Noticias de Oaxaca.
Los tres jóvenes salieron de Radio Universidad en la convulsa ciudad de Oaxaca. Abordaron un taxi. "Ibamos comentando temas relacionados con nuestra participación en el citado lugar" - dijeron- para después pedirle al conductor del auto que nos llevase al domicilio de René Trujillo, en la calle Santo Tomás 219 del barrio Xochimilco... y al llegar a la puerta, empezó para nosotros la oscura noche de aquellos tiempos de tinieblas.
Desde hacía mucho, la hermosa ciudad estaba enfrascada en una lucha terrible contra la represión gubernamental; los muertos y los heridos se contaban por decenas y los gases lacrimógenos inundaban el ambiente. Los jóvenes de este relato eran tres: René Trujillo Martínez, Benito Pereda Fernández y Mauricio Horacio Marmolejo. René se disponía a abrir la puerta de su casa, cuando se abalanzaron sobre ellos varios hombres encapuchados, que blandían pistolas escuadras, con las cuales empezaron a darles golpes en la cabeza, hasta que los tuvieron sometidos, en estado de semi inconsciencia y sangrando profusamente de sus maltratadas cabezas. Cuentan los jóvenes que en especial, se ensañaban con René Trujillo, pero a todos los tiraron al suelo y tras patearlos y hablarles con lenguaje obsceno, los arrastraron hasta subirlos a un vehículo "color amarillo de servicio de alquiler" y nos llevaron a un sitio que no pudimos identificar, pues nos cubrían la cara. Allí empezó de lleno la tortura física.
A René Trujillo le pusieron una bolsa nylon en la cara, lo que le producía asfixia. Lo golpeaban en el pecho, en el estómago y le aplicaban toques eléctricos en varias partes del cuerpo. Después tocó el turno a los otros, con la misma saña pero preguntando lo mismo: Los nombres de los estudiantes de
Cierran el relato doloroso con el siguiente párrafo: "Nosotros consideramos que hay un contubernio entre las autoridades federales y las locales, para lastimar, degradar, detener, desaparecer y matar a integrantes del pueblo organizado. Cubiertos de impunidad,
*Dirigente del Comité ¡Eureka!.
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Y lo que falta por venir, con ese carnicero en la SEGOB.
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