OPINION :: ¿pienso, luego exijo?

El Pincheojet, de Hernández.

Un fin de semana negro preludia la última semana del sexenio foxista en México. Algunas de las noticias que oscurecen dicho panorama no acontecen únicamente entre los ríos Bravo y Suchiate, pero igual repercuten en el escenario nacional, con especial interés para los hombres y mujeres que caminamos la Otra Campaña como un proyecto que va más allá de la construcción de un poder que abajo se articula para hacer del “mandar obedeciendo” zapatista una realidad; que apostamos por la edificación de una izquierda digna y verdadera, solidaria con los pueblos del mundo y sus movimientos de resistencia contra el capitalismo y su máscara más reciente: el neoliberalismo, y no una izquierda que algunas y algunos imaginan moderna porque es complaciente con los poderes que arriba y a la derecha se multiplican y crecen en ancas de una democracia representativa cada vez más desgastada.

Podemos decir que la primera noticia que da cuenta de los absurdos que se posibilitan en la suave matria nuestra es la de que serán destinados 2 mil 899.3 millones de pesos para gastos corriente de partidos y agrupaciones políticas nacionales en un año no electoral como es 2007, sólo porque un precepto legal así lo marca.

Mientras tanto, a causa de un cáncer de estómago y tras cuatro días de permanecer internado en una sala de cuidados intensivos en el hospital Del Prado de la ciudad de Tijuana, fallecía el periodista Jesús Blancornelas. La muerte del fundador en 1977 del diario ABC de Tijuana y, tres años después, junto con su compañero de luchas periodísticas, Héctor “El Gato” Félix Miranda, el semanario Zeta, publicaciones ambas que vinieron a significar la piedra de toque en la guerra que el periodismo emprendiera contra el narcotráfico y sus nexos con los grupos políticos en el poder de arriba, es sin duda una de las pérdidas más importantes para quienes estamos de éste lado de la trinchera: el de la palabra. Trinchera que ése mismo día perdiera al subdirector del semanario Testimonio, Roberto Marcos García: el también corresponsal de la revista Alarma perdió la vida tras ser atropellado y recibir por lo menos seis disparos con proyectiles calibre 9 mm, haciendo de México “el país más letal para la prensa de todo el continente americano” según la anticastrista Reporteros Sin Fronteras.

Por si fuera poco, ése mismo jueves en otro rincón mancillado por el imperialismo del capital, más de 160 personas serían asesinadas y otras 230 resultarían heridas tras las detonaciones de tres coches bomba y el ataque con morteros en las ciudades de Sadr y Bagdad, en un Irak que el mes pasado alcanzó cifra récord de personas muertas: 3 mil 709, 120 al día, como fruto de la invasión infame encabezada por el alcohólico que despacha en la Casa Blanca.

De nuevo de este lado del planeta, la sucesión presidencial enmarcada por el fraude electoral del 2 de julio, se ha venido vistiendo de claras muestras de lo que serán los próximos seis años de gobierno panista. Primero, estuvo la presentación de personajes de corte tecnócrata, neoliberales pues, en las carteras del llamado gabinete económico, destacando la designación de Luis Téllez como secretario de Comunicaciones y Transportes para goce y disfrute de los emporios televisivos que pidieron sangre en Atenco y hacen lo mismo ahora respecto a Oaxaca. Luego vendría el nightmare team del autonombrado gabinete social, donde destacan la otrora secretaria de Desarrollo Social foxista, Josefina Vázquez Mota, ahora en la cartera de Educación Pública, y los yunquistas Alberto Cárdenas y José Ángel Córdoba, en Agricultura y Salud, respectivamente; sin por ello menospreciar a la señora Beatriz Zavala Peniche, prima de Cabal Peniche, otra finísima persona. Después tocaría su turno a la anunciada nominación de Francisco Ramírez Acuña como secretario de Gobernación, preceptor desde Jalisco de la escuela represiva contra disidentes políticos que seguirían Lázaro Cárdenas Batel, en Michoacán; Enrique Peña Nieto, en el Estado de México, o Ulises Ruiz Ortiz, en Oaxaca (por no hablar de Sergio Estrada Cajigal, quien antecedió a Ramírez Acuña en Morelos... y de muchos otros); lo que además sirve de prólogo a lo que pueden ser los nombramientos en el gabinete de dizque seguridad, donde los probables delfines en Marina y Defensa Nacional están señalados como cercanos al narcotráfico, el primero, como parte de lo que parece ser un "juego sucio" dentro de la sucesión, y a la Escuela de las Américas, el segundo (responsable además de la matanza de El Charco, en junio de 1997).

Al día siguiente, del otro lado del globo, la agencia de noticias KCNA informaba que más de 150 aviones de combate de las fuerzas aéreas norteamerigringas habían tomado parte en un ejercicio de guerra al norte de la península de Corea, lo que calificó como un “ensayo de ataques preventivos” contra la República Popular Democrática de Corea. En tanto, pero en este otro hemisferio, mediante un informe del Colegio de la Frontera Norte con motivo del día internacional de lucha contra la violencia hacia mujeres y niñas, violencia de género, la herida del feminicidio con rostro mexicano nos supuraba una vez más tras el recuento de 464 mujeres asesinadas de 1993 a la fecha, de las cuales 112 son menores de edad.

Y entonces uno no puede dejar de mirar hacia atrás en el calendario, cuando en vísperas de la visita del delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN, el Subcomandante Insurgente Marcos, algunas personas, colectivos, grupos y organizaciones discutíamos sobre los preparativos que enmarcarían el recorrido del Sup el 3 de mayo por el centro de la ciudad más grande del planeta; y recordar, por ejemplo, a doña Magdalena pidiendo que se respetara la decisión de un día de reuniones entre el Zero y los indígenas residentes en el DF, o a Edith intentando conciliar las distintas posturas acerca de cuantos oradores habría en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco; y voltear de nuevo la mirada a estos días, donde las dos continúan secuestradas en Santiaguito por designios de un sistema judicial que castiga la dignidad y premia la bajeza.

Cual vaso de agua en mitad del desierto, el regreso de doña Trini, compañera de Nacho, a San Salvador Atenco, y las palabras de don Samuel Ruiz, serían junto con la nueva orden de arresto contra Augusto Pinochet, de lo poco bueno acontecido en este fin de semana que sirvió de escenario o, mejor dicho, de locación para las palabras de un presidente que se despedía de los dueños de los medios corporativos de comunicación electrónica declarando que para él había sido un honor “haber podido servirles”.

Y como el absurdo, como el poder del dinero, no entiende de fronteras, en Madrid era hospitalizado Iñaki De Juana tras cumplir 19 días de su segunda huelga de hambre en contra de la “cadena perpetua de facto” que el gobierno español le ha impuesto por el gravísimo delito de escribir dos artículos de opinión. Unos días antes 108 compañer@s okupas que vivían en La Makabra, una antigua fábrica de toldos del Poble Nou de Barcelona convertida en albergue y escuela alternativa de artes escénicas, en especial de circo, habían sido desalojad@s por los Mossos d’Esquadra, suerte de policía autonómica que al sustituir a la Policía Nacional y a la Guardia Civil le han sido atribuidas tareas como la expedición de documentos oficiales de identidad, la inmigración o el control de fronteras, entre otros; teniendo desde hace un año la plena competencia de Cataluña.

Con todo esto, la noticia que ahora más nos ocupa es la del recrudecimiento de la estupidez como práctica de gobierno en Oaxaca. A eso del mediodía del día 25, como ya casi todo mundo sabe, iniciaba la séptima mega marcha convocada por la APPO con el objetivo de trazar un cerco civil y pacífico de 48 horas entorno a los elementos de la PFP apostados en el zócalo de la ciudad de Oaxaca; tres horas y media después la marcha estaría llegando al centro histórico.

Como a eso de las cuatro de la tarde, Radio Universidad estaba reportando que desde la Radio Ciudadana, la “radio alcantarilla” y clandestina contratada por Ulises Ruiz para contrarrestar el efecto de la Radio APPO, se están haciendo llamados a que los priístas se dirijan al centro de Oaxaca para golpear el cerco. En tanto, los elementos de la PFP están preparados ya para sostener cualquier tipo de enfrentamiento. Una hora después, los mismos elementos de la PFP iniciarían los ataques arrojando gases lacrimógenos y otros proyectiles a los manifestantes, inclusive desde las azoteas, para, al cabo de otra hora, estar dispersándolos con tanquetas antimotines y avanzar hacia Santo Domingo e iniciar los disparos con armas de fuego contra la gente.

Al día siguiente sería baleada la iglesia de los Siete Príncipes, lugar donde se ubica un puesto de socorro implementado por paramédicos y voluntarios que atienden a los heridos y enfermos. La lista de detenidos, acusados por delitos como ataques a las vías de comunicación, robos de distintas nominaciones, asociación delictuosa, sedición, daños por incendio, daños en propiedad ajena y lesiones, que dejan más en claro cómo Atenco fue el ensayo de lo que ahora se implementa en Oaxaca, alcanza la cifra de 149 personas puestas a disposición del Ministerio Público en los penales de Miahuatlán y Tlacolula, de las cuales 141 serían trasladadas al penal de mediana seguridad de San José del Rincón, en Nayarit, por elementos de la PFP a solicitud de la Secretaría de Protección Ciudadana de Oaxaca, bajo el argumento de que se trata de compañeros (107 hombres y 34 mujeres) que “tienen un perfil de alta peligrosidad”.

Por su parte, el jefe del Estado Mayor de la PFP, Ardelio Vargas Fosado, cómplice de su antiguo jefe Wilfrido Robledo en los “operativos” de San Salvador Atenco a principios de mayo, declararía que a Oaxaca han empezado a llegar elementos de los Gopes (Grupos de Operativos Especiales) de la PFP, quienes portando armas de cargo cumplimentarán las órdenes de aprehensión que pesan sobre los integrantes de la resistencia en Oaxaca.

Como adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona e integrantes de la Otra Campaña tenemos un compromiso ético, más que moral, con nuestros compañeros y la gente que se mantienen en pie de lucha en Oaxaca. Urge, pues, redoblar las acciones que sirvan de apoyo a Oaxaca y a la APPO y gritar alto y fuerte que ni una ni la otra están solas.

Por otra parte, es verdad que estamos en la última fase del recorrido por el norte del país a cargo del delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN y que las delegadas Uno y Tres, lo mismo que el delegado Dos, están por su parte dando seguimiento a los casos de nuestras compañeras y compañeros secuestrados en prisiones del Estado de México; en tanto vamos dando término a nuestras reflexiones y discusiones respecto a los Seis Puntos que definirán el carácter de la Otra Campaña. Es verdad también que todo esto implica de nosotras y nosotros un esfuerzo aún mayor que el que hayamos hecho; ello es parte precisamente del nuevo modo de hacer política que nos distinguirá de otros proyectos políticos. No podemos entonces permitir que lo urgente desplace a lo importante; pero tampoco podemos dejar de atender lo que es urgente por sólo poner nuestras fuerzas a favor de lo que nos es importante. Así, lo urgente nos hace mirar hacia Oaxaca y lo prioritario que de suyo hay en detener la escalada represiva que ya se ha cobrado a 200 compañeras y compañeros más, y lo importante nos coloca ante la definición de qué tipo de movimiento es el que vamos a construir en torno a la Otra Campaña.

Dicho sea con todo respeto hacia quienes se inclinan por aplazar la consulta de la Otra (olvidando que la discusión de los seis puntos ha tenido más de un año para llevarse a cabo), si no terminamos ya de definir las características de La Otra Campaña, su estructura organizativa, su política de alianzas, los lugares de cada quien, quiénes están y quiénes no y las tareas comunes a todas y todos los adherentes, no iremos más allá de acordar y participar en acciones solidarias que estén siempre a la zaga de las operaciones emprendidas por el mal gobierno; acciones que no servirán de mucho a las compañeras y compañeros ahora presos y a quienes quizás lo estemos luego junto con ellas y ellos. En cambio, aclarado el rostro, la palabra y el caminar de la Otra podremos no nada más mantenernos en la ofensiva, sino revertir la inmovilidad en que apuesta sumirnos el poder de arriba vía la represión.

Las movilizaciones y otro tipo de manifestaciones pueden y deben seguir, estamos de acuerdo, y de hecho así será: mañana 29 de noviembre, por ejemplo, ante la necesidad de llenar el vacío de información que se generó respecto del caso de los menores de edad detenidos los días 3 y 4 de mayo en Texcoco y Atenco, se presentará un informe en el Círculo Teatral de la Condesa, y para ese mismo día a las cuatro de la tarde se está convocando a una gran marcha que parta del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, para presionar el cese de la represión. Pero si no atendemos al mismo tiempo lo urgente y lo importante, hagamos lo que hagamos nuestras acciones no pasarán de ser meras presiones, cuando lo que necesitamos es hacernos de la fuerza suficiente para demandar, exigir en verdad que se ponga un alto a las torturas, a las detenciones arbitrarias, a las amenazas, a los secuestros y desapariciones y a los asesinatos de nuestras compañeras y compañeros.

No se trata del falso dilema de qué fue primero, si el huevo o la gallina, y entonces de qué debemos priorizar, si las acciones de apoyo a Oaxaca o la construcción de un proceso de lucha que se una y se crezca codo con codo al de Oaxaca, Atenco, Pasta de Conchos, Chiapas, Guerrero, Veracruz, Puebla, Morelos, Sonora, Coahuila, San Luis Potosí, Querétaro y todos los demás etcéteras que abajo y a la izquierda somos. Vayamos, pues, a los zócalos todos, bloqueemos calles y carreteras, hagamos festivales, grabemos programas de radio, filmemos documentales, escribamos largos choremas, pongámonos en huelga de hambre, instalémonos en plantones; pero participemos también de las discusiones y reflexiones que nos darán claridad hacia dentro y fuera del movimiento.

Para quienes peatonan los senderos de la Convención Nacional Democrática ha cursado ya la primera semana de su gobierno, y las definiciones de lo que serán y lo que harán están más en función de lo que dicte su presidente hasta que vayan decidiendo, convencionistas y representantes de dicho gobierno, lo contrario. Para quienes usurparon el puesto de gerente en la presidencia de México echando mano de su poder, menos de 48 horas marcan la diferencia entre la gris espera y la asunción que más bien será declinación, y las definiciones de lo que son y hacen están ya dictadas por las reglas del capital. Pero para quienes estamos en la Otra Campaña tales definiciones aún están por encontrarse y, valga la expresión, encontronarse. Para eso tendremos la consulta del 4 al 10 de diciembre; un día antes, Mumia Abu-Jamal estará cumpliendo 25 años de estar encarcelado, inculpado por la muerte de Daniel Faulkner, un oficial asesinado por otros policías involucrados con la mafia de Philadelfia para encubrir sus propios crímenes. Enjuiciado en un proceso racista y por ende injusto, Mumia, quien no ha permitido que su encierro amordace su palabra ni mucho menos su pensamiento, fue condenado a pena de muerte por su participación en el Black Panter Party, aún así, desde el llamado “Corredor de la Muerte” en el penal de Pennsylvania, Mumia nunca ha dejado de mirar la dignidad que camina abajo y a la izquierda y, particularmente en México, no ha escatimado oportunidades para saludar la lucha zapatista y, ahora, la del pueblo de Oaxaca y la APPO. No está mal enviarle un saludo convertido en un grito único que pida su liberación, y con la de él la de Fredy Muñoz, reportero de Telesur, y la de nuestras compañeras y compañeros todos. Pero sería mejor si en lugar de pedirlo tuviéramos la fuerza para exigirlo, ¿o no?