INSURGENTE/PRENSA LATINA
Luis Manuel Arce
El proceso de paz en el País Vasco -que para la izquierda abertzale (patriota) es negociar para la solución del conflicto en Euskal Herria- se ha complicado cuando este año 2006 cierra sin siquiera iniciar las conversaciones. El proceso se ha trabado en el prolegómeno y ha entrado en crisis no porque la violencia haya reverdecido, al decir del Gobierno, por la kale borroco (lucha callejera) en Euskadi, sino por las profundas diferencias en el contenido de la negociación. El presidente del Ejecutivo socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, reitera que sin violencia todo y con violencia nada, y de esa disyuntiva se hace eco el Partido Nacionalista Vasco (PNV) que limita la cuestión a esa presunta encrucijada. En cambio, para Batasuna el problema es mucho más grave, pues considera que hay un mar de fondo político que mueve las aguas superficiales de la negociación y las sitúa en ese esquema simple de Zapatero sobre la violencia. Ese mar de fondo para ellos tiene como epicentro los temas de la autodeterminación y la territorialidad, los cuales pasan por una consulta al pueblo vasco sobre lo que realmente desea. De acuerdo con la respuesta que den a esos dos asuntos tanto el Gobierno central como el autonómico, el mecanismo emprenderá la marcha o se mantendrá estancado, de allí que el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, insista en que los partidos políticos vascos y el PSOE, asuman compromisos. Otegi insiste en la necesidad de terminar de concretar la mesa de partidos que es uno de los componentes, probablemente el más importante, para echar a funcionar la negociación a niveles más decisivos y lograr la normalización y el fin definitivo de la violencia. La situación es tan tirante que las discretas negociaciones que se estaban realizando entre los partidos Socialista y Nacionalista vascos con Batasuna han sido suspendidas por las dos primeras agrupaciones tomando como pretexto el resurgimiento de la kale borroco. Para Otegi esa justificación es subalterna y plantea que esta última es resultado de una situación de represalia hacia la izquierda abertzale de la cual responsabiliza tanto al PNV como al PSOE, que han utilizado como cabeza de turco, según él, al Poder Judicial. El apresamiento de seis presuntos miembros de ETA en Francia, el robo de pistolas en ese país, la kale borroco, entre otros numerosos hechos, sirven de combustible para reducir a escombros el proceso de paz, de lo cual ríe a carcajadas el Partido Popular, opuesto a que se inicien negociaciones con ETA. Del desarrollo de ese proceso están pendientes las fuerzas sociales, los partidos políticos, el Gobierno, la oposición y hasta los neutrales, pues para todos ellos Euskadi es una asignatura básica e ineludible en el universo político ibérico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario