Publicado en Reforma, Sección Cultura, el 21 de diciembre del 2007.
Pánico escénico
De tristezas y acracias jubilosa
por José Ramón Enríquez
Termina un año y, como cada vez más frecuentemente ocurre con los años, termina con noticias tristes. La que más me ha golpeado en lo personal es la de una dama sonorense a la que, desde hace décadas, sentí como alguien muy mío. La madre de los Galindo. De Octavio, de Sergio, esos hermanos míos de las tierras norteñas, hermanos en el teatro y en largas aventuras. Abuela de quienes han sido como hijos o sobrinos para mí, también en el teatro, en la literatura y en la aventura vital.
Con varias generaciones en torno suyo, decidió descansar. Hermosillo debe estar de luto y el teatro de Sonora también, junto a Sergio Galindo que heredó de ella, inclusive el júbilo de la lengua, transportado a la escena tantas veces y con tanto éxito. Ella descansa en paz con muchos de los suyos. Yo estoy triste y abrazo a todos los Galindo de este mundo y del otro.
Padre también de personas queridas, murió en este mes don Francisco Fe Alvarez, periodista, poeta y hombre de teatro. En 1967 Lya Engel le estrenó Esta cosa de vivir en el Teatro Comonfort. Y recuerdo, de mucho antes, haber leído su Danza para un niño difunto, en la biblioteca de mi padre.
Quedó en memoria como teatro poético auténtico, con la amalgama de la lírica profunda y el hecho escénico mucho más sugerido que exigido, a la manera de Mallarmé. Ahora, en Milenios de México de Humberto Musacchio, me entero de que ese poema dramático formaba parte de una Tetralogía sobre un tema de danza. Descanse en paz don Paco Fe.
Pérdida de una luchador fundamental del teatro mexicano fue la muerte del maestro Dagoberto Guillaumin. Oriundo de Córdoba, Veracruz, y con 83 años de rica experiencia, falleció en le Ciudad de México. Fue alumno destacado de Seki Sano y promotor de un teatro auténticamente comprometido con los procesos sociales. Solía decir que el teatro no hacía las revoluciones pero que sí ayudaba.
Lo primero que vi del maestro Guillaumin fue su montaje de una obra central en la dramaturgia de Emilio Carballido: Yo también hablo de la Rosa. Angelina Peláez, Sergio Jiménez y José Alonso nos dejaban, a los alumnos de la EAT, con esa admiración que confirma vocaciones. Era 1966 y en 1967, justo en el año de mi primera trabajo profesional como actor, el maestro Guillaumin dirigió dos puestas que tampoco he olvidado: Punto H, en el Teatro Orientación, con Carlos Ancira, Virginia Manzano y Rafel Llamas, y El jardín de los cerezos de Anton Chejov, con el maestro Retes, María Teresa Rivas, Irma Lozano y Carlos Ancira, entre otros, en el Teatro Jiménez Rueda.
Descanse en paz ese incansable maestro de genarciones a quien despidió en su Estado natal el entrañable Paco Beverido, que también ha cumplido cuarenta años en los escenarios.
Y, para terminar con las despedidas, quisiera referirme a un punto que se quedó en el tintero en mi colaboración pasada. Tiene que ver con la picaresca y con uno de sus celebrantes, Fernando Fernán-Gómez. Concluí mi nota hablando del triunfo del Lazarillo encarnado en la figura e, incluso, en la muerte del gran actor que fuera Fernán-Gómez, pero no dejé suficientemente claro que ese triunfo fue sellado con un símbolo postrero: el de la bandera ácrata sobre su féretro.
Las principales figuras de la cultura española actual y de la política, incluido el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, desfilaron en el Teatro Real ante un féretro envuelto por el rojo y el negro de los libertarios y bajo una enorme fotografía de Fernán-Gómez que veía hacia ellos, sonriente, irónico, vencedor de su propia timidez y capaz de imponer no sólo su renuncia al poder sino su desprecio por los poderes todos de este mundo.
Desde el Arcipreste de Hita, La Celestina, Lázaro el de Tormes, los inmortales personajes de Cervantes (no sólo Don Quijote, sino también, Rinconete y Cortadillo, Tomás Rodaja, mejor conocido por licenciado Vidriera, y muchísimos más) hasta el buscón llamado don Pablos, miraban con Fernán-Gómez hacia el desfile de los dolientes e imponían esa bandera que, para ellos, va contra el poder y está a favor simplemente del arte.
panicoes@hotmail. com
2 comentarios:
Feliz Navidad a ti y a tus lectores.
Un saludo afectuoso!!
Que estas fiestas de año nuevo sirvan para estrechar lazos solidarios con todo el mundo, en especial con los más necesitados. ¡Feliz Navidad! Abrazos fraternos.
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