemos mil colores e ideas distintos, aun dentro de los grupos de afinidad en el trabajo y de las ideas, entonces en ese sentido cada sector, cada diferencia le dicen, debe tener una equidad en su participación dentro de la otra campaña, y un respeto de parte del otro y de la otra, cada cual merece el mismo respeto, el mismo valor, la misma importancia, y la otra campaña en su conjunto debe trabajar incansablemente por entendernos, escucharnos, respetarnos y apoyarnos en equidad, la otra campaña debe basarse en la equidad, impulsarla, enarbolarla, respetarla, y hacer nuestra esa equidad para con todos y todas, debemos esforzarnos por que las diferencias no importen y la forma de que las diferencias no importen es trabajando en respeto, apoyo, colectividad, autonomía, conciencia, y equidad, la otra campaña debemos esforzarnos por lograr esa equidad entre las organizaciones, las ideas, las preferencias, los pueblos, los colectividades, los hombres y las mujeres. Las diferencias que si no se deben aceptarse son los capitalistas, los burgueses, las cúpulas (sindicales, institucionales, religiosas, etc.) las esferas de poder, los partidos (por ser estos un instrumento del sistema y defensores del capitalismo), los traidores, los oportunistas, y los que su actuar va lleno de un protagonismo que se erigen como voceros o dirigentes, etc.

Anónimo dijo...

Por supuesto que deben tener un lugar dentro de la Otra Campaña los pueblos indios, las mujeres, los otros amores, los jóvenes, las y los ancianos, las y los niños, etcétera, no se si llamarlo lugar especial, sino de reconocimiento y respeto de sus diferencias, siempre acompañándonos, nadie arriba o debajo de nadie, sino abiertos a reeducarnos en la diferencia, la igualdad y la equidad, en la tolerancia y el respeto.

Anónimo dijo...

Queremos responder estas tres preguntas con una sola respuesta. Vayamos primero a la cuestión
de las diferencias. Nosotros pensamos que hay al menos tres problemas importantes en este punto. La
cuestión de la identidad que apuntabamos en la introducción a este ensayo, la cuestión de la
discriminación que hacemos de los diferentes y la cuestión del reconocimiento de la diversidad como ser
de la humanidad. Si la Otra Campaña es capaz de reconocerse diversa, como hasta ahora lo ha hecho
(trabajadores de la ciudad y el campo, indígenas, jóvenes, mujeres, ancianos y ancianas, niños y niñas,
homosexuales, lesbianas, transexuales), entonces tendremos mayores posibilidades de hacernos de una
identidad bastante amplia en la que se vean integrados todos los sectores de abajo y a la izquierda. Es
decir, y para darle respuesta a la pregunta dos, nosotros pensamos que a la otra campaña estan
convocados los diferentes que son de abajo y a la izquierda. No queremos a los ricos excentricos, ni a
ningún partido, grupo o secta que tenga interes por hegemonizar su ideología o su poder, sea esta de
izquierda o de derecha, celestial o diabólico. Lo vamos a volver a repetir, si la otra campaña es un
ensayo de otro mundo posible que estamos ya construyendo, entonces en ella no cabe ninguna
relación de obediencia-dominio y por lo tanto, tampoco necesitamos de una estructura jerarquica
que determine que tenemos que hacer para destruir el capitalismo. En este sentido, incluso Marcos
en la Garrucha afirmo, cuando compañeros decian que la Otra debería ser antijerarquica, que el EZLN era
una organización vertical por ser una organización militar y que por tanto debíamos tener claro quienes
estaban convocados a la Otra. Al respecto pensamos que puede haber excepciones (porque en toda
organización hay contradicciones) por lo que pudiera haber organizaciones verticales que integren la Otra
Campaña; pero en lo que no estamos de acuerdo es que la Otra Campaña sea en sí una organización
jerarquica, sinceramente pensamos que definir a la Otra Campaña de esta manera sería tirar a la basura
un gran esfuerzo por acabar con cualquier sistema de explotacion clasista. Si la Otra Campaña es un
esfuerzo de los diferentes que son abajo y a la izquierda por liberarse del yugo capitalista,
entonces la estructura de la otra campaña no debe ser homogénea ni hegemonizante; un poco
como se planteó en las reuniones preparatorias, de un lado las organizaciones, de otro lado los
colectivos, de otro lado los individuos, de otro lado los grupos y las familias. Todos organizados
según su región, según su sector, según su interés, de tal manera que podamos estructurar una
organización múltiple horizontal que gane territorio en todos los sentidos (modo de producción,
normas, estructura social y cultura) y no nadamás en la lucha política contra el Estado: pj. Las
organizaciones campesinas de la región norte, los colectivos de arte de la región centro, las
familias de la región sureste, los pueblos indígenas de la región pacífico, etc.

Anónimo dijo...

La Ké Huelga considera que la lucha por hacer visibles las diferencias
es
fundamental para acabar con el capitalismo que nos hace a tod@s
mercancías. Por ello, tanto la Sexta Declaración como La Otra Campaña
debe
subrayar y poner especial atención a las manifestaciones de la
diferencia.
Pensamos que el problema primero pasa porque l@s adherentes nos
involucremos con la cuestión de la diversidad y desde ahí construir
expresiones colectivas.

Por otra parte, la discusión de si los diferentes son sector o no
dentro
de La Otra Campaña deberá resolverse a partir de la discusión y la
práctica. Hasta ahora es claro que los pueblos indígenas ya son sector
y
eje de La Otra Campaña, falta ver si otras expresiones de la diversidad
logran articular espacios propios: en todo caso, La Otra Campaña debe
dar
cabida a todas las expresiones del anticapitalismo.

Anónimo dijo...

La diversidad es lo que hace fuerte esta propuesta política, cada quien con sus modos y caminos podemos enriquecer la otra campaña, ya que gracias a esta diversidad y a la forma de trabajo de tod@s l@s que la conformamos, formamos parte de un gran rompecabezas en el que cada un@ somos piezas únicas, por lo que definitivamente habrá que privilegiar estas diferencias de cada quien con sus historias por supuesto basad@s en el respeto mutuo.

Anónimo dijo...

_SI CREO QUE HAY UN LUGAR ESPECIFICO PERO ESPECIALMENTE A LA HORA DE QUE TRABAJEMOS EL PLAN DE LUCHA Y LA OTRA CONSTITUCION. A LA HORA DEL TRABAJO EN SI, NO ME PARECE QUE DEBERIAMOS TENER ESPACIOS DIFERENTES PORQUE DE POR SI, LOS COMPAS QUE REIVINDICAN SUS DIFERENCIAS TRABAN EN LA OTRA, Y LA OTRA LOS DEBEMOS RESPETAR ES DECIR ALLI NADIE TENEMOS UN LUGAR ESPECIFICO.

Anónimo dijo...

Este punto creo que es básico, pues estamos en la Otra las y les, y lus y lis, etc, los que creemos en un cambio real donde tengamos cabida. La otra se nutre de las diferencias y es lo que nos hace fuertes.
Hay una frase que tal vez resuma perfectamente esto: “Muerte a la perfecto es mejor la variedad.”
Como mencione anteriormente, en base al respeto; pero muchas veces es muy difícil respetar o aunque sea tolerar (creo yo la tolerancia no es lo ideal) entonces hay que conocernos, conociéndonos podremos respetarnos y tratarnos como compañer@s.
Conocer las diferencias para un respeto mutuo y entonces sí, buscar caminos de construcción.

Anónimo dijo...

Debemos de concebir el lugar de las diferencias como
la construcción de espacios alternos donde las
diferencias se discutan sin destruir la unidad del
movimiento. Esos espacios alternos estarán formados en
base a los postulados que emerjan del programa,
respetando la libertad societal de quienes lo
suscribamos.

Anónimo dijo...

Si el trabajo de la otra campaña se desglosara en sectores como jóvenes, indígenas, mujeres, otros amores, niñ@s, ancian@s y otros, entonces: ¿quiénes quedarían en la definición como no diferentes? Sólo los varones, no indios, heterosexuales y adultos. Nosotr@s no estamos de acuerdo con esto.

En nuestra igualdad tod@s somos diferentes. El lugar especial de las diferencias es la Otra Campaña, porque nos sabemos diferentes y dignos de respeto por ello.

Debemos reconocer y reforzar las raíces culturales de nuestros pueblos, así como respetar la autoridad que tienen los pueblos indios, las mujeres, l@s niñ@s, l@s ancian@s, jóvenes, etc. Tod@s tenemos saberes diferentes que deben ser escuchados para aprender de ellos.

Se deben respetar las diferentes formas de ver y vivir el mundo, las muchas lenguas, creencias y costumbres que en nuestro país existen. No es que haya un lugar diferente por tus características, sino que puede haber espacios de trabajo extras o aparte, por quienes así lo decidan.

Quienes formen parte de estos espacios tendrían como responsabilidad explicar y compartir sus ideas a toda la Otra Campaña. Por ejemplo, si queremos que la otra campaña sea antipatriarcal lo debemos reflexionar en espacios formados para el análisis y discusión de tal o cual tema, con talleres que se puedan reproducir en las unidades organizativas de la otra en todo el país. Si los pueblos indios confluyen en el Congreso Nacional Indígena, que nos platiquen y aprendamos por qué no son un sector, por qué son pueblos, etc.

Anónimo dijo...

4) Sobre el lugar de las diferencias o, dicho de otra manera, ¿deben
tener un lugar dentro de la Otra Campaña los pueblos indios, las
mujeres, las distintas diversidades, los jóvenes, etcétera? Nuestra
respuesta es clara y definitiva: sí, deben tener un lugar,
reiteramos, todos los agraviados por el imperialismo, sin excepción.

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