El movimiento alterglobalización es fundamentalmente pacífico. Susan George, una de sus principales ideólogas, autora de obras tan importantes como Otro mundo es posible si... o el Informe Lugano la condena explícitamente y sin paliativos y sostiene que toda la actuación del movimiento alterglobalización ha de ser pacífica. Pero el hecho es que, cuando se produce alguna manifestación o protesta del movimiento, no es extraño que salte una chispa y prenda en actos de violencia, como los que tuvieron lugar en Alemania ayer.
Por supuesto, la violencia es condenable pero, al mismo tiempo, hay que darse cuenta de que se trata de un síntoma. Si se produce es por algo. Interesa conocer la razón para poder arbitrar medidas eficaces contra ella. Tengo para mí que esta violencia surge de la sensación de frustración e impotencia que sienten los alterglobalizadores a la hora de conseguir que se tengan en cuenta sus puntos de vista, opiniones y críticas.
El G8 es una especie de gobierno fáctico del mundo sin otra legitimidad que la muy escasa que pueda darle el hecho de haberse erigido en tal gobierno por iniciativa propia y por el hecho de tratarse de los países más poderosos del planeta. Frente a ello, el movimiento alterglobalización puede manifestarse, por supuesto, ya que se trata de países democráticos en los que se reconocen y amparan los derechos políticos y libertades públicas, uno de los cuales es el derecho de manifestación. Pero, a continuación, el G8 sigue con sus propósitos, sin que nada le obligue no ya a tener en cuenta los puntos de vista de los alterglobalizadores, sino siquiera a percatarse de la existencia de quienes los proponen. No existen mecanismos de participación en las decisiones del G8 que, sin embargo, nos afectan a todos.
Toda la estructura del G8 tiene que cambiar si se quiere que deje de utilizarse la violencia. Tiene que someterse a control democrático o dejar de tomar medidas para las que no está autorizado por nadie. El gobierno de hecho del planeta debe desaparecer dejando paso a un gobierno de derecho. La violencia surge cuando se hace patente que el sistema va a proseguir sin tomar en cuenta a los alterglobalizadores. Claro que también es posible que haya quien no esté interesado en que se acabe con la violencia sino en que, al contrario, se produzca siempre en las cumbres del G8 con la finalidad de reprimir y deslegitimar los análisis políticos radicales en cuyo nombre se ejercita la violencia. Porque, al fin y al cabo, estos que ahora se quejan de que se emplee la violencia contra ellos son los que a su vez la aplican de forma continua y sistemática sobre los demás, en el Irak, en Afganistán, en Palestina y el Líbano, en el África y, llegada la ocasión, en América Latina.
En todo caso, dejo aquí una convocatoria a una movilización planetaria para el próximo siete de junio, consistente en una doble huelga, laboral y de consumo. Es un acto simbólico que se espera tenga un alcance mundial y sirva de ayuda para conseguir eso tan ansiado y tan difícil al mismo tiempo: un cambio de mentalidad.
1 comentario:
Juntos todas y todos ese dia
salud
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