ÁLVARO CEPEDA NERI
I.-Salinas y Zedillo, los dos que empezaron a traicionar al PRI después de que López Portillo y De
II.-Y cuando se anunció la victoria, muy apretada, de Fox para vislumbrar la alternancia, de la derecha priista (desde De
III.-Se terminaría, pues, lo más nefasto del antiguo régimen priista. Los electores, obviamente de derecha y religiosos, se equivocaron, junto con quienes pensaron que sumándose a esa causa por la vía del "voto útil", sería posible la renovación política, moral, ética, democrática y republicana de quienes llegaban a ejercer el cargo presidencial. Apenas tomaba posesión, aparecieron los síntomas de la frivolidad de Fox, sus incapacidades, sus locuras y que si bien alto de estatura, era un enano de la política.
IV.-Se puso, desde entonces, en brazos de la que era su amante y en quien había depositado su ingenuidad. Y ella era una mujer astuta para el protagonismo, en busca de querer ser la candidata presidencial, y dispuesta a encubrir a sus hijos para hacer negocios a la sombra del foxismo. Un año duró su beneficio de la duda, el lapso del aprendizaje. Fue un tiempo perdido. Hizo de su matrimonio un escándalo, como hizo de su toma de protesta un asunto social y familiar, burlándose del Congreso, al saludar a sus hijos. Y los cinco años restantes dejó en manos de los empresarios y de Mart(h)a la conducción presidencial.
V.-Al año o año y medio era suficiente como para haberlo hecho renunciar. Pero en este país las élites de la oligarquía y la plutocracia, se asustan nada más de decirles que es ya la hora de poner de patitas en la calle a un mal gobernante. La desgracia de la democracia mexicana es que una vez en los cargos, ineptos y ladrones, los funcionarios deben cumplir con el período para el que fueron electos o designados. Y cuando se van, toda la impunidad, aunque hayan robado, cometido errores y no rindan cuenta y razón de sus actos y omisiones.
VI.-El hijo de española e hijo de estadounidense, para el que Salinas ordenó a sus legisladores que reformaran
VII.-Fox a la mitad de su sexenio era peor que el loco de Bucáram y, sin embargo, nadie le pidió la renuncia ni lo llevaron a juicio político para deslindarle responsabilidades. Usándolo de parapeto, su esposa se había excedido en los abusos del poder a trasmano. Los disparates, las payasadas y los choques contra el Congreso, comprobaron que Fox era un individuo, a lo mejor bueno para vender refrescos, pero indudablemente un fracasado para al menos coordinar a los secretarios del despacho. Ni los mismos empresarios y banqueros, que se beneficiaban, invirtieron lo que debían para asegurar el prometido crecimiento del 7 por ciento. Apenas se logró el 3 por ciento y generó el desastre económico.
VIII.-Así, con los demás problemas que nunca supo ni pudo resolver, es que Fox termina como un presidente del montón. Lo cual sería lo de menos, pero le causó muy serios daños al país. Hizo a un lado su autoritarismo en muchas cosas (sus ataques a la prensa, el disponer de los cargos públicos para una bola de inútiles, el dejar que Gil Díaz hiciera y deshiciera, con un terror fiscal, de los dineros del pueblo, etc.) para controlar los desmanes y no ejercer la autoridad para impedir las violaciones del clero político, los abusos de los pederastas (Gamboa, Nacif, el cardenal Rivera).
IX.-El país ha vivido en altas y bajas de la ingobernabilidad, porque sus instituciones dejaron de funcionar; y, en la inestabilidad política, porque el gobierno federal, es decir: el Estado Federal, fue víctima del relajamiento: cada quien hizo lo que quiso: gobernadores del PAN, del PRD y del PRI, mientras los foxistas casi se mantuvieron al margen, dejando a la nación en manos de narcos y toda clase de delincuentes. Es el origen de la espantosa inseguridad. Y para colmo, en lugar de elecciones limpias, contribuyó a ensuciarlas.
X.-Y deja Fox al país en una crisis de ilegitimidad con la "víbora chillando" de una oposición maltratada. Una nación dividida irreconciliablemente por cuestiones electorales y por sus excesos religiosos a favor de una iglesia en contra de la tolerancia. Es un presidente del montón. Un mediocre. El hazmerreír internacional por sus babosadas. Y el causante de las desgracias donde sobrevive la nación. Debería ser llevado a juicio político y con él toda su pandilla que abusó del poder. Calderón no se atreverá a tanto, y la oposición está sola frente a las complicidades del PAN y del PRI.
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